Seguridad Social

Podemos no meterá finalmente mano a la caja de las pensiones

Yolanda Díaz estará al frente del ministerio de Trabajo, que pierde las competencias de la Seguridad Social

Tercera jornada de la sesión de investidura de Pedro Sánchez
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, junto a la nueva ministra de Trabajo, Yolanda DíazMariscalEFE

La que fue considerada responsable de “dinamitar” la reforma del Pacto de Toledo finalmente no tendrá competencias para moldear la Seguridad Social a su antojo. Yolanda Díaz, de Unidas Podemos, será la nueva ministra de Trabajo, según ha confirmado definitivamente Moncloa. La coalición de Gobierno le ha costado a esta sindicalista y comunista por tradición familiar uno de sus dominios más ansiados: la reforma del maltrecho sistema público de pensiones. Incluso todos los departamentos de la Seguridad Social podrían trasladarse de su ubicación actual en Nuevos Ministerios (Madrid). Pese a esta batalla perdida, una de las voces más combativas de los derechos laborales será la encargada de poner en marcha la maquinaria que tumbe la reforma laboral de 2012 y el actual Estatuto de los Trabajadores.

En primera línea de manifestaciones, Yolanda Díaz mamó desde su infancia en Fene (La Coruña) la militancia de izquierdas. Hija de sindicalista y sobrina de político, militó en el Partido Comunista y se hizo su primer hueco en política en 2005 tras asumir el cargo de coordinadora nacional de Esquerda Unida -la federación de IU en Galicia-. El primer gran ascenso de la abogada laboralista fue en 2012 tras formar Alternativa Galega de Esquerdas (AGE), que conformó junto a Anova y que lideró el histórico nacionalista Xosé Manuel Beiras. A través de una campaña asesorada por el aún desconocido Pablo Iglesias, Díaz logró entrar en la cámara autonómica en 2012. La nueva ministra dio su salto a la política nacional en 2015 ,cuando concurrió como candidata al Congreso por La Coruña con la coalición En Marea, que conformaron Esquerda Unida, Podemos y Anova. Pero el episodio por el que Yolanda Día saltó a la palestra mediática fue su férrea oposición al intento de reforma del Pacto de Toledo que, aunque revalorizaba las pensiones con el IPC, consideró insuficiente porque no establecía un indicador “claro” que subiera la pensión mínima cada año.

Su lealtad al líder de la formación morada finalmente ha sido recompensada con un ministerio, aunque este no está hecho a la medida de sus aspiraciones .Yolanda Díaz toma las riendas de un mercado laboral en ralentización, con tres millones de parados y en el que la ocupación sigue sin alcanzar los niveles precrisis. Pese a que la nueva ministra no podrá convertirse en adalid de los pensionistas, sí pretende ser la defensora que recupere los derechos laborales “arrebatados” por la reforma laboral de 2012. Entre los cometidos asociados a su cartera y recogidos en el programa del Gobierno socialcomunista, destaca la prometida derogación de los aspectos más lesivos de la reforma laboral del PP. Estos serían, eliminar la prioridad de los convenios de empresa sobre los sectoriales, volver a la ultraactividad hasta que se negocie un nuevo convenio y derogar el artículo 52, apartado "d", que posibilita el despido de un trabajador por acumulación de bajas médicas aunque estén justificadas.

Las recetas de Trabajo para “revivir” el mercado laboral español también pasan por modificar el artículo 42.1 del Estatuto de los Trabajadores para limitar la subcontratación laboral a servicios especializados ajenos a la empresa, limitar la capacidad de la empresa para modificar de manera “unilateral” las condiciones del contrato y revisar las inaplicaciones de convenios colectivos. Aparte de estos cambios, está previsto elaborar un nuevo Estatuto de los Trabajadores. En este sentido, será la encargada de promover el diálogo con los sindicatos y con una patronal que desconfía de la entrada de Unidas Podemos en el Gobierno. Yolanda Díaz tendrá que dejar a un lado su espíritu sindicalista para llegar a territorio común con las empresas a la hora de negociar la subida del SMI, que aspira a situarse en un 60% del salario medio, 1.150 euros en 14 pagas, al final de la legislatura. En cuanto a la contratación, el programa también recoge revisar las causas de despido y los contratos formativos para mejorar las condiciones laborales, simplificar el menú de contratos actual, así como impulsar medidas en materia de conciliación laboral y familiar.

Cabe destacar que la nueva ministra de Trabajo también ha protagonizado buena parte de los debates industriales durante los últimos años en la Cámara Baja y se ha manifestado junto con trabajadores de Alcoa o Navantia. Díaz ha sido muy crítica con lo que considera una falta de política industrial de los últimos gobiernos, reclamando un papel más activo del sector público para evitar deslocalizaciones, mejorar mecanismos de ayuda como la interrumpibilidad, fomentar este sector y fiscalizar los precios de la energía.