Talgo

Hormigón en las vías y barreras laterales para frenar la arena

La Razón
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Aunque en los últimos meses el consorcio del AVE a La Meca ha sido más noticia por sus conflictos internos que por el desarrollo del proyecto en sí, lo cierto es que los trabajos en Arabia Saudí no se detienen. OHL y Copasa serán las encargadas de montar las dos soluciones que los técnicos de la infraestructura han encontrado para afrontar el desafío que supone la acumulación de arena del desierto en las vías: barreras laterales y vía en placa.

Dunas y altas temperaturas

Desde el primer momento, las altas temperaturas que tendrán que soportar los trenes que suministrará Talgo y la arena se revelaron como dos de los desafíos técnicos más grandes del proyecto. Las tormentas que azotan la geografía por la que discurre el trazado provocan el movimiento de las dunas, que cubren las vías. En los últimos meses, algunas fotografías con tramos completamente cubiertos han sido publicadas por varios medios de comunicación. Fuentes del consorcio aseguran que se trata de zonas que, al no estar todavía operativo el tren, no se someten a las labores de mantenimiento que sí tendrán cuando la línea empiece a operar. Entonces, añaden, se evitará que se acumule esa arena.

El consorcio también confía en la doble solución de la vía en placa y las barreras laterales para mantener limpias las vías en el 15% del trazado –unos 67 kilómetros– que consideran afectados seriamente por este problema. La vía en placa consiste en el tendido de los raíles sobre una superficie de hormigón en lugar de sobre la capa de pequeñas piedras que es el balasto. El hormigón es más caro que el balasto en la fase de construcción, pero resulta más económico y sencillo de mantener. Además, los técnicos consideran que en tramos con mucha arena, es posible que las máquinas que remueven el balasto cuando la vía no está en servicio, las balastadoras, no pudieran hacer correctamente su trabajo por la acumulación de este material, lo que a la larga, podría ser peligroso para la vía.

Las barreras laterales paralelas a las vías «todavía se están testando, pero se prevén como una solución efectiva», explican las fuentes consultadas. Su objetivo sería frenar la arena que se desplaza continuamente no sólo por las tormentas sino por los vientos que azotan el desierto saudí.