Mutua Madrid Open
La sonrisoterapia de Alcaraz en Madrid
Alcaraz explica cuándo es feliz en pista y cómo su equipo consigue que lo sea. Ve "una motivación, no presión" que todas las miradas de Madrid se centren en él
Carlos Alcaraz es un hombre, un adolescente todavía, a una sonrisa pegado. La juventud se le nota en cierta timidez cuando contesta a las preguntas (sobre todo en la forma más que en el fondo) rodeado de decenas de periodistas porque es la gran atracción del Mutua Madrid Open.
Al acabar la primera ronda con la prensa le toca hablar para las televisiones en inglés... Y en algo más. Le piden que haga un saludo en chino y memoriza las palabras, o los sonidos, para decirlos mirando a la cámara y partirse de risa después. Eso lo traslada luego a cuando tiene la raqueta en la mano. "Mi estilo de juego es muy alegre, es hacer cosas distintas, y eso me sale de dentro cuando estoy disfrutando, cuando saco una sonrisa, y con mi equipo también lo hacemos. Cuando llevo un momento de cabreo o malo, hacemos bromas incluso en medio del partido para que cambie mi manera de ver el encuentro", explica Carlos. Esa forma de jugar la sufren los rivales, porque del otro lado de la pista les puede venir un misil por una derecha acelerada o una caricia por una dejada sutil. También a veces le hacen correr a él y cuando le ganan un punto de esos que levanta a la gente de los asientos, también se ríe Carlos porque se lo está pasando bien. "Mi intención es disfrutar en la pista, y también hacer disfrutar", admite, con una sudadera naranja de Michael Jordan, siempre los mejores como referentes.
Y dos de ellos no están en Madrid: Nadal y Djokovic. La única edición de las 20 que se llevan disputadas del Masters español en la que no ha jugado ni el manacorense ni el serbio fue la de 2002, la primera, cuando se disputaba en pista dura en la Casa de Campo. Después, uno, otro o casi siempre (12 veces, más una, en 2006, en la que un jovencísimo Nole cayó en la previa) los dos. En 2022 participaron ambos y el campeón fue Alcaraz, que además derrotó a Nadal en cuartos y a Djokovic en semifinales. Ahora, el número dos del mundo piensa que es un tenista "más maduro", después de todas las experiencias vividas, las buenas y las malas, en un año. "Cuando no están los mejores digamos que es un poco más fácil, pero aquí todos los jugadores son muy buenos. No nos confiamos por las bajas, que es una pena no poder disfrutar de ellos en vivo, pero no nos sentimos ni favoritos ni nada", dice el murciano. "Hay jóvenes, y me incluyo, que están jugando a un gran nivel, ganando los mejores títulos del mundo, y creo que en el Mutua no se quedan atrás: incluso con Rafa o Djokovic tendrían opción", insiste. Porque él, reconoce, siempre que sale a la pista lo hace convencido de que va a vencer... "Pero si no lo hago no sería un fracaso. Un fracaso sería no estar al nivel que he mostrado o al nivel de actitud", opina. La mayoría del público que va a llenar la Caja Mágica espera que repita título. Donde los demás verían presión, él ve "una motivación muy grande". Y lo dice y se ríe.
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