Economía
Gabriel Masfurroll: «No me gusta la palabra ‘‘jubilación’’, parece que te aparcan»
Ex directivo del Barça y fundador de USP Hospitales, publica «La audacia de vivir. En tiempo de descuento, o no» (Caligrama), una reflexión sobre su vida después de los 65 años
Ha vivido momentos duros en su vida, pero a Gabriel Masfurroll no le ha ido mal. La suya, con altibajos como todas, es una vida plena que, llegado a los 66 años, quiere compartir con los más jóvenes. Nadador, empresario de éxito, escritor y filántropo, publica «La audacia de vivir. En tiempo de descuento, o no» (Caligrama), que combina las memorias con enseñanzas que la vida le ha ido dejando. Sus beneficios irán a la Fundación Álex creada por él en memoria de su hijo con síndrome Down, fallecido a los 3 años. Seguidor acérrimo del Barça y de los Beatles, su notoriedad le llegó como directivo del club. Lleva con orgullo haber participado en el fichaje de Messi y haber sido amigo de su admirado Johan Cruyff.
–¿Vivir es un ejercicio de audacia?
–El mero hecho de nacer y empezar a vivir ya es un ejercicio de audacia, aunque parezca fácil, no lo es. Y sobrevivir, tampoco, porque somos muy frágiles.
–¿Hay vida más allá de los sesenta y cinco?
–Por supuesto, aunque esta línea roja está obsoleta porque la esperanza de vida se ha modificado, incluso a los 75 tampoco debería haberla.
–¿Qué es la «sexalescencia»?
-(Risas) Adolescentes de 60 o más años, un juego de palabras que une el término sexagenario con adolescencia y define un nuevo estado que antes no existía que retrasa el envejecimiento.
–A estas alturas, ¿qué le ha enseñado la vida?
–A ser tolerante, paciente, a respetar y escuchar, a no querer tener siempre la razón, que a veces de mayores nos volvemos algo refunfuñones. Sobre todo, tolerancia, porque somos más iguales de lo que pensamos.
–Pero no todas las vidas son iguales.
–El lugar de nacimiento condiciona. Si hubiera nacido en Zimbabue, sería la misma persona, pero mi vida hubiera sido totalmente distinta, por tanto, estas barreras y fronteras que creamos entre nosotros son absurdas, yo las aborrezco.
–¿A cierta edad hay que compartir lo aprendido?
–Es que has vivido más, has cometido más errores y tenido más tropiezos y aprendes, eso te da una especie de sabiduría de la vida y creo que es obligación de los mayores compartirla, hacer pedagogía; luego, si lo usan o no es otra historia.
–¿Hay que ser aprendiz toda la vida?
–Absolutamente, la curiosidad y las ganas de aprender te dan espíritu para vivir, cuando las pierdes y tiras la toalla es que estás en fase final.
–¿De qué o de quién ha aprendido?
–De todo y de todos, de gente relevante y sencilla, pero hay que tener curiosidad para fijarse. Me gusta viajar, aprender culturas y costumbres, aunque de lo que realmente se aprende es de las personas.
–¿Lo pasó bien como directivo del Barça?
–Para mí fue un sueño y un gran honor, aunque hubiera preferido jugar con el 9 o el 10 (risas). En época de Gaspar pasamos por momentos malos, pero fichamos a Messi que cambió la historia del club y me siento orgulloso de haber participado.
–¿Se debió de aplazar el Barça- Madrid?
–La que se tomó fue una medida sabia, había mucha irascibilidad y tensión. Uno puede expresar sus ideas en paz y con respeto, pero lo que no puedo aceptar de ninguna manera es la violencia.
–¿Cree que es importante luchar por los sueños?
–Grandes o pequeños, los sueños te hacen vivir, te dan el aliciente para caminar. Igual solo consigues el 30%, pero únicamente el hecho de intentarlo ya es un motor, la salsa de la vida.
–¿Todo vale para conseguirlos?
–Para nada, si debe ser a costa de machacar o perjudicar a terceros, entonces no son sueños, son una pesadilla, para los otros y para ti, porque si tienes un mínimo de conciencia y de ética, no vas a dormir tranquilo.
–¿Siente que ha hecho los deberes?
–En una charla a empresarios jóvenes dije que ya me podía morir tranquilo y se produjo un silencio brutal, pero les dije, tranquilos, lo que quiero decir es que he hecho mis deberes, pero eso no significa dejarme llevar, ni bajarme de la bicicleta.
–¿Cómo entiende lo de jubilarse?
–Es una palabra que no me gusta, parece que te aparcan.
–Si pudiera, ¿qué borraría de su pasado?
–Sólo esas equivocaciones en las que he perjudicado o hecho daño a personas que no lo merecían. Las demás no las borraría porque me han ayudado a madurar.
–¿Qué le ha supuesto escribir el libro?
–Una catarsis total. Ha cambiando mi forma de afrontar el resto de mi vida.
El lector
«Soy muy de Prensa desde siempre; leo entre cuatro y cinco periódicos diarios, casi todo el espectro. Me gusta mucho. Leía todo y durante muchos años en papel, hasta que descubrí lo digital, desde entonces veo el mismo periódico de papel, pero en la tablet».
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