Tenis
Caerse y levantarse: así es la vida de Anisimova, que desafía a Sabalenka en la final del US Open
En 2019, la estadounidense falleció su padre. En 2023, paró por salud mental. El pasado julio, perdió 6-0 y 6-0 la final de Wimbledon. Hoy disputa su segunda final de un "Grande", ante Sabalenka, la número uno
Amanda Anisimova vuelve a una final de Grand Slam. Es la segunda consecutiva, después de la de Wimbledon, en la que vivió un momento traumático que ha logrado superar. La tenista estadounidense, de 24 años, 23 en julio cuando competía en el All England Club, disputaba por primera vez el último partido de un «Grande», y pagó la novatada. Iga Swiatek hizo lo que tenía que hacer, jugar a por todas, y se impuso sin piedad por 6-0 y 6-0.
Anisimova se fue al vestuario para que no la vieran llorar. Volvió y, como estaba cantado, lloró también en público. Después, siguió haciéndolo. «Lloré media hora en el vestuario. No podía parar de pensar que hubo gente que pagó dinero para ver ese partido», ha confesado. Era un luto que tenía que pasar, pero tampoco dejó que la absorbiera. Swiatek, en su discurso de campeona, dio ánimos a su rival y deseó que se enfrentaran en muchas más finales. Apenas un mes y medio después, se volvieron a encontrar en un escenario similar: no era la final, pero sí los cuartos del US Open. Lejos de rehuir la situación, Anisimova confesó que había vuelto a ver el doloroso partido de Wimbledon, que se vio lenta y colapsada, algo que nunca le había pasado; y salió a pista contra la polaca dispuesta a que no se repitiera. Pese a tener «algo de miedo» al principio, se soltó y consiguió la que definió como la victoria «más significativa» de su vida (6-4 y 6-3).
Fue también una liberación. Anisimova dio el siguiente paso en la Arthur Ashe derrotando a Naomi Osaka en una semifinal de casi tres horas plagada de alternativas (6-7 [7/9], 7-6 [7/3] y 6-3) y ya está otra vez en la final, en la que se enfrenta a la número uno del mundo, Aryna Sabalenka (22:00, Movistar), que además es la defensora del título y finalista en 2023, la reina de la pista dura. La bielorrusa, que evitó la final entre estadounidenses derrotando a Pegula (4-6, 6-3 y 6-4), busca romper su «mala» racha este curso en las finales de los Grand Slams: ha perdido la del Open de Australia y la de Roland Garros. El único Grande en el que no ha llegado al último encuentro ha sido Wimbledon, y quien la frenó en semifinales fue precisamente Anisimova.
La pérdida de su padre, salud mental...
La derrota por 6-0 y 6-0 no ha sido, ni de lejos, el peor trauma que ha tenido que pasar Anisimova. Joven talento, fue campeona del US Open junior en 2017, derrotando en la final a otro prodigio prematuro como Coco Gauff. En 2019 fue la primera jugadora nacida en el siglo XXI capaz de llegar a semifinales de un Grand Slam, Roland Garros, dejando en el camino también a Sabalenka. Sólo dos meses después, falleció su padre, que también era su entrenador. Se refugió en el tenis y ganó un par de torneos: Bogotá en 2019 y Melbourne en 2022. En mayo de 2023, con 21 años, dijo que paraba por problemas de salud mental que arrastraba desde el verano anterior. Recibía insultos en redes sociales por su físico. Esos meses de parón los dedicó al arte. «Siempre me gustó cuando era más joven, así que compré lienzos y pinturas y pensé en probarlo por diversión», aseguró en la web de la WTA. «Fue lo único que me ayudó en uno de los momentos más oscuros», comentó en una entrevista con «The New York Times». Sus cuadros han sido expuestos y vendidos para causas benéficas.
En 2024 retomó la actividad desde el puesto 359 del mundo, pero con las ilusión por la raqueta totalmente recuperada. En 2025 ha vuelto a ganar un título, el más importante de su carrera, el WTA 1.000 de Doha, y esta será su segunda final de un Grand Slam. Saldrá de Nueva York como la número cuatro del mundo.