Comercio
El Banco de España alerta sobre la dependencia de las empresas españolas de las compras en China
Una de cada diez compañías importa productos "críticos" del gigante asiático, pero este porcentaje se dispara hasta el 80% en el sector farmacéutico y al 60% en el informático
China en el punto de mira. El gigante asiático ha sido y continúa siendo un proveedor crucial para la economía mundial y, en especial, para la española. El año pasado, este país fue el principal origen de las importaciones extracomunitarias de bienes para España y para el conjunto de la Unión Europea, lo que muestra la elevada dependencia comercial respecto a China, lo que podría suponer un riesgo si siguieran aumentando las tensiones geopolíticas.
Un 10% de las empresas en nuestro país importa insumos críticos del gigante asiático para mantener su actividad. Así lo muestra un informe elaborado por el Banco de España (BdE). El organismo bancario señala que los insumos críticos son aquellos sin los que –a juicio de las empresas– podría llevarse a cabo una parte relevante del proceso de producción, se sufrirían retrasos significativos o una reducción en la calidad de los bienes o servicios ofrecidos.
A su vez, los productos críticos que importa España de China, considerados como de "alta dependencia", provienen de unos pocos proveedores y son escasos dentro de la UE y de difícil sustitución. Por tanto, son productos "particularmente vulnerables" a eventuales disrupciones en los flujos comerciales internacionales.
La dependencia de las compañías españolas afecta sobre todo a sectores clave como el manufacturero, actividades extractivas y comercio, puesto que este porcentaje se eleva hasta el 20%. Este es similar al observado en Italia (17%) y menor que el de Alemania (34%).
Dentro de la industria manufacturera, la exposición a China es aún mayor en algunas subramas. El 80% de las empresas del sector farmacéutico en España importa insumos críticos de este país, al igual que seis de cada diez fabricantes de productos informáticos, electrónicos y ópticos o el 40% de compañías del sector químico y de fabricación de material y equipo eléctrico.
Más de la mitad de las empresas españolas no ha tomado ninguna medida para diversificar
Del total de empresas manufactureras españolas que importan insumos críticos de China, sólo el 22% ha tomado medidas para reducir su exposición a este país.
La mitad de las compañías manufactureras españolas que han decidido diversificar ha reemplazado a los suministradores de este país por otros ubicados en la Unión Europea (UE), siendo también la estrategia más usada por las compañías italianas y alemanas. En concreto, un 30% de las empresas en Italia y un 40% en Alemania ya ha tomado medidas para reducir su dependencia del gigante asiático.
No obstante, la mayoría de compañías manufactureras en nuestro país no ha tomado ninguna medida para reducir su dependencia de China. Concretamente, el 51% de ellas declara que ni han actuado ni prevé actuar para reducir esa exposición, mientras que un 27% se plantearía adoptar algún tipo de medida a lo largo del año.
En esta línea, por tanto, dos tercios de las empresas expuestas consideran que sería difícil o muy difícil sustituir los insumos críticos provenientes de China en caso de cortes repentinos en la cadena de suministro. Este porcentaje aumenta hasta el 70% entre las empresas manufactureras y alcanza alrededor del 90% en sectores como el de fabricación de productos informáticos, electrónicos y ópticos, de material y equipo eléctrico, o de productos minerales no metálicos.
Riesgo a la dependencia
El BdE ha alertado del riesgo que podría suponer esta dependencia si se produjeran interrupciones en los intercambios comerciales o aumentasen las tensiones geopolíticas. La decisión de la Union de Europea de aumentar los aranceles a los coches eléctricos chinos o la amenaza del régimen de Xi Jinping de imponer aranceles a las importaciones europeas en sectores como el lácteo, el brandy, la carne de cerdo y la industria automovilística han aumentado la probabilidad de materialización de una escalada de las tensiones que podría llevar a un escenario de mayor fragmentación comercial entre la UE y China e impactar de manera "considerable" en la actividad económica.
Casi un cuarto de las empresas españolas declara que su actividad se vería "negativamente afectada" en ese escenario, debido a las eventuales disrupciones en los flujos comerciales y de inversión, porcentaje que se eleva a más del 40% en el caso de la industria manufacturera.
Es por ello que el organismo aboga por que las medidas que ha implementado recientemente la UE se diseñen y evalúen de "manera rigurosa", ya que algunas de ellas podrían tener efectos "indeseados" sobre el mercado único europeo como en el nacional.
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