Aerolíneas

El Boeing 737 Max volverá a volar tras darse por resuelto su fallo mortal

La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos ha autorizado que la compañía retome la comercialización de este modelo para vuelos con pasajeros a aerolíneas de todo el mundo

Decenas de aviones Boeing 737 MAX parados en el aeropuerto Grant County International en Moses Lake, Washington (EE UU)
Decenas de aviones Boeing 737 MAX parados en el aeropuerto Grant County International en Moses Lake, Washington (EE UU)LINDSEY WASSONREUTERS

Tras pasar 20 meses en tierra, el 737 Max de Boeing volverá a los cielos. La Administración Federal Aérea (FAA, en inglés) de Estados Unidos ha dado hoy el visto bueno a Boeing para que su modelo 737 Max vuelva a volar con pasajeros, después de la prohibición de sus operaciones en 2019 tras dos accidentes de estas aeronaves, que dejaron 346 muertos en Indonesia y Etiopía.

Esta orden implica que Boeing podrá volver a comercializar los 737 Max para vuelos con pasajeros a aerolíneas de todo el mundo, aunque el regreso no será inmediato. Los vuelos de aerolíneas no estadounidenses dependerán de la aprobación de los reguladores de cada país. Según la FAA, que ha trabajado con Boeing para remediar los problemas, “el diseño y certificación de esta aeronave incluyó un nivel sin precedentes de colaboración y revisiones independientes de autoridades aéreas de todo el mundo”. En este tiempo de parón, Boeing ha realizado vuelos de prueba con las autoridades de Estados Unidos, Canadá, Brasil y la Unión Europea para conseguir la certificación tras corregir los fallos. La institución estadounidense subrayó en un comunicado que los cambios de diseño, así como “las modificaciones a los procedimientos y entrenamientos de la tripulación, darán confianza a todos los reguladores para aprobar el avión como seguro y volar en sus respectivos países y regiones”.

La FAA también ha emitido una directiva donde se especifican los requisitos que deben cumplir los aviones de las aerolíneas estadounidenses antes de volver a volar, lo que incluye la instalación del nuevo software, la separación de los cables, medidas para preparar el avión después de estos meses parados y formar a los pilotos en el nuevo sistema.

Como consecuencia de los accidentes, el gigante estadounidense ha atravesado una profunda crisis económica, agravada ahora aún más por la pandemia. En concreto, lo ocurrido le ha costado a Boeing cerca de20.000 millones de dólares (16.856 millones de euros), incluida la compensación que debe pagar a las víctimas y a las aerolíneas. No obstante, este anuncio da un respiro a la aerolínea. Tras la reautorización, Boeing ha subido hoy con fuerza en Wall Street. Media hora después del inicio de las operaciones en la Bolsa de Nueva York, las acciones de Boeing ganaban un 3,82% y lideraban con claridad las ganancias entre los treinta valores del Dow Jones de Industriales.

La investigación halló que, debido un fallo técnico, el sistema de estabilización diseñado para evitar un ascenso demasiado rápido del avión (MCAS, por sus siglas en inglés) se había comportado de manera indebida, causando descensos precipitados que no pudieron ser controlados por los pilotos y que desembocaron en los accidentes fatales. En un primer momento, a los pilotos no se les informó de la existencia de este software. Boeing consideraba que el 737 Max tenía unos motores más potentes que harían innecesaria su activación. Pero la realidad es que en ambos accidentes el sistema falló y bajó el morro del avión cuando no era preciso sin que los pilotos pudieran corregir la trayectoria.

Error tras error

La que iba a ser la aeronave estrella de Boeing se convirtió en un foco de problemas. Al descubrimiento de estos fallos le han seguido otros muchos. Entre ellos, la luz indicadora diseñada para advertir sobre un mal funcionamiento del sistema de estabilización se encendía cuando no debía, dijo la compañía. Boeing también detectó tiempo atrás otro problema en la cola del avión. Dos haces de cables estaban demasiado juntos y podrían provocar un cortocircuito. Los cambios en el software, la formación de los pilotos y la separación de los cables dan por resueltos los problemas y convierten al 737 Max en un avión seguro, según la FAA.

“Nunca olvidaremos las vidas perdidas en los dos trágicos accidentes que llevaron a la decisión de suspender las operaciones. Estos sucesos y las lecciones que hemos aprendido como consecuencia han reformado nuestra compañía y han centrado aún más nuestra atención sobre nuestros valores fundamentales de seguridad, calidad e integridad”, señaló David Calhoun, consejero delegado de Boeing, en una nota de prensa.

El primero de los accidentes mortales del 737 MAX ocurrió en octubre de 2018 en Indonesia, cuando un avión de la aerolínea Lion Air impactó en el mar de Java y causó la muerte a los 189 pasajeros y miembros de la tripulación que lo ocupaban. El segundo accidente, que propició la prohibición a las aerolíneas de seguir usando este modelo de aeronave, se produjo en marzo de 2019 en Etiopía, cuando un avión de Ethiopian Airlines se estrelló cerca de la población de Bishoftu y murieron las 157 personas que se hallaban a bordo.