Educación

FP de emergencias y protección civil: un camino necesario

Juan Pampillón Alonso de Velasco, director del Instituto Galeno Xtart de FP en emergencias y protección civil, explica por qué es necesario una formación especializada y de excelencia para uno de los sectores críticos de nuestra sociedad

La profesionalización de la formación en el secto de las emergencias es una realidad
La profesionalización de la formación en el secto de las emergencias es una realidadGALENO XTARTLA RAZÓN

Hasta ahora, para acceder a un servicio público de bomberos en España bastaba con aprobar una oposición. El modelo, centrado únicamente en la superación de pruebas físicas, teóricas y psicotécnicas, no exigía que el aspirante llegara con formación previa en emergencias. Como consecuencia, muchos futuros bomberos iniciaban su carrera profesional sin una base formativa sólida, confiando casi por completo en la experiencia adquirida una vez incorporados al cuerpo.

La complejidad de los riesgos actuales (incendios forestales, catástrofes naturales, accidentes industriales o grandes concentraciones urbanas) exige profesionales altamente preparados. En este contexto, el avance de la formación reglada en emergencias, impulsado desde Europa, es imparable y está transformando el acceso y la preparación de quienes aspiran a trabajar en el sector.

La Unión Europea ha subrayado en los últimos años la importancia de establecer estándares comunes en seguridad y protección civil. El objetivo no es solo unificar protocolos, sino también garantizar que los profesionales de todos los Estados miembros tengan competencias acreditadas y comparables. La homologación de títulos y la existencia de ciclos oficiales permiten elevar el nivel de capacitación. El mensaje es claro: la profesionalización ya no es una opción, sino un requisito imprescindible.

En este proceso de modernización, la Formación Profesional ha irrumpido con fuerza. La creación de los ciclos de Emergencias y Protección Civil, en grados medio y superior, marca un hito en la profesionalización del sector. Estos programas, de unas 2.000 horas de formación teórico-práctica, ofrecen a los estudiantes una preparación integral que abarca desde la prevención y análisis de riesgos, hasta la gestión de dispositivos de intervención. Incluyen además técnicas de intervención en incendios urbanos y forestales, salvamento y rescate, logística, comunicaciones y coordinación con otros servicios. Todo ello con un enfoque práctico que acerca al alumnado a la realidad de las emergencias.

Para los aspirantes a bomberos, estos ciclos representan un valor añadido. No solo les ayudan en la preparación de la oposición, sino que fortalecen sus competencias técnicas y su capacidad para integrarse en un equipo de intervención. Llegan así a las pruebas con una visión más amplia del sector y una madurez profesional que marca la diferencia.

Los centros especializados desempeñan un papel clave en este proceso. En el Instituto Galeno Xtart recibimos cada año a cientos de alumnos ilusionados por trabajar en el sector de las emergencias. Aquí encuentran un entorno donde la vocación se combina con una preparación rigurosa, diseñada para dotarles de las herramientas necesarias en su futuro profesional. Las 2.000 horas de formación son mucho más que un requisito académico: constituyen un proceso de maduración personal y técnica que facilita la transición hacia la vida profesional. Nuestros alumnos no solo adquieren conocimientos y habilidades, también desarrollan valores como disciplina, trabajo en equipo y capacidad de decisión bajo presión.

Estamos convencidos de que esta base formativa es fundamental para dignificar la profesión y garantizar que los servicios de bomberos estén compuestos por profesionales altamente cualificados desde el primer día.

El impulso de la formación reglada en emergencias supone también un cambio cultural. Durante años, se ha dado por sentado que el aprendizaje debía comenzar una vez aprobada la oposición. Hoy, en cambio, se reconoce que la formación previa es clave para construir equipos más preparados, eficientes y seguros.

Este cambio beneficia a todas las partes: a los aspirantes, que acceden con una preparación más completa; a los servicios de bomberos, que incorporan profesionales listos para integrarse en la operativa desde el inicio; y a la sociedad, que recibe un servicio público de mayor calidad y capacidad de respuesta.

Aunque el camino hacia la profesionalización es claro, todavía quedan desafíos por delante. Entre ellos, extender la oferta de ciclos de Emergencias y Protección Civil a más territorios, reforzar la conexión entre los centros de formación y las administraciones públicas, e integrar de manera más decidida la innovación tecnológica en los planes de estudio.

Aun así, el futuro es esperanzador. La apuesta por la formación reglada está consolidando un nuevo modelo de preparación en emergencias, donde la vocación se une a la excelencia académica y técnica. Andalucía se ha convertido en la primera comunidad autónoma en exigir estos ciclos para el acceso a las oposiciones de bomberos, y confiamos en que pronto el resto de administraciones sigan este camino, incorporando estas enseñanzas en sus convocatorias y procesos selectivos.

La profesionalización de la formación en el sector de las emergencias ha dejado de ser una aspiración para convertirse en una realidad en marcha. Los ciclos de Emergencias y Protección Civil son la respuesta a una necesidad urgente: dotar a los aspirantes a bomberos de una base formativa sólida antes de enfrentarse a la oposición.