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Defensa

Tecnología 100% española para la Muralla Ibérica

Las españolas Escuadrone y Teldat crean un escudo de defensa, desarrollado en nuestro país, compuesto por más de 15 tipos de drones que está en fase de aprobación por parte del Ministerio de Defensa, según ha podido saber La Razón.

Uno de los 15 modelos de drones que conforman el escudo defensivo ESCUADRONE

En plena ofensiva por aumentar el gasto en defensa, clamando por la soberanía e independencia de cada país, las españolas Escuadrone y Teldat van a presentar, según ha sabido en exclusiva La Razón, su proyecto Muralla Ibérica. Una iniciativa que está en fase de aprobación por parte del Ministerio de Defensa y se prevé su presentación oficial en las próximas semanas.

Escudo defensivo

Javier González, presidente de Escuadrone, explica a esta redacción que el objetivo del proyecto es «contribuir a la defensa de España y de los países aliados frente a cualquier amenaza en cualquier punto del territorio nacional».

El proyecto se inspira en modelos internacionales como el Iron Dome israelí o el Golden Dome estadounidense, pero introduce una diferencia clave: su arquitectura es exclusivamente defensiva, «cuyo propósito es también liberar recursos y facilitar que las Fuerzas Armadas puedan desempeñar sus funciones de manera más eficiente, paralela e independiente». «Si un sistema de ataque se equivoca, las consecuencias pueden ser devastadoras. Nuestro enfoque es proteger, no atacar. Así evitamos escaladas y garantizamos que la tecnología no se use para fines ofensivos, algo que es fundamental en el contexto europeo».

La Muralla Ibérica es un sistema integral de defensa que combina hardware avanzado, inteligencia artificial, comunicaciones seguras y ciberseguridad de última generación, todo desarrollado y fabricado en territorio español. González explica que «el sistema está diseñado para proteger el país entero, y no solo ciertas estructuras. Puede desplegarse desde cualquier sitio y actuar de manera autónoma, con algoritmos capaces de discriminar amenazas reales de falsas alarmas».

El proyecto contempla un desarrollo a cinco años, comenzando con el despliegue de entre 500 y 1.000 drones en una primera fase. El objetivo final es alcanzar 15.000 drones, lo que, según González, permitirá garantizar una cobertura completa a nivel nacional. Aunque por cuestiones de seguridad no se puede detallar su situación geográfica, hay más de 10 torres distribuidas estratégicamente a lo largo de todo el territorio.

La Muralla Ibérica utiliza drones de diferentes tipos, desde modelos ligeros hasta unidades supersónicas, equipados con sensores, módulos de inteligencia artificial y sistemas de identificación únicos. Teldat aporta la capa de comunicaciones avanzadas (5G, satelitales), ciberseguridad y electrónica, asegurando que las transmisiones sean inmunes a interferencias y ataques externos. «Nuestros PCBs llevan módulos de redes neuronales y sistemas de protección contra manipulación. Cada dron es identificable y está blindado frente a intentos de acceso no autorizado», detalla Antonio García, CEO de Teladat.

El sistema no solo protege frente a amenazas físicas como misiles o drones armados, sino que también está preparado para escenarios de ciberguerra. «Puede detectar e intervenir ante intentos de sabotaje en infraestructuras críticas, como apagones o ataques a presas», explica Javier González. La inteligencia artificial juega un papel esencial, permitiendo que los drones tomen decisiones en tiempo real y actúen incluso si las comunicaciones son bloqueadas. «No dependemos de inhibidores de frecuencia, que pueden ser peligrosos en entornos urbanos. Nuestros drones identifican amenazas mediante videovigilancia y machine learning, actuando de forma inteligente y minimizando riesgos colaterales».

Autonomía española

La fabricación nacional es otro pilar del proyecto. Los drones se producen en Huesca, aprovechando la geografía pirenaica como campo de pruebas y formación. «Es el mejor banco de pruebas de España», relata González. Teldat, por su parte, mantiene la ubicación de sus fábricas en reserva por motivos de seguridad, pero garantiza que los productos más sofisticados, aquellos destinados a la defensa, son 100% españoles. «Controlamos todo el hardware, el software y la producción. Solo así podemos certificar la seguridad del sistema».

La importancia de que la tecnología sea íntegramente española no es solo una cuestión de orgullo, sino de seguridad estratégica. Antonio García considera que «no podemos fiarnos del vecino. Si toda la infraestructura crítica depende de componentes extranjeros, existe el riesgo de que estén supeditados a gobiernos ajenos o que incluyan puertas traseras que comprometan nuestra soberanía. En defensa, esto es inaceptable». Por eso, insiste, en Muralla Ibérica «controlamos todo el ciclo: desde el diseño de los drones hasta la fabricación de los circuitos y el desarrollo del software».