
Economía
La coartada de Sánchez para subir el gasto
El Gobierno lanza mensajes de que prepara unos presupuestos con mucho más gasto. La macroeconomía va bien, pero no está tan claro que eso signifique que los españoles tengan más renta disponible

Arthur Laffer, el economista americano autor de la curva que lleva su nombre, denostada por unos –intervencionistas– y alabada por otros –liberales– sostenía que «el gasto público es un impuesto». También añadía: «nunca he oído hablar de una persona pobre que gaste más para alcanzar la prosperidad». El Gobierno de Pedro Sánchez no comparte esa teoría y se prepara para gastar más, mucho más. Prevé que la economía crecerá este año 2025 un 2,7%, una décima más de lo que se esperaba hasta ahora y también una décima más de lo que calcula el Banco de España que gobierna José Luis Escrivá. Celebra además que la agencia Standard & Poor’s haya subido el «rating» de la deuda española y también que la prima de riesgo del Reino de España sea la más baja en casi veinte años y menor que la francesa, algo inédito en la historia.
La vice y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, dice que su departamento ultima el llamado «techo de gasto» para presentarlo, que es el paso previo y obligado antes de los presupuestos. Eso sí, si el «techo de gasto» no sale adelante porque lo tumba el Congreso, huelgan los presupuestos. En estos momentos, es lo más probable, según los mensajes que envían desde Junts, aunque –claro– también es su táctica de negociación.
El Gobierno, por su parte, para ablandar posiciones, lanza mensajes de que prepara unos presupuestos expansivos, es decir, con mucho más gasto. El objetivo es doble. Buscar apoyos parlamentarios hasta el último momento y, al mismo tiempo, repartir dinero sobre todo a su clientela. Su gran coartada es la teórica bonanza de la economía, que permitiría esos dispendios. La macroeconomía, es cierto, va bien, pero no está tan claro que eso signifique que los españoles tengan más renta disponible. Un dato. El IPC ha subido un 23,1% acumulado desde 2020, mientras que el salario medio apenas lo ha hecho un 9,19%. Es decir, esa bonanza no parece llegar ni a los menos favorecidos de la sociedad, ni tampoco a la clase media, que cada vez manifiesta más problemas para llegar a fin de mes y que, con sus impuestos pagan el aumento del gasto público, como ya explicó, partidarios y detractores al margen, Arthur Laffer.
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