Naturgy acelera el cumplimiento de su Plan Estratégico

La compañía ha cumplido los objetivos fijados en su programa de desinversiones, ha acelerado su plan de eficiencias, al tiempo que se ha tenido que volcar en sortear trabas imprevistas en el camino, como es el cambio de modelo en la retribución a las redes propuesto por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Precisamente, aseguran fuentes de Naturgy, «se está haciendo frente a estos imprevistos con decisión y valentía». De hecho, tras la apertura del trámite de información pública del proyecto del regulador y del periodo de negociaciones, la compañía está siendo la más activa en reuniones y encuentros al más alto nivel, tal y como consta en el portal de transparencia del propio organismo.

Asimismo, se ha replanteado un reposicionamiento de la compañía en el que no se cesa de trabajar, al tiempo que se buscan nuevos nichos de mercado y se innova en soluciones que permitan incrementar la ventaja competitiva.

Del negro al verde

Ese cambio implantado en el negocio se ha visto reflejado en el anuncio del cierre de todas sus plantas de carbón. Así, las de Meirama (A Coruña), Narcea (Asturias) y La Robla (León) comenzarán su desmantelamiento una vez que el Ministerio para la Transición Ecológica autorice estas clausuras, al igual que ocurrió con la pequeña planta de Anllares en Leon, cuya propiedad la comparte Naturgy con Endesa.

No se vaticina ningún imprevisto en estas autorizaciones. El propio departamento que dirige Teresa Ribera apuesta por esta línea, con la descarbonización por bandera. De hecho, Naturgy se adelantó con su estratetegia 2018-2022 a la premisa establecida en el Plan Nacional de Energía y Clima del Gobierno, que ya ha sido valorado por Bruselas. Es más, dispone ya con un sólido plan para sustituir esta capacidad contaminante por energía limpia proveniente de parques eólicos y plantas fotovoltaicas, principalmente.

Tan sólo este año, Naturgy pondrá en marcha más de 900 megavatios de capacidad renovable, principalmente en España. En total, invertirá unos 2.000 millones de euros a lo largo de este ejercicio, siempre dentro de los criterios de rentabilidad fijados en su Plan Estratégico (Golden Rules), con el objetivo de crear valor para el accionista y generar crecimiento en el futuro.

En el ámbito internacional, ha puesto en marcha recientemente 83 megavatios de dos plantas fotovoltaicas en Brasil, y avanza para construir 354 MW eólicos y fotovoltaicos que le han sido adjudicados en Chile. También cuenta con un importante proyecto en Australia, de 180 megavatios de potencia, en el que invertirá un total de 259 millones de dólares australianos (unos 166 millones de euros).

«Socio ideal»

Cabe destacar, asimismo, que la ambición del grupo no acaba aquí. En los últimos informes de resultados presentados al mercado, ya se anunció que está analizando nuevos potenciales proyectos renovables. De esta manera, la capacidad instalada renovable del grupo podría sumar otros 4.200 megavatios a los 2.600 con los que se cerrará 2019. Esto no termina aquí porque una vez más el grupo está trabajando con la premisa de ir más allá y también ha identificado nuevas oportunidades por otros 5.300 megavatios.

En total, si el grupo llegara a convertir en realidad todos estos proyectos, alcanzaría una capacidad de 12.100 megavatios de energía limpia, con lo que esta tecnología encabezaría su mix energético. El gas natural, a través de los ciclos combinados, se consolida en este nuevo escenario como el «socio ideal» de las renovables para garantizar la seguridad de suministro en los momentos que no haya viento o sol.

La estrategia ha sido aplaudida por el mercado desde que se empezara a ejecutar. El propio aterrizaje de Francisco Reynés en la Presidencia Ejecutiva ya se percibió como un valor seguro para la acción de Naturgy. A continuación, las decisiones que ha ido adoptando el grupo hicieron que la cotización alcanzara cotas máximas de la última década hasta los 27 euros por acción. Este «rally» bursátil se ha visto perjudicado considerablemente por la incertidumbre regulatoria provocada por el organismo que encabeza, desde el día 9 en funciones, José María Marín Quemada. En cualquier caso, la compañía sigue enfocada en el cumplimiento de su Plan Estratégico 2018-2022 y con su mantra de crear valor para todos sus grupos de interés.

Los grandes hitos

Además, la compañía ha ido alcanzando importantes hitos a lo largo de este año que reflejan y avalan una gestión eficaz. Los principales en este proceso de transformación son los siguientes:

Mayor esfuerzo inversor en renovables para reposicionar el negocio de cara a la transición energética. España, con 950 MW y una inversión de unos 1.000 millones de euros; Australia, con 180 MW con una inversión de casi 170 millones de euros; Brasil, con 83 MWp con una inversión de 95 millones de euros, y en Chile, el desarrollo de un parque eólico de 204 MW (239,2 millones de dólares) y de una planta solar con 108 MW (90 millones).

Solicitud de cierre de las plantas de carbón de Anllares, La Robla, Narcea y Meirama.

Firma con el Ministerio del Protocolo Nuclear para el cierre progresivo de estas instalaciones hasta el 2035.

Laudo del CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones) a favor de Naturgy por la planta de Damietta en Egipto y homologación del mismo en Reino Unido.

Reducción del perfil de riesgo, gracias al seguramiento de la venta del 90% de los volúmenes de gas, y a la salida de los países en los que la compañía no tiene una presencia significativa y no se ajustan a los criterios de rentabilidad fijados en el Plan Estratégico, Italia, Colombia, Moldavia, Kenia y Sudáfrica

Seguridad del suministro, como consecuencia de la renovación del acuerdo con Argelia (14 de junio de 2018), de la incorporación de Rusia a la cartera de aprovisionamientos de la compañía con el contrato de Yamal (21 de junio de 2018). Naturgy ha empezado ya a recibir los primeros cargamentos de la planta de licuefacción estadounidense Sabine Pass, que se encuentra localizada en el Golfo de México.

Nueva estrategia comercial que pone el foco en la rentabilidad frente al tamaño: revisión de los contratos de gas y electricidad de medianos y grandes clientes para adecuarlos a la situación actual del mercado. Asimismo, se ha puesto en marcha un nuevo modelo de marketing tras el fin de los comerciales a puerta fría, se ha lanzado paquetes de energía (Superpacks), que incluyen un precio fijo a lo largo del año y diferentes servicios, así como de la tarifa Servisolar para facilitar la instalación de placas de autoconsumo y puesta en funcionamiento de una herramienta digital destinada a que los usuarios conozcan con detalle el coste y la amortización de este tipo de instalaciones.

Optimización de la cartera de activos

La compañía ha estado inmersa durante el último año en la optimización de la cartera de activos para monetizar aquellos que se han identificado como «non core» para liberar recursos energéticos. Esta optimización ha sido transversal en todas las áreas de negocio y va desde los activos inmobiliarios hasta a la cartera de clientes. En este último caso ,ya se ha visto el acierto de la estrategia con un incremento de los márgenes del negocio de Gas&Power.

Reynés también ha impulsado una reducción del riesgo del negocio, a través de iniciativas para mejorar la visibilidad en la generación de caja y aumentar la estabilidad en resultados. En este sentido, se ha adaptado la política de gestión de GNL y se ha asegurado la venta de un 90% de los volúmenes. También se ha reequilibrado la cartera de comercialización de electricidad para tener menos volatilidad ligada a la evolución de los precios del mercado mayorista.