Elecciones 23J

¿Se puede votar por Internet en las elecciones generales?

Tener que acudir a las urnas en pleno verano reabre el debate del sufragio online. ¿Es un método seguro?

Un hombre utilizando un ordenador
Un hombre utilizando un ordenadorPEXELSPEXELS

Desde que Pedro Sánchez anunciara el pasado 29 de mayo el adelanto de las elecciones generales al 23 de julio, los españoles no han parado de manifestar su descontento por convocar los comicios en plena época estival. Aparte de las críticas al presidente del Gobierno por la “malvada” elección de la fecha, cuestiones como el voto por correo, el perjuicio de tener que formar parte de una mesa electoral en plenas vacaciones de verano o la posibilidad de alargar el horario de los comicios ante las altas temperaturas que traerá ola de calor que se prevé que azote España el 23J –una solución propuesta por la vicepresidenta del gobierno y portavoz de Sumar, Yolanda Díaz- se convirtieron en los temas centrales de prácticamente todas las conversaciones.

Todos estos temas han reabierto, a su vez, otro debate: la posibilidad de votar por internet. A priori, no parece demasiado descabellado que el ciudadano pueda votar desde cualquier lugar del mundo, sin moverse de su casa, siempre y cuando disponga de un certificado digital o un DNI electrónico que le permita acreditar su identidad. Al fin y al cabo, los españoles ya tienen oportunidad de realizar numerosos trámites personales a través de esta vía. Sin embargo, en España todavía no es posible. Desde 2004 se ha probado a modo de prueba de manera esporádica, pero nunca con alcance general ni con resultados demasiado exitosos, por lo que nunca se ha llegado ni siquiera a valorar su implantación en ninguna elección legislativa.

¿Un método seguro?

Hay expertos que apuntan que disponemos de medios y tecnología suficientes como para poner en marcha el sufragio online. No obstante, hasta la fecha no ha habido suficiente respaldo político para llevar a cabo el cambio legal necesario para equiparar el voto electrónico con el voto de papel. No cuentan con suficientes evidencias de que este método cumpla con todas las garantías de seguridad de exige un sistema electoral democrático y no quieren arriesgarse a que se produzca la más mínima fisura en el proceso. Lluis Orriols Galve, politólogo español, doctor por la Universidad de Oxford y profesor de la Universidad Carlos III de Madrid, se muestra bastante reticente a este método. “Es posible que sea técnicamente viable y es cierto que se trataría de una modalidad acorde a los tiempos, pero podría violar algunas garantías del sistema electoral, como el sufragio secreto, la seguridad en la trazabilidad del voto hasta su recuento y el control del fraude”, expone. El politólogo no solo no es partidario de implantar este sistema, sino que considera que España debería aumentar las garantías para equipararse con otros países: “Creo que el voto online supondría ir para atrás en el proceso garantista. Lo que deberíamos hacer es aumentar las garantías que ya tenemos, no reducirlas e ir en sentido contrario. Sería conveniente garantizar el voto secreto fomentando las cabinas obligatorias en los colegios electorales y prohibiendo que las papeletas salieran a la calle para garantizar el voto secreto, e invertir más recursos para evitar fraudes, compra de votos... En España deberíamos reforzar estas cuestiones para homologarnos a los estándares de otros países”.

Un sistema implantado en otros países

A pesar de las dudas de fiabilidad, algunos países han implantado el “voto online” con éxito. El principal referente es Estonia, que el primer país en ofrecer sufragio telemático en 2005. Los ciudadanos cuentan con un documento de identidad electrónico con un PIN secreto asociado, de forma que los votos emitidos permanecen encriptados para garantizar el anonimato. También han recurrido a la modalidad telemática otros estados, ya sea de forma continua o intermitente, pero en España, lo más parecido fue el “voto rogado”, que se introdujo en 2011 para que pudieran votar los electores residentes en el extranjero y fue suprimido en 2022.