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Tenis

Jannik Sinner, el gran rival de Alcaraz, sobre su relación: "Una cosa es ser buen tenista y otra ser buena persona"

El tenista italiano y el español son los grandes favoritos para disputarse la final del US Open. Son rivales, pero no enemigos

Jannik Sinner ha hablado sobre su relación con Carlos Alcaraz ASSOCIATED PRESSAP

Jannik Sinner volvió a demostrar por qué es, junto a Alcaraz, el gran favorito del US Open. En una exhibición de contundencia y solidez, derrotó al kazajo Alexander Bublik con un aplastante triple 6-1, clasificándose de manera brillante a los cuartos de final del US Open. El partido apenas alcanzó una hora y 21 minutos, un detalle que acentúa aún más la magnitud del dominio del italiano. El contraste es significativo: hacía apenas unas semanas, Bublik lo había sorprendido y derrotado en la hierba de Halle. Sin embargo, en Nueva York el guion fue otro.

La rivalidad Alcaraz-Sinner

Todos los focos empiezan a apuntar hacia una hipotética final con Carlos Alcaraz, que está jugando su partido. Ambos han sido los grandes dominadores de los Grand Slams en 2024 y 2025, consolidando una rivalidad que cada vez despierta más expectativa entre aficionados, medios y especialistas. No se trata únicamente de la calidad del tenis que ofrecen, sino de la intensidad, el respeto y la frescura que imprimen en cada duelo.

Tras la victoria, Sinner fue preguntado por esta rivalidad con el murciano. Su respuesta fue reveladora y dejó en claro que entiende la trascendencia de este momento para el tenis. El italiano destacó que los aficionados, especialmente los niños, tienen mucho que aprender de lo que él y Alcaraz representan. “Una cosa es ser buen tenista y otra ser buena persona. Son dos cosas bien distintas, pero yo creo que ambos tenemos un poco de ambas, lo que es fantástico”, afirmó.

No sólo enemigos

Para Sinner, el tenis es una batalla en la pista, sí, pero también un vehículo para transmitir valores. Recalcó que durante los partidos son enemigos deportivos, rivales que buscan imponerse con su mejor versión, pero subrayó que todo termina con el apretón de manos. Ese gesto, sencillo y simbólico, marca la vuelta a la normalidad, el regreso al respeto mutuo. “Claro que somos enemigos cuando entramos en la pista. Intentamos jugar nuestro mejor tenis, pero ahí se acaba. Después del apretón de manos, todo vuelve a la normalidad”, explicó con serenidad.

Tanto Sinner como Alcaraz insisten en que llevan una vida más allá del tenis, con pasiones y rutinas que los mantienen equilibrados. El español suele disfrutar del golf en su tiempo libre, mientras que el italiano también cultiva sus propios intereses personales. Lo esencial, como él mismo señaló, es rodearse de un buen equipo de trabajo: personas sinceras, comprometidas y dispuestas a decir la verdad incluso en los momentos más difíciles. “Tenemos grandes equipos a nuestro alrededor, con gente que nos apoya y también es muy honesta con nosotros. También tenemos una vida normal fuera del tenis. A él le encanta el golf, yo tengo también mis pasiones”, añadió.

El tenis, un deporte muy duro

Este énfasis en la vida fuera de la pista es significativo. En un deporte tan exigente como el tenis profesional, donde los viajes, las presiones y las expectativas son constantes, resulta clave encontrar espacios para desconectar y mantener los pies en la tierra. Sin embargo, Sinner no se engaña: sabe que la base de su éxito está en el sacrificio y el trabajo duro. Reconoció que el tenis exige un esfuerzo permanente, un entrenamiento diario e intenso que no admite atajos. “El tenis es muy importante, entrenamos muy duro. Pero hay muchos jugadores que son así. Es un deporte muy duro, depende de cuánto quieras sacrificarte, porque es necesario hacerlo. Pero lo bueno es ser buen tenista y buena persona”, remarcó.

No basta con desplegar talento, fuerza y disciplina dentro de la pista: también es fundamental cultivar valores humanos, mantener la humildad y relacionarse con respeto con quienes rodean al jugador. Tanto él como Alcaraz parecen comprenderlo a la perfección, y quizá allí radica gran parte del magnetismo que generan. El público no solo se entusiasma con sus golpes y su calidad técnica, sino también con la manera en que encaran la profesión y la vida.