Vacaciones

«Los récords se deben batir en los segmentos de turistas que dejen la mayor derrama socio-económica»

«Los récords se deben batir en los segmentos de turistas que dejen la mayor derrama socio-económica»
«Los récords se deben batir en los segmentos de turistas que dejen la mayor derrama socio-económica»larazon

Los clientes de las mal llamadas viviendas de uso turístico son los responsables de la afluencia masiva que está congestionando algunos de los lugares más emblemáticos para el turismo en España. Al menos, en opinión de José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur, quien asegura que el límite está en la capacidad de que las sociedades locales vean el turismo como un ingrediente que mejora sus condiciones de vida. «Hay que buscar nuevos modelos de crecimiento sostenible, donde no sólo prime la cantidad de visitantes y/o a unos precios bajos, sino su mayor derrama. Si lo conseguimos, lograremos una mayor empatía social», remarca.

– ¿Puede el sector turístico «morir» de éxito?

– Debe valorar los límites de un crecimiento sostenible, que varían en función de la época del año y zona geográfica. Algunos lugares están muy cerca, si no la han superado, de su capacidad de carga.

– ¿Qué lugares?

– Barcelona, determinados puntos de Baleares... están al borde, en la temporada punta. Madrid, Valencia y Málaga pueden sufrir tensiones puntuales. Uno de los límites se encuentra en la capacidad de la sociedad local de seguir valorando el turismo como un sector que mejora la calidad de vida.

– Pues la llegada masiva de turistas está generando una especie de fobia...

– Pero hay que discriminar las razones por las que se está produciendo esa masificación. Nosotros, que somos una organización transversal, creemos que esos problemas son debidos a la irrupción absolutamente súbita de una capacidad de alojamiento que no estaba disponible antes. En Barcelona, por ejemplo, las viviendas turísticas han duplicado en apenas seis años su capacidad de alojamiento regulada. Y esos alquileres están sometidos todavía a unas prácticas irregulares que, en algunos casos, traspasan los límites de la legalidad.

– ¿Y que han provocado la masificación?

– Claro. Ésta no hubiera sido posible con una oferta reglada que apenas ha crecido en estos años. La capacidad extra de alojamiento es la causa que induce estos problemas de congestión, aunque se meta en el mismo saco a todo el sector. El fenómeno ha sido producido por un colectivo muy concreto. Es una ironía que quien más empleo genera esté sujeto en Barcelona a las mismas restricciones normativas que la oferta irregular, que es muy difícil perseguir porque no hay medios físicos de inspección suficientes para realizar una labor de vigilancia efectiva. Y las plataformas intermediarias se desentienden amparadas en una total impunidad.

– ¿Cómo debe combatirse esa «turismofobia»?

– Lo primero que hay que hacer es discriminar los orígenes para poner la lupa sobre los subsectores que incorporan la masificación con menos valor añadido para la sociedad local. Pero falta más valentía política para hacerlo. Nuestra tesis es que fundamentalmente hoy procede de los usuarios de las mal llamadas viviendas de uso turístico.

– ¿Necesita el sector reorientar su modelo de negocio?

– Sí. El crecimiento no debe ir a seguir batiendo records de llegadas en los mismos periodos puntuales o álgidos de temporada alta. Hay que tratar de generar el mayor ingreso por turista, ir reposicionando la oferta y demanda turística para maximizar los ingresos y los efectos multiplicadores a nivel local. De batir records, que sean en los segmentos de turistas que dejen la mayor derrama socio-económica e impulse los mayores efectos arrastre. De esta forma, la ciudadanía percibirá beneficios crecientes del turismo. Una manera de aproximar el límite está en que las sociedades locales sigan viendo el turismo como una actividad que mejora sus condiciones de vida.