Alivio en el campo por la tregua comercial entre la UE y EE UU

La tregua en la guerra comercial que mantienen Estados Unidos y la Unión Europea (UE), que se anunció el pasado viernes, ha sido bien acogida por el sector agroalimentario español. Ese día se anunció que se dejaban en suspenso los incrementos de aranceles del 25%, que venían aplicando los norteamericanos a productos emblemáticos procedentes de varios países miembros de la UE que participan en el consorcio Airbus, y también las medidas de represalia que anunció Bruselas para diferentes mercancías de EE UU, por las ayudas públicas que este país había concedido a su vez a la empresa Boeing.

Todas las medidas estaban amparadas por las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Ahora toca conocer los detalles sobre la forma en la que se aplicará esta suspensión de la subida de aranceles y, por supuesto, ver cómo evolucionan las negociaciones durante el próximo cuatrimestre. La expectación es máxima dentro de los dos sectores españoles que se han visto más afectados por las medidas de represalia de los EE UU, como son el aceite de oliva y el vino, aunque también ha perjudicado a los quesos y determinados productos cárnicos. En el caso del primero de ellos se ha registrado una importante reducción de las exportaciones de aceite de oliva envasado a este país en 2020. Sin embargo, no ocurrió lo mismo con los envíos totales de (envasado y a granel) en la campaña 2019-2020, durante la que España vendió más aceite de oliva a EE UU que en la anterior, a pesar de esos aranceles. De acuerdo con las cifras facilitadas por el Ministerio de Agricultura, se exportaron a ese país 149.878 toneladas de aceite de oliva procedente de España, un 16% más, alcanzándose una cifra récord. Durante el mismo periodo se exportaron en total 1,11 millones de toneladas, frente a 1,02 de la campaña 2018-19. Italia fue el primer cliente ya que compró a España 325.024 toneladas.

El de las ayudas públicas a sus gigantes aeronáuticos es uno de los contenciosos que existen entre la UE y EE UU, pero no es el único. También hay tensiones por la aplicación de la «tasa Google» y en sectores como el aluminio, el acero y los automóviles.