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Tsipras desafía a Bruselas y se opone a subir el IVA en las islas
Los acreedores de Grecia rebajan las expectativas de un acuerdo inminente sobre la deuda.
El principio de acuerdo filtrado por Atenas ha quedado en un espejismo, un farol para calmar a la ciudadanía. Grecia y los acreedores volvieron a la carga ayer en el tira y afloja constante de las negociaciones. Las instituciones cerraron filas entorno a la idea de «todavía queda trabajo», mientras que el Gobierno griego bramó de nuevo contra la «asfixia» a la que está sometida el país.
El ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, culpó a las instituciones de aplicar a Grecia una «presión implacable» para subir el IVA en las islas, que actualmente gozan de una tasa superreducida del 6,5%. El propio titular de Finanzas se comprometió a mediados de mes a no aumentar este impuesto al menos hasta que termine la temporada turística de este año.
«Nos enfrentamos a una actitud completamente insensible», «no se preocupan por la gente» y «debemos librarnos del programa de rescate» fueron algunos de los argumentos que Varufakis pronunció en el Parlamento sobre la exigencia de los socios de equilibrar el IVA en las islas a los tipos que rigen en el resto del país.
Con esa reducción en las islas del Egeo, el Estado deja de ingresar 347 millones de euros al año, pero supone una medida «necesaria» para mejorar la competitividad de sus empresas y para compensar el coste del transporte de las mercancías. El principal afectado por el alza del IVA, sin embargo, sería el sector turístico, que representa cerca de un 20% del PIB, y que lleva tiempo en alerta.
Entretanto, la Comisión Europea (CE) desmintió el inicio de redacción de un borrador de acuerdo y reiteró que todavía quedan «asuntos abiertos» como para alcanzar un consenso inminente. «Más progresos son necesarios», zanjó ayer una portavoz de la CE. También la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, advirtió de que «queda mucho trabajo aún por hacer».
Esos mensajes se suman a los malos augurios aireados desde Berlín sobre un posible corralito este fin de semana, la introducción de una moneda paralela o incluso la salida del euro, que, según la propia Lagarde, «no sería ningún drama para la UE».
A pesar de las declaraciones de las instituciones, el portavoz del Gobierno griego apuntó que el acuerdo podría llegar «este domingo». Atenas mantiene la esperanza de que la cumbre del G7 que se está celebrando esta semana en Dresden (Alemania) sirva para dar un impulso político definitivo a las interminables negociaciones.
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