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Empresas
Uno de los objetivos principales de los ciudadanos es encontrar un trabajo estable, donde se reciba un ingreso económico de manera regular y se cotice a la Seguridad Social. A partir de ahí, cada empleo tiene unas condiciones diferentes que el ciudadano deberá negociar con la empresa.
En este caso, una de las más valoradas es la retribución que se recibirá mensualmente. Lo más común es que este ingreso vaya ascendiendo según el trabajador va cumpliendo años en la empresa, consiguiendo ciertos objetivos marcados o, simplemente, asciende dentro de la compañía.
No obstante, también puede ocurrir que la empresa tome la decisión de reducir el salario. Se trata de un movimiento que solo puede realizarse cuando la empresa lo justifique de manera correcta, dentro de unos requisitos establecidos por el Estatuto de los Trabajadores.
Aunque parece sorprendente, la ley ampara a las empresas en su intención de rebajar el salario a sus empleados. No obstante, para que esto sea posible es necesario que se cumplan una serie de condiciones que habilitan esta opción.
Tal y como queda reflejado en el artículo 41 del Estatuto de los Trabajadores, la empresa está en su derecho de bajar el salario, pero en cuando existan causas económicas, organizativas, técnicas o de producción que justifiquen tal hecho.
"La dirección de la empresa podrá acordar modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo cuando existan probadas razones económicas, técnicas, organizativas o de producción. Se considerarán tales las que estén relacionadas con la competitividad, productividad u organización técnica o del trabajo en la empresa", asegura la ley.
De esta manera, tendrán la consideración de modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo las que afecten a las siguientes condiciones:
Teniendo en cuenta que las razones de la rebaja deben estar justificada, existen algunas situaciones que permiten esta posibilidad. En situaciones excepcionales, como el caso de que una compañía esté al borde de la quiebra, y lo demuestre, existe una figura legal que permite una renegociación colectiva con una reducción de sueldo. La empresa y los representantes de los trabajadores pueden acordar una reducción salarial temporal para evitar despidos o para mantener la viabilidad de la empresa.
Además, el ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) es un mecanismo laboral que permite a las empresas suspender temporalmente los contratos de trabajo o reducir la jornada laboral de sus empleados por causas justificadas, lo que inevitablemente afectará al salario. Está regulado por el Estatuto de los Trabajadores y se usa para adaptar la actividad empresarial a situaciones excepcionales, garantizando cierta protección a los trabajadores afectados.
Respecto a la cantidad que se puede descontar del salario, la ley no establece un mínimo. No obstante, debe mantenerlo siempre por encima del mínimo establecido en las tablas salariales del Convenio Colectivo y nunca podrá ser inferior al Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
Para este 2025, el salario mínimo aprobado es de 1.1184 euros mensual y 16.576 euros anuales.
Si el trabajador no está de acuerdo con la reducción o cree que se está produciendo de manera injusta, siempre existe la posibilidad de impugnar la medida y acudir ante los tribunales de justicia. En este caso, será un juez el que dictaminará si la empresa tiene razones suficientes o, de lo contrario, es el ciudadano el que está en lo cierto y la rebaja salarial no se ajusta a derecho.
Por otro lado, cualquier reducción salarial debe ser comunicada formalmente al trabajador antes de ser aplicada. Por ello, la empresa debe comunicarse con 15 días de antelación con los representantes de los trabajadores (en caso de que sea colectiva) o con el empleado en cuestión.
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