Finanzas

Las favoritas para presidir del Consejo de Supervisión del BCE

El próximo miércoles se conocerán los aspirantes a dirigir el organismo que «vigila» a más de un centenar de entidades de la eurozona, y que es una de las sillas más cotizadas de la autoridad bancaria. La española Margarita Delgado y la alemana Claudia Buch son las que cuentan con más opciones

Claudia Buch y Margarita Delgado
Claudia Buch y Margarita DelgadoSandra Poveda

El próximo miércoles se conocerá con casi toda probabilidad quiénes aspiran a ocupar la Presidencia del Consejo de Supervisión, una de las sillas más codiciada del BCE. A lo largo de esta semana, el departamento de Recursos Humanos de BCE ha estado haciendo «la criba» para elegir al selecto ramillete de candidatos, que podrían llegar hasta cinco, que mejor reúnen los requisitos para acceder al puesto. Será, pues, a mitad de semana cuando, tras cerrarse el plazo de presentación de candidaturas (concluyó el pasado 23 de junio), el banco europeo envíe a Bruselas la lista de «finalistas». El mandato de Andrea Enria, actual máximo responsable del organismo que «vigila» al más de centenar de bancos de la eurozona, vence el próximo mes de diciembre. Por ello, el BCE abrió el pasado 17 de mayo un proceso de selección para encontrar el candidato idóneo para sustituir al italiano a partir del próximo 1 de enero.

Aunque se desconoce quiénes han presentado la solicitud, en el ámbito de los bancos centrales se da por hecho que habrá tres candidatas seguras (porque todas son mujeres), y que son las que más han sonado en las últimas semanas para convertirse en la máxima responsable de la supervisión bancaria europea. Entre ellas, hay una española, la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, que es la que «a priori» mejor cumple los requisitos para sustituir a Enria. Junto a ella, se da por hecho que la alemana Claudia Buch, vicepresidenta del Bundesbank, también optará al cargo. La terna de principales postulantes se podría completar con la subgobernadora del Banco de Irlanda, Sharon Donnery, aunque, según fuentes consultadas, contaría con menos papeletas, sobre todo, si se tiene en cuenta que la irlandesa ya disputó a Eria la presidencia del organismos hace cinco años.

Una vez que se conozca el nombre de los candidatos (que presentaron su solicitud a través del formulario que aparecía en la página web del BCE, y en la que se debían adjuntar varios documentos, entre los que se encontraba una carta de recomendación), se iniciará un proceso de evaluación de los solicitantes, siguiendo los requisitos previstos en el Reglamento del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), incluyendo una fase de preselección, en la que un comité presidido por Christine Lagarde valorará las candidaturas recibidas y, en función de este análisis, entrevistará a aquellos que considere más adecuados. Su grado de competencias directivas y de gestión será examinado por una consultora externa, en este caso, Deloitte. Como resultado de este proceso de selección, el BCE presentará su candidato el próximo mes de septiembre, el cual deberá ser ratificado tanto por el legislativo comunitario como por el Consejo Europeo.

Entre los requisitos para optar al puesto, según reza en la convocatoria lanzada por el BCE, se encuentran, entre otros, la de acreditar una reconocida solvencia y experiencia en materia bancaria y financiera, incluyendo una considerable experiencia profesional en supervisión financiera macroprudencial; tener una amplia experiencia en la dirección y el desarrollo de un equipo de gestión, combinada con un historial claro de logros, tanto estratégica como operativamente, y contar con una trayectoria considerable en un rol gerencial, liderando y gestionando equipos de personal altamente cualificado con éxito.

Delgado, mejor perfil

Teniendo en cuenta estos requisitos, el perfil de la subgobernadora del Banco de España sería el que mejor se ajustaría al puesto. Delgado es más técnica que la alemana y, además, acumula una gran experiencia en lo que a supervisión se refiere. De hecho, ocupó una de las seis direcciones generales adjuntas del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), y ha sido la primera miembro del Consejo de Supervisión que ha trabajado en esta área tanto en el BCE como a escala nacional. Mientras, Buch, que se ha incorporado este mismo año al Consejo de Supervisión, no está tan familiarizada con la «vigilancia» financiera, ya que su experiencia se centra en el ámbito de la investigación teórica (fue miembros del Consejo Alemán de Expertos Económicos). De esta manera, Delgado estaría mucho más preparada para afrontar una posible crisis en el sector financiero. Además, la española está muy bien valorada en el entorno del BCE. De hecho, el vicepresidente de la institución, Luis de Guindos, le agradeció recientemente su colaboración con el Consejo de Supervisión. «Espero que asuma más responsabilidades», aseguró De Guindos en lo que se interpretó como un guiño a su candidatura. En contra de la subgobernadora del Banco de España se encuentran las cuotas y los equilibrios de poder entre los estados miembros para repartirse los puestos relevantes en la instituciones comunitarias. Y es que mientras España tienen a Luis de Guindos como vicepresidente del BCE; a José Manuel Campa como presidente de la Autoridad Bancaria Europea; a Fernando Restoy como presidente del Instituto de Estabilidad Financiera, y al propio gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en el Consejo de Gobierno del BCE, Alemania tan solo tiene como representante en las altas esferas comunitarias a Ursula Von der Leyen como presidenta de la Comisión, y ninguno en cargos económicos. Es por ello que, previsiblemente, Alemania, la primera economía de la eurozona, presionará con fuerza por colocar a su candidata en el organismo supervisor. Tampoco favorece a Delgado la posible candidatura de Nadia Calviño a la presidencia del Banco Europeo (BEI). El actual presidente Werner Hoyer ha anunciado que a finales de año abandonará el puesto, lo que ha provocado una carrera por la sucesión del mismo. Pese a que Calviño se autodescartó inicialmente para ocupar este puesto, lo cierto es que los rumores de que la vicepresidenta aspirará al mismo son cada vez son mayores, más teniendo en cuenta que España precisa de un candidato de peso que, además, deberá ser mujer (nunca antes una fémina ha presidido el organismo) para competir con la gran favorita a hacerse con el cargo, la danesa Margrethe Vestager.

La guinda

Para Margarita Delgado (Madrid, 1963), ocupar la presidencia del Consejo de Supervisión sería la guinda a una brillante trayectoria. Ingresó en el Banco de España en 1989 como técnico de supervisión y, dos años más tarde, aprobó la oposición de inspector de entidades de crédito). Fue designada «número dos» de la institución en 2018, sin tener, además, ningún tipo de afiliaciones políticas, lo que es para ella un motivo de orgullo y el reconocimiento a una carrera marcada por el tesón y el trabajo duro.

Margarita Delgado no es solo la primera mujer en la historia del Banco de España en ocupar el puesto de subgobernadora, sino también es el primer inspector en hacerlo.

Siendo como era ya una profesional muy respetada en el ámbito financiero y con fama de resolutiva, Ramón Quintana no dudó en animarla a que fuera con él a Fráncfort cuando fue nombrado director de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE) en 2014.

Delgado hizo entonces las maletas y se trasladó con su marido y sus dos hijas a Alemania, donde ocupó la Dirección General Adjunta de Supervisión Microprudencial I en el Mecanismo Único de Supervisión (MUS). Desde ese puesto, se encargó del control directo de los mayores bancos de la zona del euro.

En 2018, el actual gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, la propuso ante el presidente del Gobierno para el cargo de subgobernadora, completando así el giro renovador que se le pretendía dar a la institución. Cuando recibió la noticia y, pese a tener una carrera prometedora en el BCE, no lo dudó, y regresó a España.

Déficit femenino

El hecho de que las candidatas favoritas sean mujeres evidencia la intención del BCE de corregir los desequilibrios en lo que a género se refiere. Y es que el déficit es más que notable. De los 26 miembros del Consejo de Gobierno de la autoridad monetaria, solo dos son mujeres, la propia Lagarde e Isabel Schnabel. Pese a que en el Consejo de Supervisión sí hay más presencia femenina, lo cierto es que todavía están en minoría, ya que, actualmente, solo siete de los 27 miembros que los componen son féminas (incluidas las tres que se perfilan con favoritas para presidir el organismo).

Así, pues, la carrera por la presidencia del Consejo de Supervisión ha comenzado en un momento, además, en que el sector financiero se enfrenta a importantes turbulencias y en las que será más necesario intensificar la acciones para identificar posibles riesgos derivados especialmente de la subida de tipos.