Consumo
Que no te timen este “Black Friday”: estas son las estafas más comunes
Comprar online conlleva una serie de riesgos como adquirir objetos de segunda mano que nunca llegan, tiendas online falsas o cupones de descuento con malware
El “Black Friday” es una fecha señalada en rojo en el calendario de muchos consumidores para adquirir sus productos favoritos a un precio mucho menor del habitual; aunque también lo es para los ciberdelincuentes, los cuales aprovechan esta avalancha de ofertas para timar a aquellos más ingenuos y robar sus datos personales o incluso su dinero. Por tanto, no es de extrañar que realizar compras online conlleve una serie de riesgos para los consumidores como comprar objetos de segunda mano que nunca llegan, tiendas online falsas o cupones de descuento que contienen malware.
En este contexto, hay algunas de las prácticas que se producen con más frecuencia que otras, por lo tanto, desde Legálitas hacen un repaso sobre las ciberestafas más comunes a las que pueden tener que hacer frente los ciudadanos.
Tanto el “phishing” como el “smishing” son los fraudes más comunes entre los estafadores. Este primer término hace referencia a una técnica utilizada por los ciberdelincuentes en la que suplantan la identidad de empresas, organizaciones reconocidas u organismos públicos y engañan a la víctima. Para ello, envían en su nombre un correo electrónico para solicitar datos personales, claves y contraseñas de acceso a cuentas bancarias electrónicas, con el objetivo de conseguir toda la información posible para después utilizarla de manera fraudulenta.
Por su parte, a través del “smishing” se mandan mensajes de texto fraudulentos suplantando la identidad de organismos reconocidos con el objetivo de que la víctima acceda a una página web falsa que simula ser la oficial para robar sus credenciales de acceso al servicio bancario o incluso hacer cargos al número de cuenta del usuario.
¿Cómo puedo evitar fraudes en la red?
Dado que las estafas están a la orden del día, desde Legálitas han establecido una serie de recomendaciones para evitar caer en la trampa de estos estafadores:
- Evitar de cualquier enlace sospechoso que lo envíe una dirección desconocida.
- Obviar el acceso a sitios web de dudosa reputación que se promocionen con artículos gratuitos o descuentos en determinados productos, entre otros.
- Usar tecnologías de seguridad para mantener actualizado el sistema operativo y las aplicaciones web.
- Descargar programas y aplicaciones desde sitios web oficiales.
- Aceptar tan solo contactos conocidos en la interacción en redes sociales y sistemas de mensajería instantánea.
- No ejecutar archivos sospechosos de los que no se sepa la procedencia.
- Utilizar contraseñas fuertes con números y caracteres para que no resulten fácilmente deducibles.
- Desconfiar de precios sorprendentemente bajos en comparación con los del mercado.
No obstante, si pese a haber seguido todos estos pasos una persona ha sido víctima de una estafa, esta deberá hacer acopio de todas las pruebas posibles en las que se muestre todo lo ocurrido. Por tanto, también será muy importante solicitar datos a la entidad bancaria sobre la cuenta de destino a la que se le envió el dinero. “Cuanta más información se aporte junto a la denuncia de los hechos, mayores serán las posibilidades de demostrar la comisión del delito de fraude, así como averiguar la identidad del culpable”, explican desde Legálitas.
Tras reunir las pruebas, se deberá acudir a la Policía Nacional, Guardia Civil o al Juzgado de Instrucción de Guardia, e interponer la denuncia que corresponda. Desde Legálitas aseguran que “una vez localizado y detenido el culpable será el juez de instrucción competente quien determine si se está ante un delito de estafa leve, menos grave o grave”. El delito será leve si el importe defraudado no supera los cuatrocientos euros, y por delito menos grave o grave aquel en el que se supere dicho límite.
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