EE UU

Corrupción en la Reserva Federal de Estados Unidos

La renuncia de su subdirector llega después de la dimisión de los presidentes regionales de Dallas y Boston tras ser cuestionados por operar en bolsa con información privilegiada en medio de la crisis económica derivada del covid

Sede de la Reserva Federal en Washington
Sede de la Reserva Federal en WashingtonLEAH MILLISREUTERS

Richard Clarida, subdirector de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), presentó su renuncia esta semana al presidente Joe Biden. Lo hizo dos semanas antes de que acabara su mandato de cuatro años como segundo al mando del banco central estadounidense. Su renuncia se hizo efectiva el 14 de enero de este año después de que algunas investigaciones apunten a que habría hecho movimientos financieros valiéndose de información económica confidencial de la Reserva Federal que pudo haberle beneficiado cuando se avecinaba la crisis financiera derivada Covid.

El 24 de febrero de 2020, cuando los mercados financieros sufrían pérdidas considerables por la inminente pandemia, Clarida vendió hasta 5 millones de dólares en acciones de un fondo que estaba perdiendo valor en la bolsa. El 27 de febrero de 2020, un día antes de que Jerome Powell, director de la Reserva Federal, anunciara que usaría todas las herramientas para ayudar a la economía a mitigar el riesgo económico derivado de la pandemia, Richard Clarida volvió a comprar las acciones que había vendido a un precio aún más barato, inversión que le otorgó un margen de ganancia significativo.

Cabe mencionar que el 26 de febrero altos oficiales de la Fed se reunieron para discutir qué políticas económicas adoptar para mitigar el impacto de la pandemia. Tras esta reunión, el 15 de marzo de 2020 la Reserva Federal redujo sus tasas de interés al 0% y compró bonos del Tesoro y otros valores con respaldo hipotecario por más de 700.000 millones de dólares.

Respaldo inicial

Inicialmente, la Fed calificó los movimientos financieros de Clarida como un “reequilibrio de cartera planificado”. Sin embargo, revelaciones recientes del diario “The New York Times” han demostrado que la venta y la recompra de las acciones en cuestión de tres días no solo no fue reportada correctamente sino que era muy fácil de interpretar como un movimiento financiero que respondía a las condiciones del mercado y a la información privilegiada que tenía Clarida del mismo.

En la carta de renuncia que Richard Clarida le ha enviado al presidente Biden, no menciona sin embargo la polémica en su contra y dice que fue un “inmenso privilegio” trabajar para la FED y que está “orgulloso” de haber tenido la oportunidad de moldear la política del banco central.

La controversia se da en medio del proceso de confirmación de Jerome Powell en el Congreso para asumir su segundo mandato al mando de la Reserva Federal. Powell había sido inicialmente nombrado para el cargo por el expresidente Donald Trump y dijo al respecto que la contribución de Richard Clarida a las deliberaciones en política monetaria iba a dejar un largo impacto en el campo de la banca central y que “echará de menos sus sabios consejos y sus puntos de vista vitales”.

Otros altos funcionarios implicados

La salida de del subdirector de la Fed es el hecho más reciente en un escándalo que viene dándose hace meses y que en septiembre del año pasado desembocó en la renuncia de Robert Kaplan y Eric Rosengren, expresidentes regionales de las oficinas de la Reserva Federal en Dallas y Boston, respectivamente. Información financiera demostró que Kaplan hizo millonarias transacciones de acciones de empresas petroleras y gasísticas durante 2020 con supuesta información privilegiada que lo pudo haber beneficiado. Por su parte, Eric Rosengren tenía participación y realizó transacciones en fideicomisos de inversión en bienes inmobiliarios mientras ayudaba a establecer la política de la FED sobre compras de valores respaldados por hipotecas que benefició el mercado inmobiliario.

Robert Kaplan dijo que renunciaba porque “el reciente enfoque en su información financiera corre el riesgo de convertirse en una distracción para el trabajo económico del banco central”. Por su parte, Eric Rosengren afirmó que salía de su cargo en Boston para evitar que se agravara un problema que tenía en el riñón.

Las normas internas de la FED establecen que los banqueros centrales deben evitar cualquier acción que “pueda transmitir incluso una apariencia de conflicto entre sus intereses personales, los intereses del sistema y el interés público”. Al respecto, la senadora Elizabeth Warren le escribió una carta a Gary Gensler, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (SEC en inglés) pidiéndole una investigación. “Le escribo para solicitar que la SEC investigue los movimientos de valores por parte de funcionarios de alto nivel de la Reserva Federal y determine si estas transacciones son éticamente cuestionables y violaron las reglas de uso de información privilegiada (inside trading)”.

Varios analistas coinciden en destacar que el comportamiento de altos funcionarios de la Fed en 2020 puso en riesgo esa credibilidad de la banca central estadounidense y que debería trabajar para el interés de la economía y no para beneficio personal de sus dirigentes.

En respuesta al escándalo, la FED revisó sus reglas comerciales para el personal senior en octubre de 2020, implementando una prohibición total de compras de acciones individuales y prohibiendo a los funcionarios otras inversiones. Además, Jerome Powell anunció que pronto publicará nuevas medidas para evitar que esto vuelva a pasar.

De ser confirmada por el Congreso en las próximas semanas, Lael Brainard, gobernadora de la FED, reemplazará a Richard Clarida como subdirectora del banco central estadounidense.