Crisis energética

Bruselas aceptará límites en los precios de la energía pero comunes para toda la UE

La Comisión Europea teme una regresión en la liberalización y la descarbonización

Torres de alta tensión en Madrid.
Torres de alta tensión en Madrid.JESUS G. FERIALa Razon

La Comisión Europea deja abiertas todas las opciones en la intervención de los sobrecostes del mercado eléctrico y ha presentado un documento que ahora será analizado por los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete que se reúnen hoy y mañana en la capital comunitaria.

El Ejecutivo comunitario recoge por primera vez medidas como las defendidas por el gobierno de Pedro Sánchez y otros países del sur de Europa –entre ellas intervenir de manera directa en los precios de la energía-, pero se muestra prudente sobre las opciones elegidas y puntualiza que todas ellas entrañan riesgos y su carácter debe se limitado y temporal, ante el peligro de que esto suponga dar pasos atrás en la liberalización de los mercadosy en la progresiva descarbonización de la economía europea que busca reducir la dependencia de los hidrocarburos.

Entre la batería de propuestas del Ejecutivo comunitario, se encuentra negociar de manera colectiva en la UE con los socios internacionales el suministro de gas licuado que llegue a la UE a través de buques metaneros. La segunda tanda de medidas tiene que ver con la intervención directa en la fijación de precios en los mercados mayoristas ya sea en todo el mercado eléctrico o sólo en las tarifas de gas. En este último aspecto, a través de la imposición de un tope al precio del gas que sea mayor que el coste de los proveedores pero menor que el del mercado y sin compensaciones para los afectados. Este precio límite deberá ser común en todos los países europeos para evitar distorsiones, aunque existe la posibilidad de que se ponga en peligro el suministro energético y de que las compañías prefieran priorizar a los países vecinos como clientes.

En cuanto a la intervención total de todo el mercado eléctrico, Bruselas propone varias opciones como una compensación a los generadores de combustibles fósiles en el que se tenga en cuenta el precio del gas o un límite de precios que afecte a todas las fuentes de energía. En estos casos, Bruselas reconoce que también se podría poner en peligro el suministro eléctrico o que estas compensaciones con dinero público deriven en más impuestos para los ciudadanos o aumento del déficit público. Como tercera opción, Bruselas también plantea impuestos a las energéticas por los beneficios obtenidos por el aumento del precio del gas y que este dinero extra se utilice para ayudar a los consumidores más vulnerables. Ahora mismo, según el modelo de fijación de precios marginal, todas las fuentes de energía quedan alineadas con la tarifa más cara, la del gas. Esto ha procurado durante los últimos meses ingresos extraordinarios a otras fuentes más baratas como las nucleares o las renovables.