Vivienda
El trasvase masivo al alquiler de temporada para esquivar la Ley de Vivienda encarece el arrendamiento residencial en más de un 10%
Las grandes ciudades se llevan la peor parte. Entre los inquilinos de esta modalidad predominan directivos desplazados, nómadas digitales y estudiantes internacionales, con ingresos superiores a 2.500 euros mensuales
El vaivén de maletas por las aceras se ha vuelto rutina. No son turistas de paso ni vecinos de toda la vida: son inquilinos de temporada, habitantes provisionales que están proliferando en las ciudades en detrimento de los residentes habituales por el trasvase masivo del alquiler residencial al de temporada para esquivar la Ley de Vivienda, apunta la red inmobiliaria donpiso. Esta agencia inmobiliaria denuncia que el auge del alquiler de temporada, cuyos contratos solo pueden tener una duración de hasta 11 meses, está agravando la escasez de oferta de alquiler permanente y disparando los precios a nuevos máximos. En concreto, según donpiso, el precio medio del alquiler residencial ha aumentado más de un 10% interanual en 2025 en capitales como Barcelona, Madrid, Valencia, Málaga o Bilbao, en parte por el trasvase de viviendas al mercado de alquiler de temporada.
"El alquiler de temporada se ha convertido en una vía de escape para muchos propietarios que buscan rentabilizar sus inmuebles sin quedar sujetos a las limitaciones de la Ley de Vivienda", ha señalado Emiliano Bermúdez, subdirector general de donpiso. En su opinión, este fenómeno está provocando "una contracción preocupante" de la oferta de alquiler de larga duración, lo que "presiona aún más los precios para las familias que necesitan una vivienda habitual".
El perfil del arrendador que opta por esta fórmula es, en su mayoría, el de un particular con una única vivienda, que persigue rentabilidades más altas. Entre los inquilinos predominan directivos desplazados, nómadas digitales y estudiantes internacionales, con ingresos superiores a 2.500 euros mensuales y estancias de entre seis y nueve meses. Este poder adquisitivo permite asumir rentas de más de 1.200 euros al mes, fuera del alcance de buena parte de la población local.
Mientras tanto, el alquiler de larga duración se encarece y el inquilino medio ve cómo se aleja a posibilidad de acceder a una vivienda asequible. En Barcelona, la renta media de los contratos firmados este año alcanza los 1.300 euros mensuales; en Madrid, los 1.250 euros. "Con salarios medios netos que en muchas provincias no llegan a 1.600 euros, estas cifras suponen una barrera real para miles de familias trabajadoras", ha advertido Bermúdez.
Desde donpiso reclaman una regulación específica para el alquiler de temporada que evite su uso fraudulento como vía para esquivar el control de rentas. "Si no se actúa pronto, el desequilibrio entre oferta y demanda será estructural y cada vez más ciudadanos quedarán fuera del acceso a una vivienda digna", ha concluido Emiliano Bermúdez.
Actualmente, los alquileres de temporada están sujetos al registro único de alquileres de corta duración, por el cual deben contar con un número de registro para poder operar en plataformas que permiten formalizar el contrato y realizar el pago de forma online. En cambio, los alquileres de temporada que se anuncien en plataformas que actúan como meros escaparates, en agencias físicas o por redes sociales, no necesitan contar con número de registro, lo que deja vía libre a su operativa.