Vivienda

Solo el 15,6% de los jóvenes vivían emancipados a finales de 2021

Esta tasa es tres puntos inferior al momento prepandemia (18,7% a cierre de 2019), aunque sube un 0,7% respecto al primer semestre de 2021, lo que supone el primer repunte de este indicador tras 15 años consecutivos de caídas

Una persona pasa ante el escaparate de una agencia inmobiliaria
Una persona pasa ante el escaparate de una agencia inmobiliariaBiel AliñoAgencia EFE

El porcentaje de personas jóvenes que viven emancipados de su familia en España se situó en el 15,6% en el segundo semestre de 2021, un 0,7% más que en el primer semestre, lo que representa el primer repunte de este indicador tras 15 años consecutivos de caídas. A pesar de este ligero aumento semestral, la tasa de población joven (entre 16 y 29 años) emancipada sigue por debajo de los niveles prepandemia. Así se recoge en el Observatorio de Emancipación correspondiente al segundo semestre de 2021, elaborado por el Consejo de la Juventud de España (CJE) y presentado este jueves por la presidenta de este organismo, Elena Ruiz, y el autor del estudio, Joffre López.

A principios del año 2021 el 14,9% de la población joven residía en un hogar independiente, mientras que, al acabar el año, lo hacía el 15,6%. Con esta subida, la población joven española recuperó los valores de finales de 2020 (15,8% en el cuarto trimestre), pero todavía con una tasa de emancipación tres puntos inferior al momento prepandemia (18,7% a cierre de 2019). Comparado por sexo se acortó la brecha en la emancipación entre mujeres y hombres jóvenes, aunque el colectivo femenino seguía registrando una mayor tasa de emancipación que los hombres (18,5% y 12,7%, respectivamente).

Observatorio de Emancipación correspondiente al segundo semestre de 2021
Observatorio de Emancipación correspondiente al segundo semestre de 2021Consejo de la Juventud de España (CJE)

Condenados a vivir de alquiler y compartiendo piso

El precio de la vivienda libre, tanto en alquiler como en venta en el mercado inmobiliario, se mantuvo estable a lo largo de 2021, aunque, dado el nivel adquisitivo del conjunto de la población joven en España, el acceso a la vivienda resultaba poco viable. En ese sentido, una persona joven debía dedicar 3,8 veces su sueldo neto íntegro para poder sufragar la entrada de una hipoteca de la vivienda media en España (170.000 euros), cuando una persona joven con condiciones laborales estables únicamente puede permitirse destinar hasta 100.000 euros sin sobreendeudarse.

Ante esta situación, los jóvenes se ven abocados a vivir de alquiler. Sin embargo, la creciente subida de los precios del arrendamiento (845 euros de media) les puso “en serios aprietos”, ya que sólo podían destinar 320 euros mensuales sin sobreendeudarse. Por lo tanto, la única opción que le queda a una persona joven que quiera vivir de forma independiente es compartir piso, a lo que aún así, tiene que destinar la cuarta parte de su salario mensual (25%). Según el informe, el 34,5% de las personas jóvenes que estaban emancipadas en viviendas de alquiler, compartían vivienda con otras personas que no eran ni pareja ni familiar.

A ello habría que añadir la inestabilidad económica derivada de la temporalidad contractual, que afectaba a más de la mitad de las personas jóvenes empleadas (55,4%). Del mismo modo, el Observatorio advierte de que el 25,4% de los contratos de jóvenes están vinculados a la parcialidad y, de ellos, un 14,8% están relacionados con la parcialidad no deseada.

La parcialidad afectaba a casi el doble de mujeres que de hombres jóvenes: 33,7% frente al 17,8%, respectivamente, siendo una parcialidad en su mayoría involuntaria, lo que “demuestra que seguimos teniendo ese ‘suelo pegajoso’ que impide que estemos en igualdad de condiciones que nuestros compañeros varones”, según atestiguó Elena Ruiz. A pesar de ello, la brecha de género en cuanto a emancipación se redujo entre hombres y mujeres, aunque estas seguían sin poder hacerlo en solitario, como lo ilustra el hecho de que sólo 13,8% de ellas estaban emancipadas en solitario, frente al 26,9% de ellos.

Por su parte, la tasa de paro, a finales del año 2021 volvía al nivel previo a la irrupción de la COVID-19 (23,8% a finales de 2019) afectando al 23,6% de la población entre 16 y 29 años, el dato más bajo desde 2008. No obstante, debería tenerse en cuenta que casi la mitad de la población joven española era inactiva laboralmente (47,6%), 1,6 puntos porcentuales más que a finales de 2019 (46%). El 89,7% se encuentra en esta situación por estar estudiando, lo que supone la cifra más alta en este aspecto de toda la serie histórica.

El 42% de los jóvenes están sobrecualificados para sus puestos

Por su parte, las personas jóvenes que trabajaban y estudiaban simultáneamente creció hasta el 32,5%, frente al 2,4% que ni estudiaban ni trabajaban. Además, el 42% de ellas estaban sobrecualificadas, es decir, que ocupaban puestos de trabajo con funciones inferiores a su formación. Cabe destacar que la tasa de paro entre jóvenes con estudios era del 15,9%, un guarismo que ascendía al 38,6% en las personas con estudios primarios, lo que evidencia “la dualidad del mercado laboral, con alta tasa de sobrecualificación en la población con estudios y altas tasas de desempleo en las personas con menos cualificación”.

Por todo ello, Elena Ruiz constató que “ha llegado el momento de priorizar a la juventud en la agenda pública”, ya que “no podemos seguir esperando respuestas políticas bajo la falsa premisa de que nuestros problemas se resolverán en el futuro, cuando no seamos jóvenes”.