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Los inversores respaldan la gestión de Repsol durante la crisis del coronavirus

Sus acciones se disparan un 13,2% tras lograr un beneficio neto ajustado de 447 millones y batir las previsiones. La compañía registró un resultado neto de -487 millones por la depreciación de sus inventarios

Repsol construye en Ciudad Real su primer parque fotovoltaico, de 126 MW y con una inversión de 100 millones
Sede de Repsol en MadridREPSOL22/04/2020larazonREPSOL

Repsol ha sorteado el embate del coronavirus mejor de lo que esperaban los inversores. La compañía energética alcanzó en el primer trimestre de 2020 un resultado neto ajustado -el que mide el comportamiento de sus negocios- de 447 millones, lo que supone un descenso del 27,7% respecto a los 618 millones del mismo periodo del ejercicio pasado, según ha informado la compañía. A pesar de este retroceso, el resultado se situó por encima de los pronósticos que habían realizado los analistas de Barclays, Credit Suisse, Bank of America, Santander o Citi, que situaban sus ganancias en el entorno de los 300 millones de euros. Al cierre de la sesión, los títulos de la petrolera se han disparado el 13,2%, reflejando la buena aceptación que han tenido sus resultados entre los inversores.

En la presentación enviada a la CNMV, la energética ha destacado el “contexto de excepcional complejidad” del mercado durante el periodo, marcado por una fuerte caída de los precios del crudo y del gas -la cotización media de los crudos Brent y WTI disminuyó un 21% y un 17%, respectivamente-, y la drástica disminución de la demanda provocada por el Covid-19. En esta situación, Repsol mantuvo activas sus instalaciones y desempeñó un papel de servicio público esencial en la crisis sanitaria global. La volatilidad y caída de las materias primas internacionales redujo de manera extraordinaria la valoración de los inventarios de Repsol, con un impacto negativo de 790 millones de euros, por lo que el resultado neto del grupo del primer trimestre de 2020 fue de -487 millones.

Durante el trimestre, la prioridad de la compañía, por encima de los criterios habituales de rentabilidad, ha sido “proporcionar un servicio esencial en los países donde opera, aplicando, además, todas las medidas a su alcance para proteger la salud y la seguridad de sus empleados, clientes y proveedores”, según ha destacado. Asimismo, ha puesto a disposición de las autoridades y de la sociedad su capacidad industrial y humana para ayudar en esta lucha. Siguiendo esa premisa, la compañía está garantizando el suministro de productos y servicios indispensables para el funcionamiento de la sociedad, como la energía o las materias primas esenciales para la fabricación de numerosos utensilios sanitarios, como mascarillas, respiradores, jeringuillas o material quirúrgico.

Resiliencia

Tras analizar el entorno macroeconómico y las condiciones extraordinarias que se están viviendo en los últimos meses, el consejo de administración de Repsol, en su reunión del 25 de marzo, decidió adoptar una serie de medidas para reforzar la solidez del balance de la compañía. La compañía adoptó un Plan de Resiliencia para 2020, que contempla la puesta en marcha de iniciativas que supondrán reducciones añadidas de más de 350 millones de euros en los gastos operativos y de más de 1.000 millones en las inversiones, así como optimizaciones del capital circulante próximas a 800 millones de euros respecto de las métricas inicialmente presupuestadas. La deuda neta a 31 de marzo alcanzó los 4.478 millones de euros, frente a los 4.220 millones del cierre del ejercicio anterior. En línea con su Plan de Resiliencia 2020, Repsol estima que su deuda neta no se incremente respecto a 2019. La energética asegura que cuenta con una holgada liquidez financiera, que a cierre de marzo le permite cubrir sus vencimientos de deuda a corto plazo y más allá, hasta el año 2024 incluido, sin necesidad de refinanciación. Además, se reforzó a principios de abril con dos emisiones de bonos por un importe de 1.500 millones de euros, a cinco y diez años, respectivamente. También incrementó las líneas de crédito comprometidas en 2020 en 1.300 millones. Pese al contexto adverso, la compañía mantiene el compromiso de remuneración a los accionistas para 2020 de 1 euro por acción.

El resultado de todas las áreas de negocio que forman Repsol fue positivo en el primer trimestre del año, a pesar de los distintos factores coyunturales que afectaron a sus operaciones. De acuerdo con su vocación de compañía multienergética y su objetivo de liderar la transición energética, Repsol ha redefinido sus segmentos de negocio. A partir de 2020, el área de Downstream se dividirá en dos: Comercial y Renovables (Movilidad, GLP, Lubricantes y Electricidad y Gas) e Industrial (Refino, Repsol Perú, Química, Trading y Mayorista y Trading Gas).

El negocio Comercial y Renovables obtuvo un resultado de 121 millones de euros, frente a los 137 millones del mismo periodo de 2019. Las restricciones impuestas para combatir el coronavirus redujeron la demanda y afectaron al área de Movilidad. Por su parte, GLP también redujo sus ventas debido al impacto que el Covid-19 tuvo en el sector de la hostelería y la restauración y a las temperaturas más elevadas registradas en enero y febrero. En lo que se refiere al negocio Industrial, aumentó su resultado un 6%, hasta los 288 millones. Con respecto a Química, el área se vio afectada por los mantenimientos en sus instalaciones de Sines y Tarragona. Además, desde el comienzo de la pandemia ajustó sus operaciones ante la caída de la demanda de sectores como el automovilístico y el aumento en otros vinculados con la sanidad y la alimentación.

El área de Upstream logró un resultado de 90 millones de euros, frente a los 323 millones conseguidos entre enero y marzo de 2019, lastrado principalmente por la caída extraordinaria de los precios de las materias primas de referencia internacional. La producción media aumentó un 1,4%, hasta los 710.300 barriles equivalentes de petróleo al día.

Exploración

En lo relativo al área de exploración, si bien ha reducido notablemente su actividad, los seis pozos que Repsol ha realizado en lo que llevamos de año, en Colombia, Estados Unidos y México, han tenido un resultado positivo y suman un total de recursos estimados de 650 millones de barriles equivalentes de petróleo.

Repsol ha reafirmado su compromiso de liderar la transición energética, incluso ante el actual entorno mundial marcado por circunstancias excepcionales. El pasado 2 de diciembre anunció que orienta su estrategia para ser una compañía con cero emisiones netas en el año 2050, en concordancia con el Acuerdo de París, y para 2020 mantiene los objetivos que le ayudarán a lograr esta meta. La compañía reducirá durante este año su Índice de Intensidad de Carbono un 3%, respecto a la base de 2016, disminuirá las emisiones de CO2 en todos los negocios y aumentará significativamente la capacidad de generación renovable. La compañía tiene siete proyectos renovables en marcha en la Península Ibérica.