
Banca
BBVA admite nuevos riesgos para la opa tras la venta de TSB y abre la puerta a retirarse
La entidad que preside Carlos Torres reconoce ante la CNMV los "impactos negativos" surgidos tras la venta de TSB, el megadividendo y las condiciones impuestas por el Gobierno

Un día después de la celebración de las dos juntas extraordinarias del Banco Sabadell, en las que los accionistas aprobaron tanto la venta de sus filial británica TSB como el macrodividendo de 2.500 millones, el BBVA ha remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) información sobre sus resultados trimestrales, en los que publica un anexo en el que mantiene su intención de seguir adelante con la opa sobre la entidad vallesana, pero reconoce por primera vez que no descarta poner fin a sus intenciones por las restricciones impuestas por el Consejo de Ministros, que retrasa la fusión plena durante un periodo de tres años, ampliable hasta cinco más, y por los acuerdos alcanzados el miércoles por los accionistas del Sabadell.
En un documento de registro universal (DRU) -obligatorio tras la presentación de resultados del último trimestre-, BBVA reconoce a la CNMV que si la opa se completa «no puede asegurar que se alcancen algunos o todos los beneficios esperados con la operación, incluidos la reducción de costes y las sinergias de financiación» y que "está revisando las sinergias de costes operativos y de financiación" que se podrían materializar en los tres años –o eventualmente en cinco– en los que no se puede fusionar con Sabadell por decisión del Gobierno. Por ello, admite que está revisando las sinergias que se podrían lograr, ante las condiciones impuestas para poner trabas a la fusión con Banco Sabadell, y las que se podrían materializar una vez que trascurra ese periodo y se pueda llevar a cabo la fusión.
Cuando presentó la opa -en mayo del año pasado- hizo un estimación inicial de sinergias de 850 millones de euros brutos al año -450 millones en costes de administración y tecnología, 300 millones de ahorro de gastos de personal y 100 millones en costes de financiación-. Pero ahora, en el suplemento remitido, la entidad que preside Carlos Torres reconoce que, en caso de que la opa se liquidase, "no puede asegurar que se alcancen algunos o todos los beneficios esperados con la operación, incluidos la reducción de costes y las sinergias de financiación" y anticipa que, en la medida en que "no ha tenido acceso a información no pública" de Sabadell, sus cálculos sobre sinergias, pérdidas y costes "pueden no ser completos".
En la misma línea, el documento destaca que la integración operativa, incluyendo la migración de la plataforma tecnológica del Sabadell, "podría resultar especialmente difícil y compleja, podría desviar sustancialmente el tiempo, la atención y los recursos de la dirección, y podría suponer más costes, requerir más tiempo y recursos de lo previsto", además de que pudiera tener un "potencial impacto negativo derivado de la racionalización de las redes de oficinas". Con ello, avisa de que "no es posible garantizar" que la adquisición se resuelva con éxito o que, una vez integrados los dos bancos "tengan una evolución positiva, o que BBVA, tras la liquidación de la oferta y en la medida permitida por la condición del Consejo de Ministros, consiga coordinar los negocios de BBVA y Banco Sabadell" o generar ahorros de costes de financiación.
Pese a ello, mantiene su intención de seguir adelante con la operación cuando se superen las condiciones impuestas por el Gobierno y pone un plazo máximo de ejecución: de seis a ocho meses, contando con el visto bueno del ministro de Economía, Carlos Cuerpo. Si no fuera así, y se bloqueara este movimiento o se impusieran más condiciones, BBVA reconoce que la operación derivaría en "un proceso de integración complejo con un mayor consumo de tiempo y recursos del inicialmente previsto". En este caso, la entidad no puede asegurar que se alcancen los beneficios esperados.
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