Elecciones andaluzas
Andalucía, el ensayo de los pactos para las generales
La mecha de la campaña electoral prendió anoche con la pegada de carteles. El presidente del PP-A, Juanma Moreno, eligió Málaga. La presidenta de la Junta, Almería, el feudo popular desde el que Javier Arenas levantó en 2012 una ola de cambio que se quedó a las puertas del Palacio de San Telmo. Fue una victoria amarga para el Partido Popular y el principio de un nuevo ciclo político que se dibuja marcado por la ausencia de mayorías absolutas, el severo desgaste del bipartidismo y la irrupción con fuerza de formaciones de tercera vía. Poco o nada se va a parecer el arco parlamentario al actual –representado únicamente por PP, PSOE e IU– si se confirman las encuestas que han aparecido en las últimas semanas. La del CIS conocida ayer sitúa a Podemos como tercera fuerza política, con casi el 20 por ciento de apoyo y entre 21 y 22 diputados. Supera el techo histórico de Izquierda Unida, que llegó a los 20 diputados en los años dorados de Luis Carlos Rejón y Julio Anguita. IU, según este estudio, pasaría al cuarto lugar con entre 4 y 5 escaños, un tercio de los 12 que tiene actualmente.
La llave del gobierno la puede tener por tanto una formación que se constituyó hace poco más de un año y que se ha nutrido del descontento hacia las opciones tradicionales, del desgaste de la crisis económica y de la explosión en racimo de casos de corrupción que en Andalucía salpican especialmente al PSOE –caso ERE, formación, Invercaria, facturas falsas de UGT-A...– pero a nivel nacional también al Partido Popular. Ruz mandó ayer a juicio oral a 40 implicados en la Gürtel.
Susana Díaz, según los sondeos, aguantaría mejor el descalabro. El CIS le da una mayoría insuficiente de 44 escaños. Actualmente tiene 47. La victoria de Susana Díaz levantaría una barrera de contención en el Partido Socialista, por el que transita el fantasma del Pasok griego. Si Díaz da el golpe en la mesa, tendrá el camino libre para encaramarse al timón nacional del PSOE, y acabaría por convertirse en la baronesa absoluta de su formación. De momento, lo que reitera es que su «tren es Andalucía» y en Andalucía se va a quedar. Si el PP consigue voltear todas las encuestas y Díaz cosecha un voto menos que Juanma Moreno, entonces su liderazgo se achicharrará súbitamente. De momento no hay ninguna encuesta que coloque al PP de Juanma Moreno por delante del PSOE, aunque en el partido confían en que esta vez, a diferencia de 2012, la sopresa se produzca a su favor. Juanma Moreno asegura que tiene el aval de Rajoy para trazar un proyecto a medio plazo, aunque un retroceso como el que pronostica el CIS (34 parlamentario frente a los 50 actuales) será difícil de defender. El fuerte ascenso de Ciudadanos –con una estimación de 5 escaños– no le permitiría al PP forjar ningún tipo de alianza para desalojar al PSOE, que acumula más de 30 años de gobierno.
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