Francisco Marhuenda
La difícil hoja de ruta
Lo más cómodo es criticar al Gobierno. En eso se han instalado la izquierda, algún medio de comunicación y el «fuego amigo» de algunos periodistas. Lo importante es que Rajoy tiene una hoja de ruta y la cumplirá sin titubeos. Es cierto que los españoles están enfadados y preocupados, como muestran las encuestas, pero también lo está Rajoy, que tiene que tomar decisiones difíciles e impopulares para sacar a España de la mayor crisis que ha vivido desde la posguerra. A nadie le gusta aprobar medidas impopulares y gobernar un país con más de seis millones de parados sin poder tomar medidas eficaces como han hecho Estados Unidos, Japón o Gran Bretaña. Rubalcaba no quiere saber nada de la «herencia» socialista, aunque era el vicepresidente del Gobierno, y Cayo Lara está instalado en el radicalismo izquierdista que no conduce a nada. España no tiene soberanía en política macroeconómica, porque no dispone de un banco emisor y dependemos del resto de países de la zona euro. Durante 2012, los agoreros se dedicaron a anunciar el rescate o intervención de España, pero se equivocaron. Otra línea de ataque es que existen otras políticas económicas, aunque la llegada de Hollande al poder en Francia ha demostrado que eran opiniones más propias de una tertulia de café y de un desconocimiento de la compleja realidad europea. El Gobierno ha presentado un cuadro macroeconómico muy duro, a diferencia del buenismo habitual que vivimos durante los gobiernos socialistas. Las perspectivas son esperanzadoras, pero es una hoja de ruta llena de dificultades y reformas, porque sin ellas no se conseguirá el objetivo de salir de la crisis. La izquierda seguirá con su irresponsable campaña contra Rajoy e intentará agitar la calle, aunque la mayoría absoluta del PP es una garantía para que España mantenga su credibilidad y los mercados sigan confiando en la recuperación. La alternativa es inquietante, porque una izquierda en el poder sería la garantía de que tendríamos que pedir en pocos meses el rescate. No sé si Rajoy ganará o perderá las próximas elecciones, pero no me importa, porque lo único que me interesa es que cumpla la hoja de ruta y comience una reducción significativa del paro. No creo que a Rajoy le preocupe, porque lo único que le ocupa es la superación de la crisis.
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