Margen de error

13 millones de euros para 327 asesores en un Congreso parado

A pesar del gasto en personal eventual, en 2025 la Cámara Baja ha aprobado sólo 22 iniciativas legislativas y hay otras 111 atascadas en el «congelador»

Asesores por partido político
Asesores por partido políticoT. NietoLA RAZÓN

Da igual a quién se pregunte. Si no es del Gobierno, del PSOE o de Sumar, prácticamente cualquier diputado reconocerá que la legislatura se encuentra en una suerte de punto muerto. El Congreso de los Diputados apenas es capaz de aprobar leyes por los intereses cruzados de los socios de Pedro Sánchez y cada votación parlamentaria se convierte en un maratón cuesta arriba. Cunde la sensación de que todo depende de partidos como Junts o Podemos, que además se han enrocado en una postura estratégica de intentar desmarcarse constantemente del propio Gobierno.

Muestra de esa parálisis es que la Cámara Baja apenas celebra ya plenos los jueves, el día que tradicionalmente quedaba reservado para debatir las iniciativas que parten del Ejecutivo. Como Moncloa no sabe si los socios se las van a tumbar y no quieren arriesgar, simplemente no se llevan a debate. Y así, semana tras semana.

A pesar de que la legislatura anda pobre a la hora de aprobar leyes, esta situación no ha afectado en nada a los asesores parlamentarios, a todas esas personas que trabajan para los diputados en un Congreso donde todo se atasca. Es más, podría decirse que con el paso del tiempo incluso les va mejor.

Asesores en el Congreso
Asesores en el CongresoA. Cruz / T. NietoLA RAZÓN

El Congreso destina en la actualidad algo más de 13 millones de euros para pagar los sueldos de 327 asesores repartidos entre los distintos grupos parlamentarios. Así figura en los Presupuestos de la Cámara Baja para 2025. Aunque se trata de la misma cifra que llevan cobrando desde 2023, porque las cuentas se han prorrogado desde entonces por la falta de Presupuestos Generales del Estado, es prácticamente el doble de lo que se destinaba a ello hace diez años. En 2014, el presupuesto para este fin era de 7,5 millones de euros.

Gran parte del dinero presupuestado en la actualidad (12,8 millones) va destinado a pagar las nóminas de este personal eventual de confianza, que es contratado a discreción por los propios grupos parlamentarios. Otra parte, de casi medio millón, se utiliza para pagar planes de pensiones. Esto último es algo que se empezó a presupuestar a partir de 2022, ya con Pedro Sánchez en el Gobierno.

¿Y cómo se reparte ese dinero? La Mesa del Congreso fija una cantidad máxima de asesores por grupo parlamentario, según los diputados que tengan, y una horquilla salarial dependiendo del rango. También hay asesores fijos para otros puestos como los presidentes de las comisiones. Los grupos parlamentarios grandes no suelen usar la cantidad máxima de asesores, porque prefieren tener menos y mejor pagados. Los grupos pequeños, en cambio, no tienen tanto margen de maniobra.

Según ha publicado Demócrata, que monitoriza los nombramientos y ceses de este personal eventual, el PSOE cuenta actualmente con nada menos que 120 asesores. Es con diferencia el que más tiene, aunque está segundo en el número de diputados. Esto se debe a que controla la Mesa, la mayoría de las comisiones, a que la expresidenta del Congreso Meritxell Batet también tiene derecho a un asesor y, probablemente, porque sus asesores cobran menos que otros y hay espacio para más contrataciones.

El PP, aunque es el que más diputados tiene, acumula sólo 106 asesores. Y en el caso de Sumar, pasa lo mismo que con el PSOE, su posición privilegiada en el Congreso permite que tenga 39 asesores, más que los 26 de Vox, aunque el partido de Santiago Abascal haya obtenido más escaños en las elecciones. Esas diferencias también se producen en el frente catalán. ERC y Junts tienen el mismo número de diputados (siete), pero los republicanos contratan a 13 eventuales, frente a los cinco de los postconvergentes. Esto se debe a que, al inicio de la legislatura, el PSOE le cedió algunos asesores.

Pleno en el Congreso de los diputados
Pleno en el Congreso de los diputadosZIPIAgencia EFE

Toda esta mano de obra, sin embargo, sirve a los diputados en su día a día, pero no al Poder Legislativo. Principalmente, porque no se legisla. En lo que va de 2025, sólo se han aprobado 22 iniciativas legislativas en el Congreso, entre leyes, leyes orgánicas y reales decretos. Comparándolo con los últimos diez años, sólo se aprobaron menos leyes en 2016, el año en el que Mariano Rajoy no consiguió formar Gobierno y tuvo que repetir las elecciones. Es decir, este año sólo gana a una legislatura fallida.

Iniciativas paralizadas en el Congreso

Incluso en 2019 y 2023, ambos años en los que hubo una actividad electoral notable, se aprobaron más iniciativas que en 2025. En tiempo de elecciones el Congreso siempre se ralentiza porque los partidos se centran en las campañas. Aun con dos elecciones generales, en 2019 se aprobaron 26 iniciativas. Y en 2023 fueron 25, a pesar de que hubo generales, autonómicas y municipales.

2019 y 2023 también superaron a 2024, año en el que se aprobaron 24 leyes. Esto se debe a que a partir de las elecciones del 23-J, a Pedro Sánchez ya le cuesta demasiado aprobar cualquier tipo de iniciativa. La única duda ahora es si 2025 será peor que 2024 o no. Para superarlo, habría que aprobar sólo dos leyes más. Pero lo que en otros tiempos es habitual, ahora es muy complicado.

Y no se debe a que haya una falta de ideas. En el Congreso están actualmente paralizadas nada menos que 111 iniciativas, atascadas en la ampliación del periodo de enmiendas. La mayoría de ellas (38) son proyectos de ley que parten del propio Gobierno y que, como no tiene apoyos suficientes para sacarlos adelante, no los presenta. Pero también hay 26 leyes provenientes de otros grupos parlamentarios y 36 que vienen del Senado. La oposición se queja de que muchas de estas iniciativas podrían contar con el apoyo de gran parte de la Cámara, pero que se bloquean para que no sea el PP el que lleve la actividad legislativa. Es decir, que Sánchez ni puede legislar ni deja que legislen otros.