Política

Sánchez Chamberlain

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, recibe este viernes en la sede del Ayuntamiento al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dentro de la visita institucional de dos días a Cataluña. EFE/ Toni Albir
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, recibe este viernes en la sede del Ayuntamiento al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dentro de la visita institucional de dos días a Cataluña. EFE/ Toni AlbirToni AlbirAgencia EFE

Es conocida en la Historia la llamada «política de apaciguamiento» que durante el periodo previo a la II Guerra Mundial, encarnara el Primer Ministro del Reino Unido Chamberlain, en su relación con Hitler. Creía que, cediendo a las constantes violaciones de lo establecido en los Tratados de Versalles protagonizadas por el dictador nazi, conseguiría evitar el conflicto y la guerra. Esta política fue alentada por el recuerdo de la trágica Gran Guerra previa, que pesaba mucho en la sociedad europea del momento. Su regreso a Londres tras los «Acuerdos de Múnich», queda inmortalizado por la célebre frase que pronunció nada más bajar del avión, entre el aplauso generalizado de la opinión pública británica temerosa del conflicto: «Hemos conseguido paz para nuestros tiempos». Solo su colega de partido, Churchill, le hizo frente: «Pudo usted elegir entre la humillación y la guerra. Elige la humillación, y nos llevará a la guerra». Menos de un año después, Hitler –después de pactar con Stalin– invadió Polonia. Tras ocupar Francia a continuación, Chamberlein fue derrotado por una moción de censura, y Churchill investido Primer Ministro. Este no dedicó palabras fáciles a sus compatriotas, sino «sangre, sudor y lágrimas». El resto ya lo conocemos bien. Cambian los personajes y existen todas las diferencias que queramos, pero el final va a ser el mismo: Sánchez es nuestro particular Chamberlain, que elige la afrenta para mantenerse en el Gobierno y –como él–, tendrá mayor conflicto y mayor censura.