Vivienda
Se disparan los anuncios de alquiler fraudulentos y los falsos estudios de solvencia: “Era demasiado perfecto para ser real”
La escasez de vivienda en alquiler, su elevado precio y las dificultades para solicitar una hipoteca son el caldo de cultivo para caer en las redes de las mafias
“El piso estaba genial. Tres habitaciones, dos baños, en buen estado, en una urbanización al lado de Matadero (Madrid), con piscina, pista de pádel y a 750 euros”. Esta es la fachada tras la que se esconde uno de los intentos de fraude que están proliferando en el mercado del alquiler, cuenta María. La escasez de vivienda completa en alquiler, su elevado precio y las dificultades para solicitar una hipoteca han disparado los niveles de estrés de los inquilinos. Cegados por la ansiedad del mercado y coincidiendo con una de las épocas del año en las que se producen más cambios de domicilio, los inquilinos que van en busca de un nuevo alquiler tienen más probabilidades de caer en las redes de las mafias. Los falsos estudios de solvencia, los anuncios fraudulentos en plataformas de alquiler y las suplantaciones de identidad proliferan en la red.
A María y a Elena, su actual compañera de vivienda, las intentaron estafar tres veces en apenas una semana buscando piso. Estas dos jóvenes trabajadoras de 25 y 27 años no tenían especial prisa por encontrar una vivienda, fueron selectivas con los pisos que consultaban y evitaron los intentos de fraude, pero otros no corren la misma suerte, como le sucedió a Erison. Su caso se dio a conocer hace una tres semanas en Telemadrid. A esta víctima le estafaron 1.920 euros (cuatro mensualidades) por una habitación en el barrio de Puerta del Ángel (Madrid) que no existía. Al llegar a la dirección, se trataba de un piso turístico que estaba anunciado en la red y que la falsa propietaria, una tal Carolina que vivía en Alicante, había usado para perpetrar la estafa.
Competir con miles de candidatos por una vivienda buena, bonita y barata es el caldo de cultivo perfecto para los fraudes. A mediados de enero, María y Elena comenzaron la búsqueda de vivienda en Madrid y se toparon con el primer estafador. “Entre tantos pisos a precio de oro y que volaban en cuestión de horas, el piso de Matadero a 750 euros fue como encontrar un oasis en el desierto. Pero viéndolo con perspectiva era demasiado perfecto para ser real”, explica María. El piso parecía una joya y el anuncio era muy completo, con fotografías de todas las estancias, dirección concreta de la vivienda y detalles del equipamiento. La única pega: tenían que pagar 100 euros por un estudio de solvencia.
“Según el supuesto propietario, el piso formaba parte del Plan Alquila de Madrid y es cierto que para acceder a las viviendas de este programa hay que superar un estudio de solvencia. El trato era que si el estudio salía favorable se quedaban con los 100 euros, como si fueran unos gastos de gestión, y si no, nos devolvían el dinero. Nos pareció razonable hasta que le pedimos que nos remitiera al sitio web de la Comunidad de Madrid donde teníamos que hacer el trámite y nos pasó una enlace a una web que no tenía el dominio de la Comunidad de Madrid y en la que el contenido estaba mal redactado, con faltas de ortografía y sin algunas tildes”, detalla María. “Para rematar, desde esa web nos querían redirigir a otra donde debíamos aportar nuestros datos personales y financieros. Afortunadamente, no caímos en la trampa”, añade. El problema no hubiera sido solo perder los 100 euros del falso estudio de solvencia, sino que los estafadores también tendrían sus datos y los de su compañera de piso. “Llamamos al servicio de atención del Plan Alquila para comprobar que era un fraude y lo denunciamos, pero el enlace a la web fraudulenta sigue activo, así que probablemente alguien haya acabado picando el anzuelo”, advierte María.
En cuestión de días tuvieron que hacer frente a otro intento de estafa. Tras ver un anuncio en una plataforma de alquiler, decidieron solicitar más información por correo al propietario. Este les respondió de forma algo extraña, sin concretar nada de lo que ellas le solicitaban y procedió a poner la trampa. El supuesto propietario les explicó que vivía en Grecia y que, por lo tanto, no les podía enseñar la vivienda. Debían pagar la primera mensualidad y la fianza a través de una página web, a alguien que no conocían, que ni vivía en el país y sin ver la vivienda. Ambas detectaron que el anuncio seguía el patrón de una estafa y pocas horas después la plataforma catalogó la cuenta como fraudulenta. Esa misma semana se toparon con otras dos cuentas fraudulentas en Idealista y decidieron pausar su búsqueda de vivienda durante un tiempo.
Fuentes de Idealista explican a LA RAZÓN el modus operandi de estos delincuentes. “Es prácticamente imposible colgar directamente una estafa en Idealista. Lo que hacen estas mafias es recurrir al phishing para ponerse en contacto con los propietarios que tienen un anuncio en Idealista, robarles las contraseñas y apropiarse de cuentas legales para, en cuestión de horas, convertirlas en fraudulentas. Esto no se puede prever, pero Idealista tarda el menor tiempo posible en detectarlas e inhabilitarlas”, argumentan desde la plataforma de alquiler. Estos estafadores no son el raterillo del timo de la estampita, sino que se trata de verdaderas mafias con un equipo de desarrollo muy potente. “Para hacer el phishing copian al detalle la web de Idealista y cada vez que hacemos una actualización tardan menos de una hora en incorporarla a sus fraudes”, advierten desde la compañía.
En cuanto a un posible repunte de estas cuentas fraudulentas aprovechando el contexto de escasez de oferta y altos precios, desde Idealista explican que no han detectado tal incremento, sino que “las mafias tienen actividad mayor en determinadas épocas del año, en concreto, con la vuelta de vacaciones, es decir, los meses de septiembre y enero”, ya que las decisiones de cambio de vivienda se suelen tomar durante las vacaciones y esto deriva en un mayor número de fraudes.
Más víctimas caen en las redes de las mafias
Lo que sí se puede estar produciendo es un incremento de víctimas que caen en la trampa. “Los niveles de oferta están históricamente bajos, la demanda es muy alta y las personas que buscan vivienda pasan por un proceso de ansiedad terrible, esto hace que se baje la guardia y que se caiga con mayor frecuencia en estas estafas. La ansiedad que provoca el actual mercado del alquiler hace que muchas veces se nos olviden las normas básicas para esquivar fraudes”, explican las mismas fuentes de Idealista.
Desde la Agencia Negociadora del Alquiler (ANA) también afirman haber detectado un repunte de víctimas de fraude, sobre todo, porque las familias que antes podían acceder a comprar vivienda ahora no pueden por el endurecimiento de las condiciones bancarias y más gente se ve abocada a alquilar. Por otro lado, lo que ha notado ANA es un incremento de las condiciones abusivas por simple desconocimiento, pero también por picaresca.
Un caso bastante común es que el casero le diga al inquilino que le tiene que actualizar la renta conforme al IPC porque así figura en el contrato, pero se olvida de que hay un real decreto ley (del límite del 2%) que se sitúa por encima y regula todos los contratos. Otros suben el alquiler al inquilino directamente, ni siquiera alegando que es una actualización. “Por desconocimiento muchos propietarios aplican la ley de la calle”, explican fuentes de ANA. Entre las prácticas fraudulentas detectadas por ANA también se encuentran usar la figura del alquiler de temporada para vivienda habitual -estos alquileres quedan fuera de la Ley de Arrendamientos Urbanos y, por lo tanto, se usan para esquivar el límite del 2% al alquiler y la prórroga de seis meses- e impedir al inquilino prorrogar su contrato porque fue firmado por un año. “También estamos detectando casos en los que los propietarios actúan mal a propósito, porque saben que muchos inquilinos no se quieren meter en problemas, de lo que no son conscientes los inquilinos es que están muy protegidos por la ley”, concluye la Agencia Negociadora del Alquiler.
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