Ciencia y Tecnología
"La Educación en España te lleva hacia una dirección, pero puede haber otras"
Entrevista con Esther Borao, directora del Instituto Tecnológico de Aragón (ITA)
Considerada una de los 30 jóvenes líderes de Europa y África, representa muy bien las nuevas posibilidades de la ciencia y la tecnología. ¿Cómo llega de la Ingeniería Industrial a liderar una auténtica explosión de creatividad?
– Durante mis estudios en Sevilla con una beca Séneca, descubrí una web que mezclaba ingeniería y arte y vi mi camino: la programación creativa, Arduino, las nuevas tecnologías y, al volver a Zaragoza, conocí a la gente de Makeroni Labs, que desarrollan proyectos sociales y artístico-tecnológicos. Allí, desarrollamos The Eye of Horus, un dispositivo que permite controlar las cosas con la mirada, para personas sin movilidad. Ganamos un concurso internacional de la NASA, el Space Apps Challenge, y fuimos semifinalistas en UAE AI & Robotics Award for Good en Dubai, compitiendo contra el MIT, Stanford y Bekerley. Fue el principio. Nunca me he visto trabajando en una industria, sino utilizando la ingeniería para crear e innovar.
– En 2017, crea Innovart junto a Luis Martín y Jorge Mata. ¿Qué hacen desde ahí?
– Innovart está enfocada a la tecnología desde la educación, los proyectos artísticos o la electrónica personalizada. Gestionamos el laboratorio ciudadano La Remolacha HackLab de Zaragoza Activa. También creamos «The Ifs», un juguete educativo para enseñar a niños de más de tres años a programar sin pantalla. El proyecto fue ganador del Programa YUZZ de emprendimiento del Banco Santander y primer premio del programa de aceleración de proyectos «Ideas Camp», de la Fundación Rafael Pino y Vodafone. En octubre de 2018 abrimos nuestra Academia de inventores en Aragón. Ahora, hemos cerrado un acuerdo con la editorial Edelvives para ir abriéndolos en otras comunidades. Los alumnos realizan proyectos en Ciencia, robótica electrónica, programación y mecanismos.
– Dicen que las mujeres no optamos por carreras STEM porque no les vemos aplicación social ni la parte creativa ¿es cierto?
– Las mujeres somos empáticas y sociales y, precisamente, en ciencia y tecnología las posibilidades se multiplican. En la moda, por ejemplo. Soy muy fan de los «wearables» y ¡hay tanto por desarrollar! Por ejemplo, un bolso con sensores de sonido que, en un entorno ruidoso con tu móvil dentro, haga vibrar las asas para que sepas que te llaman. O, en otros terrenos de utilidad social, la impresión de prótesis en 3D, o la robotización en los hospitales. La tecnología tiene que ayudar a las personas y la gente tiene que perderle el miedo.
– ¿Corren las mujeres el riesgo de perder el terreno ganado si no se incorporan ya a las carreras STEM?
– La tecnología hoy es transversal y multidisciplinar. Las máquinas van a hacer los trabajos automatizados y necesitamos mentes abiertas. Hay que continuar con el trabajo que se está haciendo para implicar a la mujer, porque si nos quedamos fuera de esta ola, los hombres seguirán decidiendo y haciéndolo todo y no avanzaremos.
– ¿Qué deberíamos mejorar en la educación para potenciar esas vocaciones en general?
– Más que teoría y exámenes, hay que aprender haciendo, escuchar más al alumnado y promover la reflexión y la participación. Cuando era estudiante, veía el mundo distinto a como me lo explicaban y me sentía incomprendida. Te llevan hacia una dirección y puede haber otras.
– Con sólo 31 años, ha sido nombrada directora general del Instituto Tecnológico de Aragón (Itainnova). ¿Cómo se enfrenta a este reto?
– El ITA es un desconocido para la ciudadanía y ni yo misma sabía qué me iba a encontrar. Llevo solo tres semanas, y ya he visto proyectos impresionantes. Mi objetivo va a ser que la tecnología llegue a las personas. Pero, por ahora, estoy en modo escucha. Me queda mucho por entender y aprender.
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