Tenis

Rublev sale de su infierno: dos meses después de ser expulsado de Dubái gana a Aliassime la final del Mutua Madrid Open

El ruso, entrenado por el español Fernando Vicente, remonta a Aliassime para vencer por 4-6, 7-5 y 7-5. Su entrenador reconoce que Rublev lo pasó mal tras su descalificación por gritar a un juez de silla y explica cómo es la personalidad del campeón, "muy exigente"

Andrey Rublev, of Russia, celebrates after winning the final match against Felix Auger-Aliassime, of Canada, at the Madrid Open tennis tournament in Madrid, Spain, Sunday, May 5, 2024. (AP Photo/Manu Fernandez)
Andrey Rublev se lanzó al suelo después de vencer a Aliassime y ganar el Mutua Madrid OpenASSOCIATED PRESSAgencia AP

El Mutua Madrid Open 2024 se ha convertido en una especie de hospital tanto físico como mental, con puerta giratoria. Han entrado en la sala de curas tenistas que ya venían con molestias como Alcaraz, Medvedev y Sinner. Han salido jugadores que llegaban a la capital de España con la moral baja, y en la Caja Mágica se han rehabilitado. Es el caso de los dos finalistas. Félix Auger-Aliassime lleva una temporada y media muy irregular, y en la pista Manolo Santana disputó su primera final de un torneo Masters 1.000. Andrey Rublev se plantó en el último partido en Madrid después de caer en el estreno en sus tres últimas citas (Barcelona, Montecarlo y Miami) y de haber ganado sólo una ronda en la anterior (Indian Wells). Justo antes, vivió un incidente que le marcó, pues fue descalificado en las semifinales de Dubái contra Bublik después de chillar de mala manera a un juez de línea. “Sí podría haberle afectado. Él sabe que los comportamientos que tiene a veces son innecesarios, pero es su carácter y es difícil. Ya trabajamos con psicólogos el tema, pero no es fácil”, explica su entrenador, Fernando Vicente, en una conversación antes de la final que su pupilo ganó por 4-6, 7-5 y 7-5, para salir de su infierno particular.

Los días siguientes fueron “muy tensos”, según Vicente: Rublev casi no durmió, pidió el vuelo la misma noche y con Galo Blanco, su representante, se puso a hacer las gestiones necesarias para que le redujeran el castigo, pues la expulsión del torneo supuso, además de una multa, que perdiera los puntos que había logrado por llegar a semifinales (200), lo que le hacía caer del "top 5". Ese juicio lo ganó, recuperó los puntos, aunque también admitió su error y pidió perdón, que ha repetido en la capital de España. “No sólo lo de Dubái. He tenido muchos avisos en la vida para saber que necesito estar más tranquilo”, reconoce.

Resfriado y con anginas

En Madrid se le ha visto especialmente calmado en los momentos complicados, y eso que en la final tuvo motivos para el enfado, como por ejemplo comenzar con dos dobles faltas. Estaba nervioso y como ausente, quizá afectado por el resfriado y las anginas que ha arrastrado durante todo el torneo, aunque no lo haya hecho público hasta que ha conquistado el título. Su crecimiento fue sustancial con el paso de los minutos, pues en el arranque sufría mucho y el segundo servicio se lo atacaba Aliassime como quería. El canadiense, además, empezó sacando de cine: 214 por hora, 210, 209... Le costó a Rublev ambientarse. Lo hizo ya en el primer set, aunque no llegó a tiempo para remontar después del doble break de Félix.

"Si entrena y le tiras 20 bolas y falla la última, se queda con eso, no con las 19 que ha metido. Andrey es muy exigente"

FERNANDO VICENTE (ENTRENADOR DE RUBLEV)

El encuentro entró entonces en un estado de máxima igualdad. En el segundo set iba por delante siempre Rublev y era quien más oportunidades tenía al resto. Amenazaron con volverle los fantasmas cuando falló un revés. Gritó, miró a su banquillo y ya. Se contuvo. “Van saliendo semanas muy buenas, pero la idea es que cuando pierdes seas capaz de mantener la calma y de darte un poquito de respiro para entender que puedes darle la vuelta al partido”, explica Fernando Vicente el trabajo mental que hacen con el tenista, y habla de su personalidad: “Es muy exigente consigo mismo. Lo pones a entrenar aquí, le tiras 20 bolas, falla la última y se queda con eso, no con las 19 que ha metido. Es así”, prosigue.

Llevan trabajando juntos siete años, y el técnico español cogió a “un tirillas” algo descoordinado que fue número uno del mundo júnior y que pegaba a la bola más fuerte de lo que su cuerpo le permitía, lo que le produjo algunas lesiones, para convertirlo en un “top 10” (lo es desde octubre de 2020 sin fallo, excepto dos semanas) y en un jugador más regular, que ya tiene 16 títulos, dos de ellos Masters 1.000, éste y Montecarlo 2023. “Compiten todo el tiempo, es difícil ir mejorando. En pretemporada hemos trabajado mucho el saque, el segundo saque, que lo atacaban mucho, y de mitad de pista para adelante, que le cuesta cerrar y hasta que no pega una, dos, tres y ya lo ve claro, le cuesta subir. También tirar dejaditas... No es fácil ver en los partidos. En los entrenos uno lo hace bien y luego cuando compites acabas haciendo lo que más seguridad te da”, añade el técnico. Rublev cumplió con todo. Sirvió cada vez mejor, en el segundo set se fue a la red con más asiduidad, pero las dejadas no aparecieron y en el último parcial ya se quedó más pegado a la línea de fondo, su zona de seguridad.

La lucha de Aliassime

Ganado el segundo set y en un partido tan exigente, Aliassime tuvo problemas físicos en el gemelo (precisamente él, que en el torneo ha vivido la retirada de tres rivales, Mensik, Sinner y Lehecka), y ya no pudo competir al cien por cien, aunque lo intentó hasta el final. Fue encomiable su pelea, resistiendo con sus servicios e incluso empezando a moverse mejor al final. Casi se desquicia Rublev al ver que no cerraba el duelo, pero el demonio se quedó en su cabeza.