Unión Europea
Las reglas fiscales se retrasan: Alemania reclama a Calviño menos déficit y «hablar de números»
La UE no logra consensuar los nuevos límites de déficit y deuda. «Somos optimistas, pero queda mucho trabajo por hacer» sobre el «nivel de ambición», apuntan desde Berlín
Parece que la fumata blanca sobre las reforma de las normas fiscales europeas está cada vez más cerca, pero no termina de llegar. Los ministros de Economía y Finanzas de los Veintisiete han debatido este jueves una propuesta de la presidencia española que intenta una posición intermedia entre Francia y Alemania, los países que están liderando las negociaciones.
Los estragos económicos de la pandemia hicieron que por primera vez la Comisión Europea decidiera activar la «cláusula de escape» del Pacto de Estabilidad y Crecimiento que marca los límites de déficit y deuda que deben cumplir las economías europeas. Tras tres años en los que los Gobiernos han podido inyectar dinero público sin cortapisas para apuntalar el crecimiento económico, este periodo de excepción llega a su fin en 2024. La Comisión Europea ha querido aprovechar este momento para reformar las normas fiscales que ya antes del estallido de la pandemia se habían puesto en cuestión por excesivamente rígidas e ineficaces. De esta forma, si todo sale según lo previsto, el año que viene entrará en vigor una normativa renovada.
En su propuesta, el Ejecutivo comunitario plantea un calendario de reducción de deuda personalizado para cada país durante cuatro años que a su vez sea compatible con seguir invirtiendo en la doble transición energética y digital a cambio de que la imposición de sanciones resulte más rápida. Una iniciativa que gustó a los países del sur de la Unión Europea y a Francia, pero que puso de uñas a Berlín, que considera que esto debe venir acompañado de objetivos de reducción numéricos de deuda claros y mensurables.
Esperando a Calviño
Aunque la presidencia española no se ha atrevido aún a presentar una iniciativa legislativa, sí que ha acudido a esta reunión con un «documento de aterrizaje» que recoge algunas de las demandas de Alemania y no parece disgustar del todo a Francia.
El ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, se ha mostrado «optimista» sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo este año después de que el texto de la presidencia española reconozca la necesidad de «una línea de seguridad» para rebajar los niveles de deuda y objetivos numéricos en la reducción del déficit.
A pesar de esto, el titular germano ha reconocido que aún queda debate y «mucho trabajo por hacer» sobre «el nivel de ambición» Por su parte, su homólogo francés, Bruno Le Maire, también ha asegurado que la posición española permite «acercar posiciones». París quiere lograr el equilibro entre la estabilidad financiera y al continuidad de las inversiones claves para el desarrollo económico.
En manos de Francia y Alemania
Una vez más, todo depende de la batuta de París y Berlín. Aunque antes de asumir la presidencia, España intentó intervenir en el debate y presentó un documento conjunto con Holanda, su antagonista en cuanto a la necesidad de disciplina fiscal, el eje franco- alemán se ha erigido en protagonista de las discusiones en los últimos meses y se espera que Le Maire viaje a Berlín en los próximos días para seguir negociando.
La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ha negado que la alianza entre Berlín y París esté restando protagonismo a la presidencia española y se ha mostrado a favor de estas contribuciones que están allanando el acuerdo. A pesar de que un nuevo aire de optimismo parece haberse apoderado de las negociaciones, el diablo está en los detalles. Tal y como ha recordado Alemania, «ahora se trata de hablar de números y no solo de instrumentos».
Aunque se espera algo de manga ancha en 2024, la Comisión Europea ha vuelto a recordar que las manecillas del reloj siguen girando. «El tiempo no es ilimitado y, por tanto, las posiciones de cada país son perfectamente legítimas, pero luego hay un calendario que impone dar pasos adelante mañana y concluir este acuerdo este año», dice el comisario de Economía, Paolo Gentiloni.
Los datos del BCE apuntan ya a la recesión
La inversión de la curva de rendimientos de los tipos sin riesgos apunta actualmente a probabilidades elevadas de recesión en la zona del euro y en Estados Unidos en el plazo de un año, advierte el Banco Central Europeo (BCE).
Las curvas de tipos libres de riesgo en la zona del euro y en Estados Unidos muestran la inversión más pronunciada de las últimas décadas, tras la rasante subida de los tipos de interés y porque se prevé recesión y que los tipos de interés bajarán a largo plazo.
«La inversión de la pendiente en ambas regiones se ha debido principalmente al mayor aumento de los tipos de interés a corto plazo en comparación con los tipos a más largo plazo».
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