Energía
España tiene que multiplicar por cuatro la potencia eólica que instala en un año
Tendrá que pasar de los 31 gigavatios actuales a 62GW cuando el año pasado sólo se instalaron 607 megavatios y en 2024 llevamos 1 GW. «Necesitamos más eólica e ir más rápido», pide la patronal del sector AEE
El Gobierno ha fijado unos objetivos extremadamente ambiciosos en la transición energética con vistas a 2030, según la mayoría de analistas del sector. La actualización del nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) establece, entre otros desarrollos de tecnologías renovables, que la eólica tiene que alcanzar 62 gigavatios instalados en 2030, incluidos 3 GW de eólica marina flotante, desde los actuales 31 GW disponibles.
De acuerdo con este marco, España tendrá que duplicar la potencia que atesoran hoy los más de 22.200 aerogeneradores instalados en los 1.345 parques eólicos distribuidos por toda España. Y tendrá que acelerar mucho.
Porque las actuales trabas burocráticas y la frágil situación de un sector que da empleo a 40.000 trabajadores han rebajado a solo 607 los MW instalados en 2023.
Aunque la situación ha mejorado en lo que llevamos de 2024, con 1 GW instalado por el momento, a este ritmo las cifras no cuadran.
España dispone de cinco años para aumentar en 31 GW la potencia instalada. Buena parte de este despliegue se realizará mediante la repotenciación de los parques que disponen de los aerogeneradores más antiguos, pero también será necesaria la instalación de nueva potencia, entre 2 y 2,5 gigavatios hasta 4 GW al año dependiendo de la repotenciación y España se encuentra, hoy por hoy, muy lejos de esas cifras, según las estimaciones de la patronal del sector AEE.
A pesar de que España es de los pocos países de entre las grandes economías europeas que ha alcanzado una generación eléctrica renovable de más del 50% de la demanda y en el que la eólica ya ocupa un 25% en lo que va de año, para mantener esa posición y cumplir con las metas de 2030, «necesitamos más eólica y más rápido», como remarcó esta misma semana en unas jornadas sobre el futuro del sector la presidenta de la patronal, Rocío Sicre.
Con esos 31.000 MW de potencia acumulada, la energía eólica fue la primera fuente de generación eléctrica en España en 2023, cuando tenía 1 GW menos instalado, superando el 24% de cobertura de la demanda. Todo apunta a que los resultados de 2024 serán similares, consolidándose como la tecnología que más electricidad genera en nuestro país. Esos más de 22.200 aerogeneradores instalados en España ya producen más de 61.000 GWh eólicos.
Podrían ser muchos más si las administraciones dejaran de poner palos en la rueda y aceleraran las autorizaciones y la tramitación, tanto en las concesiones de nueva potencia como en la sustitución de los aerogeneradores más obsoletos. Y es que los plazos en la concesión de las autorizaciones triplican en la mayoría de las ocasiones el límite legal y pueden incluso llegar a multiplicar hasta por diez el proceso en algunas fases.
La autorización del informe de impacto ambiental (IIA) la otorga el organismo ambiental correspondiente tras evaluar si el proyecto no tiene impacto, no pueden determinarse efectos adversos o el promotor debe someterse a una evaluación de impacto ordinaria. Este proceso, que no tiene plazos estipulados, se va 21,2 meses de media.
Por su parte, la Autorización Ambiental Integrada (AAI) es una figura para las instalaciones que pudieran contaminar. Esta autorización se otorga con carácter previo a cualquier otra y es vinculante. En este caso sí existe un plazo, de 6 meses, que se incumple sistemáticamente, según denuncian las empresas, que se demora hasta los 21,1 meses.
Cuando el promotor cree que su «vía crucis» ha concluido, aparece la autorización de la declaración de impacto ambiental (DIA), un informe que resulta determinante para cualquier proyecto que requiera una Evaluación de Impacto Ambiental. Se trata de un proceso farragoso, que tampoco tiene un plazo concreto, y que pasa por las fases anteriores.
La declaración de impacto es el informe con el que concluye la evaluación y determina las condiciones que deben establecerse para la adecuada protección del medio ambiente y de los recursos naturales durante la ejecución y la explotación. En este caso, la media de esta autorización es de más de dos años (26,3 meses). Superadas todas estas trabas llega la publicación en el BOE, que debería tardar 10 días, pero se prolonga hasta los 104,7 días de media.
Todos estos obstáculos lastran el futuro del sector y su despliegue de nuevos parques eólicos y complican también el desarrollo de la eólica marina.
Otro problema que señala el sector es el acople obligatorio del crecimiento de generación renovable al incremento de demanda eléctrica. También la judicialización de los proyectos en determinados territorios, como Galicia, donde afecta a casi 2 GW de proyectos, lo que provoca una inseguridad jurídica que afecta a las decisiones de inversión de una industria que puede desarrollarse íntegramente en Europa.
Respecto a la repotenciación para alargar la vida útil de los parques, que busca optimizar la generación y reducir el número de turbinas de un parque eólico en una cuarta parte mientras aumenta su producción, comienza a coger tracción. Según datos de la patronal eólica, de los 31.000 MW eólicos con los que cuenta España, cerca de la mitad tienen más de 15 años y se espera que esa cifra ascienda a 20.000 MW en 2025. Siendo España quinta potencia a nivel mundial es crucial apostar por una alternativa que asegure la perdurabilidad de las palas.
Los últimos proyectos de sustitución completa de aerogeneradores elegidos por el programa de ayudas del Gobierno prevén reemplazar 1.205 aerogeneradores antiguos por 167 de última generación, «capaces de casi duplicar –explica el Ministerio– la energía generada por los antiguos parques, aumentando su potencia instalada en un 8%».
Además, hay 6 proyectos para crear las primeras plantas de tratamiento de palas eólicas que dotarán a España de suficiente capacidad para reciclar todo su volumen anual de estos residuos y ofrecer el servicio a otros países europeos. En conjunto, el Ministerio para la Transición Ecológica estima que el programa generará más de 6.800 puestos de trabajo.
En Europa se sustituirán más de 14.000 palas antes de 2030, lo que supondría entre 40.000 y 60.000 toneladas de residuos, según WindEurope.
La vida útil de un aerogenerador está en torno a los 25 años, aunque es habitual que pueda extenderse hasta los 30 años si la inversión realizada en mantenimiento es adecuada. La mayoría de sus componentes son reciclables, aunque el reto se encuentra en el reciclaje de las palas eólicas de manera eficiente.
Los materiales con los que están fabricados los aerogeneradores son en su mayoría compuestos, como es el caso de la fibra de vidrio, la fibra de carbono o distintas resinas, por lo que separarlos convenientemente para llevar a cabo el reciclaje es especialmente difícil y caro.
Los bajos precios solares frenan también la expansión
La «canibalización» de los precios eléctricos puede ralentizar la inversión en nueva capacidad renovable ante el riesgo de falta de rentabilidad de los proyectos, según aseguran los analistas de Grupo ASE.
Los precios diarios de la electricidad en España promedian en este año los 51,38 euros por megavatio hora (MWh), según recoge Europa Press, aunque en el caso de los generadores solares estos rangos se sitúan en los 37,89 euros/MWh, lo que estiman que «puede ser una línea roja para algunos parques».
Además, la consultora declara su «sorpresa» por el hecho de que la actualización del PNIEC para 2030, que envió España a Bruselas la semana pasada, mantenga el objetivo de alcanzar 62 gigavatios (GW) eólicos y 76 GW de solar, después de que se confirme el retraso hasta 2035 de los proyectos de interconexión con Francia para incrementar la conexión eléctrica hasta los 8.000 MW. España sólo cuenta actualmente con 2.800 MW de conexión con el país galo, que se espera que aumenten hasta los 5.000 MW en 2028 con la línea submarina de Vizcaya, en construcción.
Los analistas consideran que la falta de una mayor capacidad de interconexión es «claramente una señal bajista» para el mercado eléctrico español, especialmente para la generación fotovoltaica, que solo entra en las horas diurnas. Además, ASE remarca que el plan enviado por el Gobierno prevé una demanda un 35% superior a la inicial y un 50% más alta que la actual. Sin embargo, la demanda eléctrica se ha desplomado casi un 11% en los últimos cinco años.
La consultora recuerda el «boom» de los ciclos combinados de gas durante la primera década de 2000, con la instalación de casi 27.000 MW de nueva generación eléctrica, ante las previsiones de una demanda creciente. «Hoy trabajan a apenas al 11% de su capacidad». La demanda de electricidad sube un 1% respecto al año pasado, pero se mantiene un 4,1% por debajo de su promedio de los últimos cinco años.
✕
Accede a tu cuenta para comentar