Impuestos

España, medalla de plata mundial en presión fiscal al patrimonio y a la riqueza

Solo Italia supera a España en la OCDE, incluso antes del nuevo impuesto a los ricos que ha entrado este año en vigor

María Jesús Montero durante la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE
María Jesús Montero durante la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOEAlberto R. RoldánLa Razón

Empresas y grandes patrimonios han visto como su fiscalidad se ha disparado durante 2020. En su análisis, el informe «Competitividad Fiscal 2022. presentado ayer por el presidente del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Íñigo Fernández de Mesa –junto al director general de la entidad, Gregorio Izquierdo–, constata que el Ejecutivo ha aumentado de forma exponencial la presión sobre los tipos impositivos de Sociedades y Patrimonio. Sobre el primero, España se ha visto «negativamente» afectada por una presión fiscal normativa más elevada que la media de la Unión Europea y del promedio de la OCDE. Pero es en la tributación sobre el Patrimonio en la que la situación de España es «aún peor».

Pese a que todavía no ha entrado en vigor el nuevo gravamen a las grandes fortunas, la posición de España es casi un 41% superior a la de la UE y un 38% menos competitiva que el promedio de la OCDE, situando a nuestro país solo por detrás de Italia con la imposición patrimonial «más gravosa, aunque este año previsiblemente el Gobierno logrará que la superemos gracias a los nuevos tipos impositivos», aseguró presidente de IEE, Íñigo Fernández de Mesa. En cuanto al IRPF, este se sitúa un 8,8% por encima de la media de la UE y un 7,6% por encima de la media de la OCDE.

Además, si se suma el efecto conjunto con las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social, «que son particularmente altas en España, la cuña fiscal se elevó hasta el 40%, con datos de 2021», lo cual significa que el salario neto que finalmente recibe el empleado constituye el 60% del coste laboral. En relación con esta cuña fiscal, la del 40% de España se sitúa claramente por encima de la media de la OCDE, que es del 35%.

Nuestro país también se sitúa entre los países donde el IRPF es más progresivo, ocupando el noveno lugar de un total de veintidós analizados y supera en progresividad el impuesto sobre la renta la media de la UE y se sitúa en la media de la OCDE, al alcanzar el valor 112,75, frente a 112,86 de media de la organización y 100 de la UE. Así, según este indicador, en España el impuesto sobre la renta es un 12,75% más progresivo que el promedio de la Unión Europea.

Para el «think tank» de la CEOE, el objetivo de la fiscalidad pública debería ser el que sea «competitiva y homologada con nuestro entorno para favorecer la actividad, la inversión empresarial y el empleo, lo cual pasa por mitigar nuestra excesiva tributación del capital, en general, y sobre la empresa, en particular, que es justo lo contrario de lo que algunos, equivocada e inoportunamente, plantean. Aquí, en vez de bajarlos, como en todas las grandes economías», concluye Hernández de Mesa.