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Boeing encuentra al fin el fallo del 737 Max

Los reguladores aéreos mundiales, de acuerdo en los fallos de diseño que el fabricante debe corregir. La compañía ha detectado otro fallo recientemente, pero asegura que no retrasará su plan

Casi un año llevan en tierra los Boeing 737 Max después de que los accidentes de dos de estos aparatos a finales de 2018 y en marzo de 2019 le costaran la vida a 346 personas. Un largo periodo de oscuridad que ha sumido al fabricante en la peor crisis de su historia, de la que podría estar cerca de salir. Steve Dickson, el máximo responsable de la FAA, el regulador aéreo americano, aseguró ayer que todas las autoridades aéreas mundiales están ya de acuerdo en cuáles son los problemas de diseño que Boeing debe solventar para que el 737 Max vuelva al servicio. Según explicó Dickson al término de un evento del sector aeronáutico celebrado en Londres, aunque los reguladores difieren en algunos aspectos, “en lo que a la aprobación del diseño se refiere, creo que tenemos un sólido alineamiento”.

Aunque el mes pasado el propio Dickson aseguró que era muy probable que la FAA aprobase antes de mediados de año la certificación para que el 737 Max vuelva a operar, ayer no quiso establecer plazo alguno. “No hay plazos. No creo que establecer plazos o límites ayude”, explicó Dickson, según informa Reuters. La única concesión que se permitió en lo que a tiempos se refiere fue el anuncio de que será más fácil predecir la vuelta al servicio del aparato una vez se realice el vuelo de certificación, circunstancia que aseguró podría producirse en las próximas semanas.

Sistema de estabilización

Según las investigaciones, un error en el sistema de estabilización de vuelo (MCAS), por sus siglas en inglés), habría provocado los siniestros de Indonesia y Etiopía. El software de este dispositivo habría fallado bajando el morro de los aviones de forma automática y provocando los accidentes. Ayer mismo, Boeing admitió que había encontrado otro problema relacionado con la luz indicadora diseñada para advertir sobre un mal funcionamiento de este sistema. Según explicó, se encendía cuando no debía, dijo la compañía. No obstante, aseguró que este problema no retrasará el objetivo inicial de tratar de devolver el avión al servicio a mediados de 2020. Boeing también detectó tiempo atrás otro problema en la cola del avión. Dos haces de cables están demasiado juntos y podrían provocar un cortocircuito. Dickson afirmó que el fabricante americano no les ha ofrecido de momento una solución para este problema. No obstante, no se mostró preocupado porque prefiere que Boeing se tome su tiempo para buscar una solución eficaz y duradera.

La crisis del 737 Max ha provocado un tremendo agujero en las finanzas de Boeing. La compañía registró en 2020 sus primeras pérdidas en veinte años. Sus acciones, que cotizaban por encima de los 420 dólares en marzo del año pasado, están ahora en el entorno de los 340 dólares. Ayer, no obstante, los inversores han celebrado el anuncio de Dickson y los títulos del fabricante cerraron con una subida del 3,6%, cotizando en los 341,43 dólares.