Cambio de Gobierno

Carlos Cuerpo, un técnico «anti Díaz» y sin galones para negociar con la UE desde Economía

Sánchez le encumbra, pero concentra todo el poder en Montero. Calviño, en su adiós: «Mi gestión con mi melliza, mi hermana, pasará a los libros de Historia»

El nuevo ministro de Economía, Carlos Cuerpo recibe la cartera de manos de su antecesora en el cargo, Nadia Calviño en presencia de María Jesús Montero, nueva vicepresidenta primera durante un acto celebrado este viernes en el ministerio de Economía en Madrid.
El nuevo ministro de Economía, Carlos Cuerpo recibe la cartera de manos de su antecesora en el cargo, Nadia Calviño en presencia de María Jesús Montero, nueva vicepresidenta primera durante un acto celebrado este viernes en el ministerio de Economía en Madrid.A R Roldán

Una política económica «eficiente» y «rigurosa» y el «compromiso» con el reparto justo y la «responsabilidad» fiscal para reducir la deuda y el déficit, y una firme actitud «dialogante». Con esta corta pero clara presentación de principios fundacionales de lo que será su mandato al frente del Ministerio de Economía, Carlos Cuerpo dejó con evidencia meridiana la línea continuista a la política que hasta ahora ha marcado su predecesora y gran valedora para su nombramiento, Nadia Calviño, que enfila hacia la presidencia del BEI, pero deja el Ministerio atado a uno de sus fieles.

Cuerpo, que era hasta ahora secretario general del Tesoro y Financiación Internacional y número tres en el Ministerio, ha defendido sin ambages la continuidad en la política económica de la ya ex vicepresidenta económica, que pretende aplicar con «corazón, cabeza y esfuerzo», para seguir «transformando y modernizando España».

En su primera intervención como ministro, este doctor en Economía por la Universidad Autónoma de Madrid y máster por la London School of Economics no quiso perder el tiempo y dejó sobre la mesa los objetivos que quiere cumplir en su agenda de trabajo: «Pleno empleo, seguir avanzando en el despliegue de los fondos de recuperación y trabajar en la senda de reducción del déficit con el camino marcado por las nuevas reglas fiscales». Todo ello con «rigor en el análisis y alta exigencia», además de «diálogo» y la «capacidad de buscar consensos». «Rigor técnico pero con guante de seda», remachó Cuerpo.

A ninguno de los presentes se le escapó que estas significativas palabras tenían una destinataria clara: Yolanda Díaz, la vicepresidenta segunda, ministra de Trabajo y líder de Sumar, cuyos enfrentamientos verbales y personales con Calviño protagonizaron muchos momentos durante la anterior

legislatura.

Así, Calviño ha logrado imponer su criterio a Pedro Sánchez a la hora de nombrar su sucesor, para que tuviera una marcada línea, técnica, apolítica y europeísta, como mejor defensa a las exigencias cada vez mayores de Díaz, única vicepresidenta que no estuvo en el acto. «Un claro contrapeso anti Díaz para equilibrar balanzas», comentaron desde el entorno del presidente,

Tal vez por ello, Díaz se limitó a felicitar vía X (Twitter) a María Jesús Montero y a Carlos Cuerpo por sus nombramientos y mostrar su confianza en trabajar con ellos «para alcanzar la justicia social y defender a los trabajadores».

Por contra, hasta siete ministros, del ala socialista quisieron arropar al nuevo titular de Economía –Teresa Ribera, Félix Bolaños, Fernando Grande-Marlaska, Jordi Hereu, José Luis Escrivá, Elma Saiz y Diana Morant–, además de familiares, amigos, personal de los Ministerios implicados y representantes institucionales, como el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Rodrigo Buenaventura; los presidentes del Frob y la Sareb, Paula Conthe y Javier Torres; o la de Unespa, Mirenchu del Valle.

A primera hora de la mañana, Pedro Sánchez había el encargado de desvelar el secreto en La Moncloa, en una nueva comparecencia institucional, en la que hizo frente a su primera «crisis de Gobierno»·, como él mismo lo definió en las horas previas.

El nombramiento de Cuerpo ha provocado la primera remodelación de su Gabinete apenas un mes después de su investidura con tres movimientos simultáneos: colocar al candidato de Calviño al frente de Economía; el ascenso a la vicepresidencia primera de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el paso de la Secretaría de Estado de Función Pública, hasta ahora en Hacienda, al Ministerio de Transformación Digital liderado por José Luis Escrivá. Esto implica que Economía pierde su vicepresidencia y cota de poder e influencia, en favor del tono político que asumirá Montero.

¿Y Calviño? Pues en su discurso de traspaso de cartera se vio atrapada por la emoción para despedirse con un «me voy con la misión cumplida y paso el testigo a dos personas extraordinarias. María Jesús Montero, que es mi melliza, mi hermana, y juntas hemos hecho una gestión de la política económica que quedará para la Historia». No quiso acabar sin hacer una especial mención a Pedro Sánchez por haberla dejado «vivir a su lado esta etapa trascendental». Calviño dixit.

Menos alegre se mostró el coordinador de Economía del PP, Juan Bravo, que ha puesto ya deberes al nuevo ministro: «Arreglar el fracaso de la gestión de los fondos europeos y volver al diálogo».

Pero nada de lo que se le viene encima a Carlos Cuerpo –ni la presión que ejercerá el PP en el Senado tras pedir su primera comparecencia, ni el choque que llegará con Yolanda Díaz, ni los retos económicos que se avecinan, ni el caos de los fondos europeos– lograron arrancarle ayer la sonrisa de la cara. Con sus palabras llenó de risas la presentación cuando confesó la anécdota familiar relacionada con su nombramiento. «Dediqué más tiempo en convencer a mi madre que ministro que otra cosa. Creo que el 28 de diciembre (Día de los Santos Inocentes) no fue el mejor momento para decírselo, claramente».