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España pasa de ser el segundo país al último donde invertir como consecuencia de la amnistía
La encuesta realizada por Bank of America a grandes inversores, que evalúa las opiniones de 265 gestores de activos con un gran patrimonio, deja en mal lugar económico al país
En un giro significativo, los grandes inversores a nivel mundial han ajustado su percepción sobre España como destino de inversión, colocándola en la última posición en Europa. Este cambio en la perspectiva se produce tras la reciente aprobación de la ley de amnistía por parte del PSOE, en colaboración con Junts y ERC, para asegurar la investidura de Pedro Sánchez y la formación del gobierno. La incertidumbre política resultante ha generado inquietud entre los inversores internacionales, que ahora ven a España como un país menos atractivo para invertir en comparación con otras economías europeas como Italia, Francia, Suiza, Reino Unido o Alemania.
La encuesta realizada por Bank of America a grandes inversores, que evalúa las opiniones de 265 gestores de activos con un patrimonio conjunto de 632.000 millones de dólares, revela que España ha pasado a ser la última elección entre los mercados de renta variable favoritos para invertir en los próximos doce meses. Este cambio contrasta con la visión más positiva de los inversores a principios del verano, cuando España era considerada una de las dos mejores economías para invertir, junto con Suiza.
El deterioro de la posición de España como destino de inversión se ha acentuado desde la vuelta del verano, y la reciente aprobación de la ley de amnistía ha agravado la percepción de inseguridad jurídica. Los gestores de fondos y banqueros privados señalan que la instrumentalización de la Justicia (lawfare) ha contribuido al aumento de la percepción de inseguridad jurídica, lo que podría afectar al sentimiento de los inversores y a las inversiones planificadas en el mercado español en el corto plazo.
La inquietud también ha alcanzado a grandes patrimonios españoles, que se muestran preocupados por la falta de previsibilidad sobre sus activos en medio del actual panorama político. Aunque los grandes inversores son cautelosos y esperan conocer las medidas que se adoptarán con la formación del futuro gobierno, el ruido político generado no favorece las futuras inversiones. La incertidumbre persiste, y los inversores esperan claridad antes de tomar decisiones significativas en el mercado español.
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