Simulación de los nanosatélites de Open Cosmos

Open Cosmos, la compañía con corazón español que «democratiza» el espacio

La tecnología «cubesats» permite poner en órbita un satélite en el plazo de seis meses desde un millón de euros

«Hasta el infinito y más allá», decía Buzz Lightyear, el entrañable personaje de «Toy Story». Pues hasta allí es precisamente donde quiere llegar la industria aeroespacial. Y es que el sector vive una auténtica revolución. Durante años, los costes de lanzar un satélite al espacio han sido estratosféricos, de varios centenares de millones de dólares. Además, los desarrollos se prolongaban durante años, lo que dejaba las misiones espaciales al alcance de muy pocos.

Hoy, esta realidad es completamente distinta. La tecnología ha permitido reducir los tamaños de los satélites y rebajar así tanto los tiempos como los desembolsos. Actualmente, por entre uno y cinco millones de euros, es posible enviar un satélite al espacio. Con la llegada de los «cubesats» –nanosatélites compuestos por cubos de 10x10x10 centímetros–, el sector vive una época de auténtica transformación, un cambio de paradigma que se ha denominado «New Space».

La previsión es que el negocio se dispare. En 2017, superó la barrera de los 300 lanzamientos de cubesat, pero, según el último informe de la consultora SpaceWorks, se espera que, en los próximos cinco años, se pongan en órbita entre 1.800 y 2.500 nanosatélites, y que la cifra de negocios mundial de este mercado alcance los 4.800 millones de dólares en 2025, casi el triple que en la actualidad.

En este contexto de democratización del espacio, surge Open Cosmos, una empresa de corazón español (su fundador es de Palma de Mallorca) pero de vocación internacional. Con sede en Reino Unido, su equipo está integrado por personas de 17 nacionalidades distintas. Open Cosmos ha dado una vuelta de tuerca al concepto de «New Space», y ya habla de «Enabling Space», es decir, de una industria que capacita a otra para la toma de decisiones rentables para su negocio. Y es que las aplicaciones de estos pequeños satélites son innumerables, como la vigilancia de bosques y zonas forestales, el control de inundaciones, o la vigilancia de zonas costeras, fronterizas o de conflicto.

Al frente de Open Cosmos está Rafael Jordá. Ingeniero aeronáutico, hace cinco años –con tan solo 27–, decidió fundar la compañía después de haber tomado contacto con el sector en distintas «startups». Su objetivo era, como él mismo dice, «democratizar el espacio para mejorar la vida en la Tierra».

La compañía se hizo un nombre en el sector espacial después de desarrollar un satélite completo en solo seis meses. Este proyecto les permitió ganarse la confianza de la Agencia Espacial Europea (ESA), con la que rubricaron varios contratos, además de con el Gobierno británico y empresas privadas de sectores tan diversos como el de las telecomunicaciones o el energético.

En 2017, fue seleccionada por la ESA como principal proveedor de misiones espaciales de nanosatélites de Europa, bajo el programa Pioneer. Además, en 2019 fue la compañía designada para el desarrollo del satélite de observación de la Tierra «Mantis», una misión de imágenes espectrales de alta resolución con aplicaciones directas en los sectores de la energía y la minería.

«Nos dedicamos a poner satélites en órbita con fines muy prácticos, tanto para empresas como para gobiernos y, además, nos encargamos de todo el proceso, desde el diseño y construcción de los satélites, hasta el lanzamiento y la puesta en órbita de los mismos», explica Jordá.

En los últimos cinco años, la empresa ha invertido 4,5 millones de euros en I+D con el objetivo de abrir el espacio a nuevas utilidades y servicios. Entre los proyectos en los que trabaja actualmente está el diseño, desarrollo y operación de hasta 100 nanosatélites que Sateliot planea desplegar en los próximos años con el objetivo de democratizar el internet de las cosas en todo el planeta con la cobertura 5G.

No todo es turismo

Aunque Open Cosmos tiene su sede en Reino Unido, ya ha empezado su proceso de expansión, y el primer país elegido para desembarcar ha sido España. Jordán afirma que se establecieron en Reino Unido porque era el país que más apoyo prestaba a la innovación y al sector aeroespacial, pero ya han abierto una filial en nuestro país y tienen en mente nuevos mercados, especialmente en Asia. «Nos hace mucha ilusión que el sector aeroespacial esté madurando en España porque hay mucho talento y mucho potencial. Con empresas como la nuestra, demostramos que no todo es turismo. Es muy importante que en España se dé visibilidad a todo lo que se está haciendo hoy por hoy en el sector tecnológico e industrial y que lo aproveche para subirse al tren de la revolución espacial».

Del tamaño de un microondas
Lejos de la imagen tradicional que tenemos de los satélites, grandes y pesados, los que fabrica y opera Open Cosmos son de unas dimensiones reducidas. Su tamaño equivale al de un horno microondas y tiene alrededor de 12 kilogramos de peso. Su vida útil es sin embargo inferior a la de los grandes satélites, y ronda los cuatro o cinco años, lo que permite por otro lado aumentar sus capacidades y poder adaptarse a los cánones de innovación y perfeccionamiento continuos del sector.