Empleo
El absentismo se ceba con el sector de limpieza: la ausencia al puesto de trabajo está un 70% por encima de la media
El 13% de los empleados del sector de la limpieza se ausenta cada día de su puesto de trabajo. Las bajas laborales en el sector duran una media de 55 días: 15 más que la media nacional. Los costes laborales, la alta tasa de absentismo y la presión regulatoria ponen en riesgo la sostenibilidad de las empresas.
El absentismo se ha convertido en una problemas estructural en el sector española de la limpieza, cuya tasa de absentismo se sitúa un 70% por encima de la media del resto de sectores económicos. Así lo confirma el “Libro Blanco del Sector de la Limpieza: datos, desafíos y el futuro de un motor económico indispensable”, un informe presentado en la sede de la CEOE por la Asociación Profesional de Empresas de Limpieza (ASPEL) y elaborado por el economista y profesor del IESE, Javier Díaz-Giménez. que constata que el porcentaje de trabajadores que se ausenta cada día de su puesto de trabajo asciende al 13% en el sector de la limpieza -la media nacional está en el 7,6%-.
El informe, que se apoya de los últimos datos disponibles en el INE tras la pandemia, confirma una tendencia al alza en las tasas de absentismo laboral en el sector de la limpieza tras la pandemia del coronavirus, que superan en 4,5 puntos porcentuales los niveles de absentismo del año 2019. En concreto, ese año el número de bajas por cada 1.000 trabajadores alcanzó los 42, frente a la media nacional de 30,4 y las bajas tuvieron una duración de 55 días, por encima de la media de 40 días. Todo esto ante una elevada tasa de parcialidad de 53,9%.
Según indica el informe, este creciente absentismo en el sector "agrava el impacto de medidas en materia laboral", como el incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), ya que más de 30% de los trabajadores del sector de la limpieza perciben el SMI y más de 50 convenios provinciales han sido revisados producto de las alzas, o con la reducción de la jornada que impulsa la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y que se encuentra en plazo de enmiendas en el Congreso de los Diputados. Por tanto, el informa asegura que los costes laborales, la alta tasa de absentismo y la presión regulatoria -que prohíbe revisar los contratos públicos- y la posible reducción de la jornada laboral "ponen en riesgo la sostenibilidad de las empresas".
A pesar de esta situación, las empresas del sector de limpieza han aumentado sus precios menos que las del resto de servicios y que las del conjunto de la economía, y su facturación ha crecido en más de 2.000 millones durante este periodo, pasando de 11.288 millones de euros a 13.709 millones de euros, y da empleo a más de 540.000 personas en España.
Para el presidente de ASPEL, Juan Ignacio Beltrán, el creciente absentismo en el sector tiene un impacto "no solo sobre las empresas que prestan estos servicios, sino también sobre aquellas infraestructuras críticas para nuestra sociedad, como nuestros hospitales, colegios, estaciones o aeropuertos". Beltrán señaló directamente al Gobierno como responsable de estar llevando a las empresas de limpieza a una situación insostenible. "Junto a la subida del SMI, el aumento de las cotizaciones desde 2023 y la posible reducción de la jornada, la desindexación de los contratos públicos impide que se actualicen automáticamente los precios y pone en riesgo la sostenibilidad de las empresas del sector".
Por su parte, Díaz-Giménez ha apuntado que estos datos demuestran que el absentismo laboral "es una de las grandes vulnerabilidades del sector de la limpieza y agravan el impacto de la reducción de la jornada laboral para las empresas del sector". También ha recordado que los costes laborales suponen más del 85% de los costes de las empresas del sector. "Si no se corrige el rumbo, llegará un momento en que las administraciones no encontrarán quién les preste servicios tan esenciales como la limpieza".
Según el último informe elaborado por Umivale Activa y el IVIE, el número de jornadas laborales perdidas por incapacidad laboral de los afiliados al régimen general alcanzó los 368,7 millones en 2023, un 52% más que en 2018. Estos niveles suponen que un millón de trabajadores hubieran estado de baja cada día de 2023 o que todos los trabajadores hubieran estado 20 días ausentes de su empleo por incapacidad temporal (IT) durante ese año, lo que equivale, dice el estudio, a una pérdida potencial de PIB de 81.574 millones de euros.
El incremento se concentra en las incapacidades temporales por contingencias comunes (enfermedades no profesionales o accidentes no laborales), mientras que las contingencias profesionales (accidentes de trabajo o enfermedades profesionales), que son gestionadas principalmente por las mutuas, han permanecido prácticamente estables. Los procesos de larga duración (más de 365 días) son los que más han crecido durante los últimos años hasta llegar a duplicarse con 167.000 bajas en 2023, que suponen un tercio del total.
Otro factor fundamental que también contribuye a los niveles máximos de IT es el incremento de las jornadas perdidas de las personas que acumulan más de un proceso en 12 meses. Así, más del 50 % de los trabajadores con baja activa en 2023 fueron repetidores, un dato "en constante ascenso que explica por sí sola la práctica totalidad del aumento del absentismo por IT en los 6 años estudiados".