Empresas
La industria textil «embellece» la economía española
Coqueto y seductor, a la vez que necesario. El sector textil viste la economía española y diseña un tejido productivo que hila más allá de nuestras fronteras. Camisas, zapatos, trajes o vestidos. La ropa aporta un valor diferencial a cada persona y su industria puede considerarse un motor para el crecimiento. El peso de la moda en el PIB es del 2,7%, superior al de otros sectores tradicionales, y contribuye al 4,2% de los empleos activos en el mercado laboral. Tras siete años de caídas continuadas, durante el pasado ejercicio el comercio textil incrementó sus cifras de negocio. En 2014 facturó 16.473 millones de euros, lo que supone un aumento del 3,93% con respecto a 2013.
Tanto en su versión industrial como en su parte comercial o de «retail», la moda se trata de una importante fuente de riqueza y empleo. Tradicionalmente ha sido un sector muy intensivo en mano de obra, con un fuerte componente artesanal y con pocas barreras de entrada, «por lo que ha generado mucha ocupación laboral en toda la geografía española», afirma Ricardo Fraguas, director general de Mirto. Asimismo, recuerda que esta industria, en su mayoría de pequeño tamaño y poco tecnificada, sufrió una gran revolución en los años 80 y 90.
Las presiones sindicales desbocaron los costes sin que los empresarios supieran implementar las mejoras en la competitividad que se requerían para hacer frente a la entrada de nuevos proveedores, principalmente asiáticos. «Resultaba imposible competir con países que, con menos costes laborales y grandes economías de escala, llegaron a concentrar y casi monopolizar las producciones industriales textiles de medio mundo». Fraguas resalta que actualmente las cosas están cambiando. Los diferenciales en costes y productividad han disminuido, y las condiciones de seguridad e higiene en esos países les hacen no ser tan baratos. «Se valora mucho más la rapidez de respuesta al mercado y la calidad».
Los clientes vuelven a rascarse el bolsillo y a hacer colas en las tiendas. Los países con mayor gasto por persona en prendas de vestir son Noruega, Dinamarca, Bélgica, Estados Unidos y Holanda. El lado opuesto lo ocupan China, Hungría, Egipto, Suráfrica y Arabia Saudita. España se encuentra en la zona media de la tabla. Cada español se gastó en 2014, de media, 419 euros en ropa –el vestido y el calzado representaron el 10% de la cesta de la compra–. Y es que el inicio de la recuperación se traduce en un aumento de la confianza de los consumidores, lo que constituye un impulso para las ventas. Además, la crisis económica ha servido al comercio para reinventarse. Las empresas españolas han apostado por la innovación en sus estrategias de marketing, han reforzado sus apuestas on-line para cosechar éxito en el comercio electrónico y se han dado cuenta de lo imprescindible que resulta tener presencia en los mercados internacionales.
Gracias al cambio de tendencia que ha experimentado el sector, desde la Asociación Empresarial del Comercio Textil y Complementos (Acotex) esperan cerrar el año con un aumento de las ventas próximo al 4%. Eduardo Zamácola, su presidente, destaca que en agosto crecieron las ventas un 4,6% interanual y que el sector textil continúa en recuperación del negocio perdido en los últimos años, dejando el acumulado anual de 2015 en un 4,73%. «Seguir en esta línea positiva de incremento de ventas confirma claramente el cambio de tendencia y la recuperación del consumo en nuestro país. En cualquier caso, nos queda un camino muy largo por recorrer para recuperar las ventas perdidas».
Seis de cada diez compañías del sector prevén elevar su plantilla este año. Según el V Barómetro de las Empresas de la Moda en España, el 70% incrementó su facturación en 2014 y el 86% confía en hacerlo durante el presente ejercicio. Las adversas coyunturas económicas que sufren países como China o Rusia originan un viraje en los planes de ruta internacionales. México, Estados Unidos, Emiratos Árabes, Francia y Alemania se han convertido en los mercados prioritarios. Del informe sectorial 2015 de Cesce se desprende que el porcentaje que aporta la moda al PIB del comercio en España es el 13,3% y que esta industria representa el 9,7% del tejido empresarial. De forma paralela, el sector supone el 5,8% de las exportaciones industriales manufactureras y el 6,3% de las importaciones.
Sello internacional
En la parisina Saint Honoré, en la londinense Oxford, en pleno soho neoyorquino o a espaldas del Duomo milanés. El sello español se ha instaurado en las principales arterias de la moda mundial. Inditex, Mango, Desigual o Cortefiel se han lanzado a la conquista de los mercados más importantes. De hecho, las exportaciones de la industria textil han logrado cifras insólitas. En el periodo comprendido entre enero y junio de 2015 alcanzaron los 6.475 millones de euros, un 10,2% más que en el mismo periodo del año anterior. Y la facturación en el exterior de los grupos más emblemáticos supera el 80%.
Pese a que todavía quede camino por recorrer para la internacionalización de las pequeñas y medianas empresas de moda, en los últimos años ha mejorado notoriamente gracias a la expansión de las grandes cadenas de «retail». «La industria española es valorada por sus niveles de calidad y artesanía. Cuenta con muy buena reputación. España empieza a estar de moda en el mundo de la moda». Fraguas asegura que, desde el punto de vista del diseño, es original y creativa. «Hemos demostrado que podemos competir a nivel global en igualdad de condiciones. En lo industrial, existe también una fuerte influencia de lo tradicional y artesano que dota a nuestros productos de una elevada calidad media», agrega.
En las calles y centros comerciales más significativos de París, México DF o Londres se pueden encontrar hasta cinco marcas españolas, casi una al lado de otra. Clemente Cebrián, cofundador de El Ganso, admite que las grandes compañías han abierto muchas puertas al resto, facilitando la internacionalización gracias a la buena reputación. «Hablar de marcas de moda y ‘‘retailers’’ españoles fuera es sinónimo de dinamismo y buen hacer. Confío en que, en breve, igual que hablamos de la moda italiana o francesa se hable de las empresas españolas de moda». Cebrián señala que la tendencia a abrir tiendas propias genera, si van bien, unos flujos de tesorería importantes, pero sobre todo mucha creatividad, innovación, calidad y enfoque al cliente.
El reto de aprovechar el talento
La manera de sacar partido y economizar el talento español en el mundo de la moda pasa, muy probablemente, por mejorar la capacidad de comunicación. Al menos, en opinión de Ricardo Fraguas, director general de Mirto. Más allá de fortalecer los mensajes al exterior, hay que hacerlo con los consumidores locales, y los medios de comunicación nacionales «deberían reconocer esa potencia creativa e industrial de nuestros diseñadores, marcas e industrias, así como la calidad de nuestros productos». Fraguas asegura que si todos nos lo creemos todos y lo valoramos es probable que seamos capaces de saber transmitirlo mejor. «Si lo practicamos, si consumimos con orgullo marcas de casa, si hablamos de ello en nuestros medios de comunicación, si ponemos nuestros productos por delante o al mismo nivel que otros internacionales... haremos mucho más creíble esta realidad. Es algo que no se consigue en un día, pero vamos por buen camino».
Claves
-La moda supone una importante fuente de riqueza y empleo, tanto en su versión industrial como en su parte comercial o de «retail». Siempre ha sido un sector muy intensivo en mano de obra, por lo que ha generado mucho empleo en España.
-Las empresas españolas han apostado por la innovación en sus estrategias de marketing, han reforzado su presencia on-line para cosechar éxito en el comercio electrónico y se han dado cuenta de lo imprescindible que resulta dar el salto a los mercados internacionales. -Las exportaciones de la industria textil lograron en el primer semestre 6.475 millones de euros, un 10,2% más que en el mismo periodo del año anterior. La facturación en el exterior de los grupos más emblemáticos supera el 80%.
El cofundador de El Ganso diferencia entre industria textil –confeccionistas y fábricas de tejido– y empresas comerciales o «retailers». Lamenta la «tardía reacción y el gran número de cierres que se han dado», aunque sostiene que los talleres y fábricas de hoy en día, normalmente más pequeños que los de antes, pueden dar servicio a muchas de las marcas que están asentadas o surgiendo en nuestro país. «España es un país puntero y una referencia mundial. Tenemos varios de los grupos más importantes del mundo», sentencia.
Cataluña, Madrid y Andalucía lideran el ranking respecto a las cuotas de facturación del sector textil, con el 17,25%, el 16,66% y el 15,62% de las ventas, respectivamente. En el lado opuesto se sitúan Ceuta y Melilla, La Rioja y Cantabria, que son las comunidades donde menos prendas textiles se venden. Por otra parte, Barcelona es la ciudad preferida para el turismo de «shopping». Según el informe de Acotex, el 59% de las compras de los turistas que visitan nuestro país se realizan en tiendas de ropa. Además, este año el estudio ofreció datos sobre los precios de las calles comerciales. Las más caras se encuentran en Madrid (Preciados, Serrano y Gran Vía), Barcelona (Port de L´Ángel y Paseo de Gracia), Málaga (Muelle Ribera de Puerto Banús) y Valencia (Colón).
Lejos de que la facturación del comercio textil se reparta de forma similar a la del año pasado –cadenas especializadas, con el 31%; híper y supermercados, con el 24%; tiendas multimarca, con el 19,7%; factory/outlet, con el 15 %; y grandes almacenes, con el 9%–, el canal on-line continúa imparable. Pese a la dificultad de obtener un dato exacto, desde Acotex explican que en 2014 representó el 4% de la facturación total.
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