Con este Iglesias, sí

Gabilondo ha pasado del “con este Iglesias, no”, al “con Iglesias, por supuesto”, lo que implica que deberá asumir la política económica de Podemos, consistente en gastar más, aumentar el número de funcionarios y empresas públicas, crear todo tipo de observatorios y chiringuitos, repartir más dinero en subvenciones, subsidios y rentas básicas, reducir a 35 horas la semana laboral y prohibir los recortes en general. Un mayor gasto público habrá que cubrir con deuda e impuestos. Hasta diez medidas propone Iglesias en materia fiscal: nuevas tasas ecológica, turística, sobre el patrimonio de empresas, viviendas vacías y personas con 5 pisos en propiedad, y eliminar las exenciones en Patrimonio, suprimir bonificaciones en Sucesiones, Donaciones y Transmisiones, y subir la recaudación por la cuota del IRPF. Lo contrario que Ayuso.

Es decir, un programa propio del viejo comunismo, cuya aportación histórica ha sido la restricción de libertades, la ruina y la miseria en los países donde se implantó. Ni siquiera los chinos piensan ya de esta manera. A los chinos les pone el capitalismo económico. A Iglesias, que el capital lo acumulen él y los suyos, al estilo chavista, compensando a los miembros de los 13 observatorios que promete crear (sobre muerte digna, ideología de género, mesa del árbol, escuelas ciudadanas, etc.), las tropecientas comisiones, oficinas, agencias, foros, asociaciones, cooperativas y mamandurrias cuyos informes y dietas serán onerosamente retribuidos con el dinero de los madrileños.

En manos de Iglesias, Gabilondo no tendrá más remedio que ejecutar el programa podemita, con lo que está asegurado que Madrid pasará de ser el faro económico de España, a una autonomía subvencionada y arruinada.