Las claves de la semana para invertir en Bolsa

Las bolsas han subido con fuerza durante las últimas semanas a medida que disminuyen las preocupaciones sobre la inflación y crece la confianza en que la economía será capaz de soportar tasas más altas. Esto ha llevado al S&P 500 a subir un 15% y al Nasdaq más de un 18%. El Ibex 35, que no acumulaba una caída tan grande, tan solo cae un 3% en el acumulado del año.

Sin embargo, todavía nos parece pronto para recuperar el optimismo, puede que la inflación haya tocado techo, pero sigue superando por cuatro a su objetivo. La subida de tipos puede frenar, pero todavía no hemos visto los efectos del encarecimiento del dinero. Además, seguimos sin resolver los altos precios de las materias primas (la semana pasada subieron más de un 10%), especialmente las energéticas y los problemas en las cadenas de suministro.

La inflación correspondiente al mes de julio en EEUU cayó al 8,5% frente al 9,1% del mes de junio. La caída de las materias primas ha ayudado a esta caída, de hecho, la inflación subyacente fue del 5,9%, lo que sugiere que los precios podrían haber alcanzado su punto máximo. Los precios de la gasolina están cerca de caer de los cuatro dólares por galón, aunque los costes de vivienda y mano de obra siguen aumentando.

Los inversores han empezado a descontar un aumento de 50 puntos básicos en la reunión de septiembre para llevar los tipos de interés a final de año a la zona de 3,75%. Aunque los bonos son siempre los que ofrecen una visión más realista y tras el dato de inflación apenas se movieron. La curva de tipos continúa invertida y la semana pasada marcó su mayo diferencia en los últimos 20 años, lo que da muestras de las dudas en el corto plazo.

Las acciones tecnológicas han sido las que más han rebotado con la esperanza de que la Fed suavice los aumentos de tipos e incluso algunos han empezado a descontar la posibilidad de que empiecen a bajarlos a mediados del próximo año. El reciente repunte del Nasdaq se produce a pesar de una demanda más débil y el anuncio de varias de las compañías más grandes de frenar la inversión y detener las contrataciones.

El Senado aprobó la Ley de reducción de la inflación por valor de 430.000 millones de dólares con un resultado de la votación muy ajustado de 51 a 50. El proyecto de ley financiará proyectos de energía limpia, reducción de costes de atención médica y recortes en el presupuesto federal. Esto se financiará en parte con las empresas con mil millones o más de beneficios, que enfrentan un impuesto mínimo del 15%. También impondrá un impuesto del 1% sobre la recompra de acciones corporativas

Pretende poner un tope de 2.000 dólares al año a la cantidad que la gente paga de su bolsillo por los medicamentos. El proyecto de ley invertirá también miles de millones de dólares en energía eólica, solar y eléctrica, al tiempo que ofrece incentivos para mejoras en el hogar y la compra de vehículos eléctricos.

Elon Musk vendió otro paquete de acciones de Tesla valorado en 6.900 millones de dólares a pesar de que en el mes de abril afirmara que dejaría de vender acciones. Esto podría ser una estrategia para seguir acumulando liquidez para comprar finalmente Twitter con la que mantiene una disputa legal al considerar que hay más cuentas falsas de las que se informó en un primer momento. El juicio comenzará a mediados de octubre y si finalmente no compra la red social ha dejado claro que aumentará en un 15% su participación en Tesla.

El petróleo repuntó desde mínimos anuales y vuelve a rondar los 100 dólares por barril ante el pronóstico de la Agencia Internacional de la Energía sobre un aumento en la demanda de 2,1 millones de barriles diarios para este año. A pesar de la desaceleración económica y las paralizaciones en China, la demanda sigue fuerte y en parte se debe ante el mayor uso de petróleo en detrimento del gas. La posibilidad de que EEUU e Irán llegasen a un acuerdo que permitiera al país del Golfo Pérsico volver a vender internacionalmente no tuvo gran repercusión.

El mercado de las criptomonedas también ha rebotado con fuerza y la pasada semana se vio impulsada por el respaldo del mayor gestor de activos del mundo. BlackRock anunció que ofrecerá a los clientes institucionales acceso directo a las criptomonedas a través de su producto Aladdin, comenzando con Bitcoin.

Eventos destacados

• Entre los datos macroeconómicos más destacados se encuentran la encuesta ZEW de confianza inversora en Alemania, donde se espera un repunte desde los mínimos del pasado mes de junio, pero todavía con una visión pesimista de las perspectivas. Los permisos de construcción y la venta de viviendas de segunda mano en EEUU ofrecerán una visión de un mercado inmobiliario que está dando muestras de debilitamiento. Por último el dato definitivo de inflación en la euro zona, que se encuentra en máximos desde que hay registros y donde no se esperan cambios relevantes.
• La temporada de resultados empresariales está llegando a su fin, y del conjunto de empresas del S&P 500, el 81% ha logrado superar las expectativas. Esta semana destacan las publicaciones de Walmart, Home Depot, Trecent y Cisco.

El dato de la semana: Índice ZEW confianza inversora en Alemania

Es uno de los principales indicadores económicos en Alemania y mide la confianza de los inversores a través de una encuesta mensual a unos 350 economistas y analistas sobre las perspectivas de crecimiento a medio plazo. Desde los máximos de mayo de 2021 no ha parado de caer y durante el pasado mes de julio cayó a -53,8, mínimos desde 2012, por debajo incluso que durante la pandemia. En el dato de esta semana se espera un repunte hasta -38,3, lo que sigue indicando una visión muy pesimista.

Los temores a que Rusia corte completamente el suministro de gas están pesando mucho sobre una economía que ya está dando muestras de debilidad. Durante el pasado trimestre no fue capaz de crecer y acumula una tasa de inflación del 7,5%. Recientemente publicó el peor dato de balanza comercial desde 1990, mientras que la producción industrial ya se encuentra en zona de contracción. Las ventas minoristas también podrían volver a caer respecto al dato anterior, y ya acumulan seis meses consecutivos a la baja.

El miedo ya no es entrar en una recesión, se da por hecho, ahora los inversores se centran en cuanto podría durar y cómo de profunda será. El pronóstico de Bloomberg ya le otorga una posibilidad del 75% a que entre en recesión este año, y su gravedad dependerá principalmente del suministro energético. Rusia ha reducido las importaciones a través de Nord Stream 1 hasta el 20% de su capacidad, lo que ha llevado a la Unión Europea a tratar de reducir el consumo energético.

La acción de la semana: Walmart

La cadena de supermercados acumula una caída anual ligeramente superior al 10% y recientemente anunció un recorte de sus ganancias ante el menor consumo de los hogares debido a la inflación. Walmart es el mayor empleador de EEUU con 1,6 millones de trabajadores y su posición dentro del mercado es tan grande que sus resultados son tomados como un indicador de consumo. En las últimas semanas se ha especulado con la posibilidad de que recorte personal, ya que durante la pandemia elevo la contratación para cubrir la demanda y ahora se encuentra en una situación de exceso de personal.

La compañía ha pronosticado una caída de los beneficios por acción para este trimestre entre un 8% y un 9%. La inflación de los alimentos supera los dos dígitos,lo que está provocando que los clientes no gasten tanto en otros productos que ofrecen un mayor margen. Aunque el aumento en los precios no es el único problema, sigue sin resolver los problemas en las cadenas de suministro, los altos precios del combustible y los gastos de personal.

Walmart está tratando ahora de encontrar nuevas formas de incrementar sus ingresos a través de la veta online o incluso el metaverso, el problema es que trabaja con márgenes tan estrechos que es difícil lograr un gran crecimiento de sus ingresos. El año pasado creo Walmart+ para luchar con otras plataformas como Amazon Prime. El servicio ofrece entrega gratuita en el mismo día en más de 2.700 tiendas.

La estabilidad en los resultados y en el pago de dividendos puede atraer a inversores conservadores, ha aumentado el pago anual de dividendos durante 49 años consecutivos. Pero durante los últimos dos años se ha comportado peor que la media del S&P 500, lo que también podría hacer que los inversores se decantan por otros valores con mejores perspectivas de crecimiento.