Macroeconomía

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Pierde fuelle mientras se ralentiza la creación de empleo y se disparan los costes laborales

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Pierde fuelle mientras se ralentiza la creación de empleo y se disparan los costes laborales

El enfriamiento de la economía española sumó ayer un nuevo indicador para corroborarlo. El Producto Interior Bruto (PIB) cayó una décima respecto al trimestre anterior, para situarse en el 0,4%. Es el menor ritmo de crecimiento en tres años y se estanca en niveles de 2014, según la Contabilidad Nacional publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que revisó ayer a la baja el crecimiento entre abril y junio.

Las razones de este estancamiento hay que buscarlas, principalmente, en el menor consumo de los hogares –que sólo avanzó un 0,1%, dos décimas menos que en el trimestre precedente–, en el parón de la inversión y del gasto público –desde el 0,5% al 0,4%–, y en el aumento de los costes laborales que, pese a mantenerse el nivel empleo aún en registros positivos, sufrió una variación intertrimestral del 0,5%, una décima inferior al periodo enero-marzo.

Ya en valores interanuales, el PIB del segundo trimestre también sufrió una frenada. En concreto, se dejó dos décimas respecto a junio de 2018, hasta alcanzar un crecimiento del 2%, siguiendo la misma línea que marcó la semana pasada el Banco de España tras hacer una revisión a la baja. No parece que las previsiones realizadas por la ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, el pasado mes de julio vayan a cumplirse. En aquel momento, el crecimiento PIB estaba situado en el 2,2% y Calviño aseguraba que iban revisarla al alza, ignorando los indicadores que ya apuntaban a una ralentización de la economía. Ayer, ella misma tuvo que desdecirse, afirmando en un acto en Barcelona que la evolución de la economía española está «en línea con lo previsto».

Al menos Calviño puede mantener parte de su optimismo si rebusca entre los datos del PIB, ya que su crecimiento acumula 22 trimestres consecutivos de tasas interanuales en positivo, uno más si se desglosa trimestralmente, aunque en clara curva descendente. La otra noticia en verde, aunque menor, es que la aportación de la demanda exterior al PIB, a través de las exportaciones de bienes y servicios, creció ocho décimas, y el sector exterior aportó un 1%. Ha sido notable alcanzar esta cota dado el duro contexto europeo, acosado por la guerra comercial, por el Brexit y con un crecimiento de la eurozona limitado al 0,2% en el segundo trimestre, la mitad que el anterior. Sin embargo, de los 0,4 puntos porcentuales que creció el PIB en el segundo trimestre, la demanda exterior contribuyó con 0,3 puntos, mientras que la demanda interna –que mostró una gran solidez los últimos 12 meses– solo aportó un 0,1.

En lo que respecta al empleo, los datos de la Contabilidad Nacional muestran también una clara desaceleración en la creación de puestos de trabajo netos. al caer un 0,2% en crecimiento interanual y marcar un 2,5%, tres décimas inferior al primer trimestre, o lo que es lo mismo, 13.000 empleos menos de lo previsto en las estimaciones del INE de julio y 60.000 menos de lo esperado en los seis primeros meses del año. Aún así, el mercado laboral español se apuntó 446.000 puestos de trabajo en el último año. De ellos, los equivalentes a tiempo completo crecieron entre abril y junio un 0,5%, una décima menos que en el trimestre anterior.

Parte de esta ralentización podría acharcarse al aumento significativo del coste laboral unitario, que en un año ha sufrido una variación de +2,8%, un punto superior a la variación del deflactor implícito de la economía –el que muestra el efecto directo de la inflación–. En este sentido, la remuneración de los asalariados creció el 5,2 % interanual, dos décimas más que hasta marzo, su mayor repunte desde el septiembre de 2008, debido tanto al aumento del número de asalariados como de la remuneración media, que aumentó en cinco décimas –del 1,9% al 2,4%–. En cuanto al número de horas trabajadas, éstas aumentaron un 1,3% anual, 1,2 puntos menos que el trimestre anterior, mientras que la productividad por hora de trabajo creció el 0,7%.

Las exportaciones aceleraron su crecimiento interanual casi dos puntos, hasta el 2,2%, mientras que las importaciones retrocedieron un 0,7%, ampliando la caída que habían experimentado en el primer trimestre (-0,4%). La construcción y los servicios desaceleraron su avance, mientras que la industria volvió a crecer y la agricultura se estabilizó.

La renta nacional bruta se situó en 314.895 millones de euros, un 4% más que en el mismo periodo de 2018, mientras que la renta nacional disponible se incrementó un 3,9%, hasta los 312.776 millones de euros.

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