Menos rico
La pandemia corta las alas a la fortuna de «Air Jordan»
En sólo un año, el patrimonio de la exestrella de la NBA Michael Jordan ha menguado un 25%
Del estrellato a estrellarse en los negocios hay una finísima línea en el caso de los deportistas profesionales. Tan fina es, que para la gran mayoría de ellos es inexistente y pasan del cielo deportivo al infierno financiero casi sin solución de continuidad. Según un reportaje de la prestigiosa revista deportiva americana «Sports Illustrated», el 80% de los deportistas profesionales acaba en la ruina. No ha sido el caso, sin embargo, del que muchos consideran el mejor baloncestista de todos los tiempos, Michael Jordan. Pero incluso a un avezado inversor como la exestrella de los Chicago Bulls y los Washington Wizards, las cosas le están yendo regular con la pandemia.
Según ha publicado recientemente la revista «Forbes», en sólo un año ha visto como se esfumaba una cuarta parte de su fortuna. En abril del año pasado, la exestrella de la NBA se colocaba en el puesto 1.001 de la lista que elabora la publicación de los más ricos del mundo, con un patrimonio de 2.100 millones de dólares (1.760 millones de euros). Sin embargo, un año y una pandemia después, su fortuna ha caído hasta los 1.600 millones de dólares (1.353 millones de euros).
No hay muchas pistas de las razones por las que la fortuna de «Air Jordan» ya no vuele tan alto, aunque algunas informaciones apuntan a que fue uno de los damnificados por GameStop. Pero es evidente que, como a muchos inversores, el parón económico mundial provocado por la pandemia ha afectado a las finanzas de un hombre que se ha cubierto de oro pero que también ha cubierto a los que han ligado sus negocios a su nombre.
Nike es un buen ejemplo de ello. La compañía americana de artículos deportivos convirtió a Jordan en un icono mundial y ahora resulta casi imposible desvincular la imagen de la compañía de la del mito y viceversa. Nike creó una marca, Jordan Brand, por la que el jugador se embolsa cerca de 100 millones al año por los derechos de uso y venta y que a la compañía le reporta unos ingresos de 3.000 millones anuales gracias al logo de Air Jordan. La historia podría haber sido bien diferente para ambos pero dos centímetros lo impidieron. Adidas estuvo muy cerca de firmar al jugador como imagen de su marca. Sin embargo, su política le impedía rubricar acuerdos con jugadores que no midiesen al menos dos metros. Jordan medía 1,98, una nimiedad en lo físico que, sin embargo, hubiera supuesto una barbaridad en lo económico para la compañía alemana.
Retirado ya de las canchas, Jordan se ha convertido en un inversor al que los expertos reconocen su habilidad para los negocios. Además de regentar varios restaurantes y un concesionario de coches en Carolina del Norte, ha puesto el ojo en las nuevas tecnologías. Realizó un gran desembolso en e-sports, y tiene participaciones en varias start up como Gigster, una de las grandes compañías tecnológicas de Silicon Valley. También en diversas empresas de desarrolladores, diseñadores y jefes de proyecto freelance. Tampoco ha dejado el mundo del deporte de lado, en especial en de los dos que practicó de forma profesional, el fútbol y el baloncesto. En 2010 compró el 90% de las acciones de los Charlotte Hornets de la NBA por 275 millones de dólares. Hoy valen 1.050 millones. También es accionista de los Miami Marlins de beisbol.
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