Mutua Madrid Open

Paula Badosa supera los nervios y un arranque duro contra Cocciaretto en Madrid

Paula Badosa se impuso por 6-3, 4-6 y 6-4 después de tener que ser atendida en el gemelo izquierdo: calambres por la tensión

Paula Badosa, durante su estreno en el Mutua Madrid Open 2023 contra la italiana Cocciaretto
Paula Badosa, durante su estreno en el Mutua Madrid Open 2023 contra la italiana CocciarettoMateo Villalba / MMO

Paula Badosa debutó en el Mutua Madrid Open con una victoria con espinas ante la italiana Cocciaretto (6-3, 4-6 y 6-4). Supo sufrir en los malos momentos y también superar las molestias físicas que hicieron que tuviera que ser tratada en el banquillo, en la zona de la rodilla izquierda y por detrás, en el gemelo, al acabar el segundo set. En realidad no era una lesión. "Eran calambres por los nervios, lo que me suele pasar en Madrid", desveló después. Aunque con problemas, dio la catalana un paso más hacia la "estabilidad" que dice que busca en su carrera, después de un año complicado. En 2022 llegó a la capital de España como la dos del mundo y admite que la presión le pudo. Esta vez es la 42 y ya ha dejado atrás el debut, que siempre es complicado por los nervios.

"No sé si Madrid va a ser un punto de inflexión, vengo trabajando muy bien, vengo con muchas ganas, con mucha ilusión y ojalá sea aquí porque me gusta hacerlo muy bien en casa", había dicho Badosa antes de jugar. En 2020 llegó hasta las semifinales. Era su temporada del renacimiento y demostró lo puede hacer en la Caja Mágica. Tiene que cuadrar que su raqueta y su mente estén a tope. Contra Cocciaretto contaba con el apoyo del público en un deporte como el tenis, especial en muchos sentidos, como que el árbitro, en este caso el francés Kader Nouni, también sea recibido con aplausos. Tiene Nouni una voz a lo Barry White, como si fuera un barítono, que hizo que los aficionados se lo pasaran en grande cuando decía: "Juego... Badooosa".

Costó esas palabras salieran de su boca por primera vez, porque la española arrancó algo dubitativa. En los dos primeros juegos sólo ganó un punto y pronto se vio con un break de desventaja, sorprendida por los tiros paralelos de la italiana. Pero no perdió el norte Paula y rápidamente se enchufó al duelo y comenzó a dominar, porque tiene más tenis que su rival. Afinada con el revés, empezó la remontada. Y además le cogió gusto al número 196: fue la velocidad con la que sacó en varias ocasiones importantes, como por ejemplo para salvar una pelota de rotura, que hubiera supuesto la segunda, o para comenzar mandando en el segundo parcial.

Lo que parecía un partido plácido entró de repente en la locura. En el tenis el tópico dice que hasta que no se gana el último punto no se pueden levantar los brazos, y a veces los tópicos son verdad. En el circuito femenino, además, el servicio es menos determinante que en el masculino y tener una rotura es una ventaja, pero no tanto. Cocciaretto se animó y Paula entró en un pequeño agujero. La italiana estaba ayudando tirando un montón de pelotas fuera, pero la pequeña mejoría que tuvo fue suficiente para forzar el parcial definitivo.

Saltaron las alarmas cuando Paula fue tratada en la pierna izquierda. Incluso se la vio limitada en algún movimiento. El intercambio de bolas de break se fue sucediendo, pero las dos tenistas las salvaban con juegos largos, agónicos. La española llegó a reponerse incluso de un 15-40 de forma milagrosa, especialmente con una derecha en carrera a la esquina. Su oponente no podía creer dónde le habían puesto la bola.

Llegó el momento de la verdad con 5-4 y resto para Badosa. Tembló Cocciaretto y la décima doble falta le hizo ver un 0-40 que no pudo salvar. A la segunda, Paula conectó una derecha potente que no volvió. Celebró el triunfo con los puños apuntando al cielo.