El club de la buena estrella

Hace años que en la industria española el cine social se mantiene en un discreto segundo plano. El desempleo, la desigualdad o el racismo han dado paso al terror y el thriller. En su ópera prima, sin embargo, Alberto Aranda retoma la violencia machista, consciente de que parecen historias de otro tiempo. «Está claro que ahora no se hace este tipo de películas. Parece que la gente necesita otras historias, por la situación actual, aunque yo defiendo que ésta es una película luminosa, porque ves a una chica que tiene las agallas para luchar contra relaciones establecidas para brillar por ella misma», explica el director de «La estrella».

Ingrid Rubio encarna precisamente a Estrella, una joven limpiadora en una funeraria que se vuelca con su amiga Trini, interpretada por Carmen Machi, cuando descubre que sufre maltrato físico por parte de su esposo. Sin embargo, pronto Estrella compartirá parte del sufrimiento de su amiga: «Es un juego de espejos entre dos parejas en el que la protagonista está metida en un maltrato psicológico. Es una relación de dependencia tóxica. Creemos que algunos jóvenes pueden verse reflejados; puede hacerles darse cuenta de que lo que ellos consideran una relación normal no lo es tanto», añade Aldana, quien cree que todavía queda mucho por hacer en este sentido: «Existe más conciencia sobre el tema, pero sigue existiendo. No terminamos de encontrar la solución. Con esta película quisimos reflexionar sobre la importancia de la educación». «La estrella», protagonizada también por Marc Clotet, trata otros temas de carácter social como el racismo enmarcado en el momento que se originó la burbuja inmobiliara. «Ahora parece que se está buscando otro tipo de cine. Parece que este que funcionó mucho hace años no tiene hueco. Veremos», termina Aranda, que insiste en que «el espectador, aunque se vea enfrentado a una realidad tan dura, saldrá del cine más animado de lo que entró».