Demografía
Lo que el envejecimiento de su población trae a España: fuga de inversión extranjera, menos compra de vivienda y caída de la productividad
El gobernador del Banco de España cree que, junto al impacto del cambio tecnológico y el climático, las implicaciones del demográfico son el mayor reto económico y social de las próximas décadas
España es uno de los países en los que el cambio demográfico se sentirá con mayor intensidad. Tiene una de las esperanzas de vida al nacer más largas del mundo desarrollado y también una de las de fecundidad más bajas (1,2) de todo el mundo. Ambas circunstancias van a provocar que, salvo que se cumplan los supuestos más optimistas del Instituto Nacional de Estadística (INE) tanto de fecundidad como de afluencia de inmigrantes, la población en edad de trabajar se vaya a ir reduciendo y baje del entorno actual de los 32 millones y que la edad media de los trabajadores se incremente muy por encima de los 44 años desde los 43,7. Todo este conjunto de factores constituyen un cambio demográfico tan importante que puede tener "consecuencias macroeconómicas mucho más amplias, incluso para la eficacia de las políticas monetaria y fiscal", según advierte el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.
En una conferencia pronunciada recientemente en el Georgetown University Global Economic Challenges Network, Hernández de Cos ha advertido de que el envejecimiento de la población. que califica como el mayor reto al que se enfrentan las economías junto al impacto del cambio climático y tecnológico, tiene importantes efectos sobre aspectos tan diversos como la inversión , la vivienda o la productividad.
Según el gobernador del Banco de España, en cuanto a la inversión, algunos factores sugieren que "es probable que se reduzca a medida que aumente el peso relativo de la población de más edad". Hernández de Cos asegura que "una menor población en edad de trabajar necesitará menos capital, el cual cabe pensar que ahora es más barato de acumular gracias a los actuales avances tecnológicos, que están reduciendo significativamente su precio relativo". No obstante, añade que "otros factores, como la transición a una economía verde y una mayor automatización en respuesta a la menor oferta de trabajo, sugieren que podría ser necesario incrementar la inversión". La pregunta de cuál de estas fuerzas opuestas prevalecerá sigue sin respuesta, añade.
Lo que parece menos controvertido para Hernández de Cos es que "es probable que la inversión residencial disminuya con una menor población joven y con el gran parque de viviendas acumulado durante la primera década de este siglo".
El gobernador del Banco de España también cree que los cambios en el ahorro y la inversión tendrían implicaciones para los flujos internacionales de capital, ya que "el capital tiende a fluir hacia países que, en términos relativos, tienen poblaciones más jóvenes, un mayor crecimiento de la productividad y una mayor rentabilidad del capital". En consecuencia, "en los países en los que la población está envejeciendo más deprisa, que, en principio, serán los que experimentarán descensos más rápidos y acusados de la rentabilidad del capital y de la productividad, se producirán salidas de capital y superávits de la balanza por cuenta corriente", concluye a este respecto.
Ahorro
En lo que respecta al ahorro, el gobernador del Banco de España advierte de que la incertidumbre sobre la longevidad y las prestaciones que se perciban durante la jubilación puede provocar que la población de más edad disminuya su tasa de ahorro en menor medida que generaciones anteriores, invirtiendo así la tendencia observada hasta ahora de menos ahorro y más consumo. Hernández de Cos añade que con la incertidumbre sobre la renta que podrán recibir en forma de pensiones y su longevidad "es posible que las familias se muestren menos propensas a transferir su riqueza en forma de herencias".
De Cos también cree que un cambio demográfico de este calado puede impactar asimismo sobre el crecimiento potencial de la economía. Para empezar, explica que dado que las tasas de actividad y de empleo varían sustancialmente entre los distintos grupos de edad, cualquier cambio en la distribución por edades de la población afectará a la tasa de empleo agregada. En particular, explica que "los trabajadores de más edad suelen presentar tasas de actividad y de empleo más bajas que los de mediana edad, principalmente porque tienen más probabilidades de sufrir problemas de salud y desempleo de larga duración. Así pues, a medida que aumenta el peso relativo de los trabajadores de más edad, las tasas agregadas de actividad y de empleo tienden a disminuir", según advierte.
El gobernador del Banco de España también cree que el envejecimiento puede tener un impacto significativo en la productividad, talón de Aquiles ya en el caso de España. Por una parte, explica, tanto la experiencia profesional de los trabajadores de más edad como el mayor nivel educativo de las cohortes más jóvenes son beneficiosos para la productividad. Por otra parte, añade que la movilidad profesional de los trabajadores de edad más avanzada es menor y, por tanto, es menos probable que se trasladen para buscar nuevas oportunidades de empleo. Además, la innovación es un «afán de la juventud» y, a este respecto, los trabajadores jóvenes tienen más probabilidades de éxito. Sin embargo, "el éxito en la innovación también requiere los conocimientos y la experiencia acumulados por la generación anterior", según concluye.
El envejecimiento de la población también tiene efectos reseñables sobre las cuentas públicas. Como explica Hernández de Cos, en términos de ingresos, una tendencia a la baja en el tamaño de la población en edad de trabajar y en la tasa de actividad reducirá probablemente el peso de las cotizaciones sociales y de los impuestos sobre la renta. "Además, dado que la población de más edad tiende a consumir más bienes y servicios que están sujetos a impuestos sobre el consumo más bajos (debido a las subvenciones y a la exención del IVA de determinados servicios públicos), también es probable que el envejecimiento poblacional reduzca el tipo impositivo agregado efectivo", explica. En cuanto al gasto, el gobernador de la institución monetaria advierte de que "una mayor demanda de políticas sociales somete los presupuestos públicos a una presión extraordinaria, principalmente, aunque no solo, en forma de programas de pensiones y de salud". El gobernador apunta a este respecto a que, como consecuencia de los cambios legislativos aprobados en 2021, «el sistema de pensiones español tendrá que asumir, en el largo plazo, mayores obligaciones de gasto que no quedarán totalmente cubiertas con los ingresos recaudados».
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