Defensa

España ya mantiene 16 misiones internacionales y su coste se incrementa cada año que pasa

El país ibérico mantiene 16 misiones internacionales en cuatro continentes en donde tiene destinados hasta 3.000 militares y guardias civiles. La más grande se encuentra en el Líbano.

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Los militares españoles en misiones internacionales rinden homenaje a las víctimas del 17-Alarazon

Hoy vivimos en un mundo cada vez más convulso. A lo largo y ancho de los cinco continentes habitados por el ser humano se suceden innumerables conflictos armados que afectan a la población inocente que se halla en medio de los combates. Por otro lado, hay fronteras donde las tensiones se palpan en el ambiente. Por eso y para mantener la estabilidad de estas regiones y ayudar a las fuerzas locales países como España mantienen un buen número de efectivos fuera de sus fronteras en misiones internacionales.

El caso de España es paradigmático. Desde su entrada en la OTAN ha ido introduciéndose poco a poco en esta dinámica hasta alcanzar nada menos que 16 misiones internacionales repartidas por cuatro continentes y en donde están desplegados hasta 3.000 efectivos de las tres armas del ejército y la Guardia Civil. De la lista, la Misión EUFOR Althea BiH es la más antigua, ya que se lanzó en diciembre de 2004, es decir, que lleva más de veinte años en activo.

Su objetivo es la de prestar asistencia a las fuerzas armadas de Bosnia y Herzegovina. Por otro lado, encontramos la Misión Atalanta del Océano Índico, iniciada en septiembre de 2008 que busca perseguir y luchar contra la piratería. En el cuartel general creado un 40 por ciento de los efectivos son españoles.

Sin restar importancia a los efectivos destinados en estas latitudes. Las grandes misiones internacionales en las que participa el estado español se encuentran en otros lugares tales como Irak. Allí, y desde octubre de 2014, el gobierno ha mantenido no menos de 180 militares que contribuyen a adiestrar y capacitar a las fuerzas de seguridad iraquíes en su lucha contra el DAESH. En los países bálticos y desde mayo de 2020 hay otros 150 soldados desplegados en una misión de «Policía Aérea del Báltico» (PAB), puesto que allí se usan habitualmente aviones de combate F-18 y Eurofighter Typhoon.

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Llegando a la cúspide de las misiones internacionales está la misión organizada en el Líbano. Esta se creó en 2006 a raíz del envío de los cascos azules de la ONU y desde entonces ha sido la que más efectivos ha recibido. En su punto álgido no menos de 1.100 militares españoles estuvieron aquí destinados. Ahora mismo, el número oscila alrededor de los 650. Los cuales han estado bajo días de tensión tras la ofensiva realizada por Israel en el sur de este país.

La encrucijada de España

Arriba del todo, y la que cuenta con el contingente de mayor tamaño, están las destinadas en Letonia, Eslovaquia y Rumanía, con el objetivo de proteger la frontera oriental de la UE, y donde hay ahora mismo 450 efectivos en Letonia y otros 800 en Eslovaquia. Estos contingentes están equipados con medios tales como carros de combate Leopardo 2 E y vehículos de combate Pizarro. No son los únicos medios mecanizados, ya que las fuerzas españolas allí cuentan con transportes de orugas, morteros pesados y misiles anticarro Spike de origen israelí. Tal y como hemos podido leer en la web del Ministerio de Defensa.

Sabidas las responsabilidades de España con la OTAN y la ONU es momento de preguntarse cuál es el coste de mantener estas 16 misiones en la actualidad. El gasto en defensa que realiza el país ibérico ha ido incrementándose a medida que han pasado los años. Un gasto que ha aumentado debido al encarecimiento de los servicios, pero también pro sus compromisos con el Tratado Atlántico. Ahora mismo España está en una encrucijada, ya que los organismos de la OTAN y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, piden al gobierno de Pedro Sánchez que el gasto en defensa de este estado eleve su gasto al 5 por ciento del PIB. Una cifra a la que por ahora Sánchez se resiste y mantiene en el 2 por ciento, y eso que en abril prometió un incremento de 10.471 millones de euros.

Dejando a un lado las cuestiones y discusiones entre los miembros de la alianza atlántica, es una realidad que los costes aumentan año tras año. De acuerdo con fuentes del gobierno, el aumento se ha disparado hasta un 44 por ciento desde 2021. Esto quiere decir que mantener 3.000 militares y su equipo fuera de las fronteras nacionales les cuesta a las arcas públicas unos 1.300 millones de euros. Por tanto, y siendo más concreto, de los 900 millones anteriores, el capital destinado a su mantenimiento ha sufrido un aumento de 400 millones de euros. Una suma importante.

El compromiso de Sánchez con la paz

A finales del pasado mes de mayo, los datos del gobierno señalaban que ya se habían destinado 1.200 millones de euros a las misiones internacionales. Tras haber desembolsado este capital, Pedro Sánchez hizo énfasis en el compromiso de España con la paz internacional donde las fuerzas armadas del país componen siempre en comparación con otros contingentes una parte principal de los destacamentos. Misiones como las del Líbano, Letonia, Eslovaquia y Rumanía son prueba fehaciente de ese compromiso que remarcaba el líder del gobierno y del Partido Socialista.

¿Seguirá aumentando el coste de estas misiones? Aunque no se puede saber con exactitud, se puede especular que así será. Conociendo la situación estratégica que vive la UE y la OTAN frente a Rusia, todo parece indicar que las misiones incrementarán su volumen de gastos en vista de mantener altas capacidades de operatividad por si, llegado el momento, hubiera que actuar.

En las conversaciones que se están llevando a cabo alrededor del conflicto ucraniano se ha mencionado en más de una ocasión el objetivo futuro (y cercano) de trasladar tropas de paz a Ucrania una vez los combates acaben. De ser así, y siendo España miembro de ambos organismos, es probable que el país intervenga en esos envíos. Aunque, como digo, todo esto todavía no ha ocurrido.

Lo que sí se puede certificar es que si el incremento de gastos se ha disparado en los últimos cinco años nada indica que no lo vaya a seguir haciendo. Al final, el encarecimiento general de la producción industrial afecta de lleno a los servicios y capacidades de las fuerzas armadas españolas, tanto dentro como fuera.