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20.000 conductores dejan de pagar mañana los 12 euros del peaje de la AP-1

La autopista se convierte en la primera vía que pasa a ser gratuita tras 40 años cobrando por su uso

Un operario retira la señalización del peaje alavés de Armiñón de la autopista AP-1/Foto: Efe
Un operario retira la señalización del peaje alavés de Armiñón de la autopista AP-1/Foto: Efelarazon

La autopista AP-1 Burgos-Armiñón (Álava) se convierte este viernes en la primera vía de pago de España que deja de cobrar peaje al terminar su contrato de concesión

La autopista AP-1, que conecta Castañares (Burgos) con Armiñón (Álava), levantará esta madrugada sus barreras y pasará a ser gratuita tras 40 años siendo una vía de pago. La AP-1 volverá a depender del Estado y se convierte así en la primera autopista española que deja de cobrar el peaje al finalizar la concesión con una empresa privada (Europistas, filial de Itínere). No obstante, el mantenimiento de los 84 kilómetros de la vía seguirá corriendo a cargo de Itínere. Al menos de forma temporal, porque el Ministerio de Fomento debe tramitar la adjudicación del contrato para la conservación de la infraestructura por el procedimiento habitual, lo que se demorará, como máximo, hasta mayo de 2019.

Cerca de 20.000 vehículos, según los datos de tráfico medio de esta autopista recogidos por Fomento, dejarán de pagar los 12,25 euros que cuesta el trayecto para turismos y motos o la tarifa para vehículos pesados, que va desde los 13,20 euros hasta los 25,30 euros. En total, la recaudación mínima diaria que consigue la vía ronda los 250.000 euros. De las 111 personas que estaban empleadas en la autopista, la empresa subrogará a 62 trabajadores -para los que Itínere ya ha pactado un ERE de extinción-. Se trata de toda la plantilla, salvo la que estaba vinculada al cobro de peajes.

La liberalización forma parte del compromiso del ministro de Fomento, José Luis Ábalos, de levantar la barrera de todas aquellas autopistas cuyo plazo de concesión finalice durante la actual legislatura. Por lo tanto, la palabra de Ábalos también conllevaría la apertura de los dos tramos de la AP-7 entre Tarragona y Alicante y de la AP-4, que une Sevilla y Cádiz, ambas gestionadas por el grupo Abertis. El secretario general de Infraestructuras del gabinete que dirige Ábalos, Javier Izquierdo, ha asegurado que este Gobierno, a diferencia del exministro Íñigo de la Serna, «no va a prorrogar las concesiones que vayan venciendo» ni las va a «relicitar».

Por su parte, el Consejo de Ministros ha aprobado hoy un real decreto para traspasar al País Vasco la titularidad de los últimos seis kilómetros de la autopista. En cuanto a la financiación de las autopistas, Ábalos es partidario de que se decida su futuro mediante el consenso de todas las formaciones políticas, pero planteó que «no hay nada gratis» y que su uso «debe compensarse» para evitar que las terminen pagando los que no las usan. Sin embargo, el senador del PP, Francisco Martín Bernabé, ya le dejó claro la semana pasada al Gobierno que «no cuenten» con el grupo popular «para esta aventura».